Gente que te odia a muerte sin razón aparente

La realidad es que mi situación singular resulta irrelevante a nivel de sociedad hispanoamérica aunque con una base genética indígena y una intromisión considerable de africanos los pueblos hispanoamericanos son culturalmente españoles.

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soy más fuerte que tú, soy más inteligente que tú y y tengo un pene más grande que el tuyo.
Sigues demostrando tu subnormalidad ya que no conoces ni mi fuerza, ni mi inteligencia ni el tamaño de mi pene.

Veredicto: SUBNORMAL Y FANTASMON.


La cura es simple se llama Dios, y solo intercede a favor de aquellos que son puros de corazón y que actúan sin mala intención.

O sea, que ya sabemos porqué no te has muerto. Dios hizo un milagro contigo. Tan sencillo como eso.

Te curó de la gravísima lesión irreversible de corazón que padecías y por la que llevabas colocado un marcapasos.

Pues de todas las mentiras que nos cuentas, esta parece la más razonable.

Un milagro.

Yo me lo creo.
 
Yo tengo dos ex hamijos imaginarios que me odian sin razón aparente. Todo empezó cuando me follé a sus mujeres.
 
A mi me odia un sinfín de especímenes entre ellos cierto forero con galones de este foro que me permabaneó hace
unos meses por un asunto de mazacotes. Ahora se vé que no era tan perma el baneo.Otro que me odia es un tipo tatuado y con pinta de perdonavidas que va en un mini countryman (coche de marica) con el que tuve una riña de tráfico.Si por un casual me lees sabes donde me puede encontrar. Si me vuelven a largar del foro aqui yace Sucusucu / Fordcapricornudo / Malmenor .
 
Cuando iba al instituto, en 1° de bachillerato, había una subnormal hija de puta que me tenía un odio profundo y visceral. Alberta se llamaba la muy cerda, aunque le llamaban Berta, y era hija de un empleado de banca mientras que su madre tenía una tienda de ropa con derecho de admisión, si no eras considerado de suficiente categoría para ser su cliente te respondía mal y no te atendía. En cuanto al padre se creía un Rothschild, en lugar de un vulgar empleadillo que atendía a viejales y monguis tras una ventanilla en el Banco popular si no recuerdo mal.

La tipa apenas me conocía al comienzo del curso, pero desde el principio me odiaba, buscaba enfrentamientos absurdos sin sentido alguno, trataba de rivalizar con el tema de las notas e intentaba involucrarme en conflictos con terceros. En esa época yo tenía muchos problemas en mi hogar, ya de por sí muy desestructurado, pero mantuve el temple durante mucho tiempo. Le hubiera hundido el cráneo a puñetazos porque era un odio injustificado, carente de toda lógica, yo no le había hecho nada y apenas la conocía. No quise decir nada durante algunos meses, y traté de ignorarle, pero me estaba acosando, era algo indignante, porque cada día me hacía una. Al final me canse, y me importó una mierda que fuese "mujer", que era lo que me impedía desatar toda mi violencia contra ella. Entonces, un día, después de que tratase de poner en duda mi virilidad en clase de gimnasia por un absurdo ejercicio en un potro, le solté que el problema que tenía es que era una malfollada y que su obsesión conmigo era por pura atracción sexual, pero como era una puta acomplejada (esto se lo dije literalmente) y sabía que nunca podría tenerme proyectaba su ira y frustración contra mi. Se lo dije con el ánimo algo exaltado porque me tenía hasta las pelotas, pero como estaban presentes sus amigas enseguida se montó un buen pifostio. Fueron a contárselo a la profesora, que estaba a unos metros, y ésta sin contrastar nada me dijo que me marchase inmediatamente y que iba a hablar con la tutora, que si mi comportamiento era inadmisible y su putísima madre en bragas una noche de truenos. Me largué pero sin antes lanzarle una peineta y un "qué te jodan" a la puta cerda.

El problema era que mi perfil no ayudaba, yo era el menos sociable de la clase, no quería cuentas con nadie, era el único de la clase que no tenía compañero de pupitre (cada cual eligió el primer día con quien se sentaba), a eso se unía el hecho de que era una persona muy díscola y desafiante, lo cual, a pesar de sacar buenas notas, me trajo muchos enfrentamientos y enemistades, me llevaba fatal con todos los profesores y así en general podía decirse que no encajaba. Todo esto fue decisivo para cargar con todas las culpas en cualqier conflicto, y en este caso no fue una excepción. Cuando hable con la tutora, una subnormal sin ninguna empatía, traté de explicarle el motivo de mis palabras y reacción pero no dejó de cortarme para reprocharme gilipolleces relacionadas con mi forma de ser y cosas anteriores, de manera deliberadamente partidista y nada objetiva. Como era de esperar todo derivó en una discusión que terminó en una amenaza de expulsión de una semana. Finalmente, y para no perjudicar mi trayectoria académica decidí pasar de la cerda hija de puta como hacía con el resto, y aunque su acoso perdió fuerza a raíz de mi respuesta siguió haciendome sentir su odio infinito cuando la ocasión se lo permitía. Todo esto ocurrió poco antes de Navidad, y el resto del año no paso nada grave aunque continuaron las tiranteces.

