Perrino Chico rebuznó:
Espero que lo hayas hecho dentro del mercadona y eso que te ahorras, que para lo tuyo del dinero y tal nunca viene mal. Cuando hice la mili íbamos a pasar la tarde al Continente o al Pryca de Badajoz, siempre, siempre, siempre veíamos a algún gitano o tumulto de gitanos merendando y poniéndose hasta el ojete de yugures y mandalenas
Hace bastantes años tuve una novia que de vez en cuando me proponía ir al Carrefour (entonces se llamaba Continente) a merendar.
La primera vez no entendí. Pensé que decía de comprar algo y luego comerlo por la calle, en plan pobres.
Pero qué va, era a merendar allí dentro, de gratis.
Yo me quedé a cuadros, pues en mi candidez jamás pensé que eso se pudiera hacer, pero después de hartarse de reír de mis escrúpulos, puso manos a la obra y ya en el pasillo de las majdalenas y porquerías varias se puso fina de todo aquello.
Yo no, porque aparte de que me daba mucha vergüenza, nunca he sido de comer entre horas.
Menuda tipa. Estaba buena a rabiar, además de ser muy guapa y simpática. Tenía una risa que parecían campanitas de cristal. Un pelo rubio magnífico y unos ojos verdes preciosos. Y le gustaba follar más que a un tonto un lápiz.
Todavía sigo yendo por el barrio donde vivía con la esperanza de encontrármela, a ver qué es de su vida.
Aunque quizás lo mejor sea que no me la encuentre nunca y que me quede en la memoria el bonito recuerdo de sus meriendas en el Continente mientras reía y reía...
Entonces se ve que todavía no había seguretas porque nunca apareció nadie a llamarnos la atención.