Sin llegar a las cotas de lo excelso que fue el concierto de 2012 (para mi el mas soberbio junto al de Karajan), ese coloso leton llamado Mariss Jansons nos ha demostrado de nuevo como solo necesita 3 o 4 piezas para gritarnos a la cara que es la mejor batuta para este acontecimiento. Lejos de los hipervirtuosismos de Pretre o de Muti, del mecanicismo de Mehta y de un nefasto Welser-Most, Jansons concibe su repertorio y su interpretacion como lo que es el concierto: una celebracion.
Quizas una primera parte del programa mas densa, mas virtuosa. Creo que ya pasados los 70 aunque mantiene una energia colosal creo que ha querido darse un descanso a si mismo y tirar de mas Pianos y Pianissimos de los habituales, llegando a culminar la primera mitad rozando lo insustancial. Pero no pasa nada, luego descanso y a tirar de polkas rapidas, valses electricos y mucho mas brio. El auditorio lo ha notado y ha aplaudido mucho mas y con mas alegria. Los niños cantores de Viena a mi me sobran, pero respeto que habra a quien le gusten.
El Vals del emperador me ha gustado particularmente, pero he echado de menos algo asi como una "Ohne Sorgen" al estilo "Jansons". Cierto es que esta trillada a mas no poder, pero para escucharla luego en la batuta de Welser-Most, que Jansons la toque las veces que quiera.
En resumen, que la Filarmonica de Viena hara bien en regalarnoslo por lo menos un par de veces mas hasta que se retire. Esperemos que el corazon le de tregua.
El año que viene sorpresa con lo de Dudamel. Esta claro que a Thielemann no lo van a invitar en la vida y me choca un poco que no hayan tirado de Nelsons antes que del Venezolano. Tengo bastante intriga en ver que sello le da porque a Dudamel lo he visto siempre muy de dejarse llevar y eso en este tipo de conciertos te acaban saliendo menos vivaces y mas aburridos. Con todo es una buena apuesta de futuro.