Años después me la he cruzado por la calle y me lanza miraditas como de cierto rencor, sigue siendo igual de fea que en los tiempos mozos, y además ha envejecido bastante para su edad, y eso que no ha parido, probablemente porque esté muerta por dentro y con su alma podrida si es que la tuvo alguna vez. Tiene novio, un planchabragas con menos personalidad que un botijo que trabaja en una empresa de albañilería, al cual conozco de vista y es digno de compasión. Sé incluso donde viven, y era para enviarles a unos rumanos, de esos que recomponen huesos a lo bruto. Bueno, la verdad es que me la pela bastante, pero en su día le hubiera dado una buena somanta de palos y chorongos humeantes en el pecho, ser odioso y repelente.
 
Cuando iba al instituto, en 1° de bachillerato, había una subnormal hija de puta que me tenía un odio profundo y visceral. Alberta se llamaba la muy cerda, aunque le llamaban Berta, y era hija de un empleado de banca mientras que su madre tenía una tienda de ropa con derecho de admisión, si no eras considerado de suficiente categoría para ser su cliente te respondía mal y no te atendía. En cuanto al padre se creía un Rothschild, en lugar de un vulgar empleadillo que atendía a viejales y monguis tras una ventanilla en el Banco popular si no recuerdo mal.

La tipa apenas me conocía al comienzo del curso, pero desde el principio me odiaba, buscaba enfrentamientos absurdos sin sentido alguno, trataba de rivalizar con el tema de las notas e intentaba involucrarme en conflictos con terceros. En esa época yo tenía muchos problemas en mi hogar, ya de por sí muy desestructurado, pero mantuve el temple durante mucho tiempo. Le hubiera hundido el cráneo a puñetazos porque era un odio injustificado, carente de toda lógica, yo no le había hecho nada y apenas la conocía. No quise decir nada durante algunos meses, y traté de ignorarle, pero me estaba acosando, era algo indignante, porque cada día me hacía una. Al final me canse, y me importó una mierda que fuese "mujer", que era lo que me impedía desatar toda mi violencia contra ella. Entonces, un día, después de que tratase de poner en duda mi virilidad en clase de gimnasia por un absurdo ejercicio en un potro, le solté que el problema que tenía es que era una malfollada y que su obsesión conmigo era por pura atracción sexual, pero como era una puta acomplejada (esto se lo dije literalmente) y sabía que nunca podría tenerme proyectaba su ira y frustración contra mi. Se lo dije con el ánimo algo exaltado porque me tenía hasta las pelotas, pero como estaban presentes sus amigas enseguida se montó un buen pifostio. Fueron a contárselo a la profesora, que estaba a unos metros, y ésta sin contrastar nada me dijo que me marchase inmediatamente y que iba a hablar con la tutora, que si mi comportamiento era inadmisible y su putísima madre en bragas una noche de truenos. Me largué pero sin antes lanzarle una peineta y un "qué te jodan" a la puta cerda.

El problema era que mi perfil no ayudaba, yo era el menos sociable de la clase, no quería cuentas con nadie, era el único de la clase que no tenía compañero de pupitre (cada cual eligió el primer día con quien se sentaba), a eso se unía el hecho de que era una persona muy díscola y desafiante, lo cual, a pesar de sacar buenas notas, me trajo muchos enfrentamientos y enemistades, me llevaba fatal con todos los profesores y así en general podía decirse que no encajaba. Todo esto fue decisivo para cargar con todas las culpas en cualqier conflicto, y en este caso no fue una excepción. Cuando hable con la tutora, una subnormal sin ninguna empatía, traté de explicarle el motivo de mis palabras y reacción pero no dejó de cortarme para reprocharme gilipolleces relacionadas con mi forma de ser y cosas anteriores, de manera deliberadamente partidista y nada objetiva. Como era de esperar todo derivó en una discusión que terminó en una amenaza de expulsión de una semana. Finalmente, y para no perjudicar mi trayectoria académica decidí pasar de la cerda hija de puta como hacía con el resto, y aunque su acoso perdió fuerza a raíz de mi respuesta siguió haciendome sentir su odio infinito cuando la ocasión se lo permitía. Todo esto ocurrió poco antes de Navidad, y el resto del año no paso nada grave aunque continuaron las tiranteces.

Años después me la he cruzado por la calle y me lanza miraditas como de cierto rencor, sigue siendo igual de fea que en los tiempos mozos, y además ha envejecido bastante para su edad, y eso que no ha parido, probablemente porque esté muerta por dentro y con su alma podrida si es que la tuvo alguna vez. Tiene novio, un planchabragas con menos personalidad que un botijo que trabaja en una empresa de albañilería, al cual conozco de vista y es digno de compasión. Sé incluso donde viven, y era para enviarles a unos rumanos, de esos que recomponen huesos a lo bruto. Bueno, la verdad es que me la pela bastante, pero en su día le hubiera dado una buena somanta de palos y chorongos humeantes en el pecho, ser odioso y repelente.

Uff eso te pasa ahora y ya no es la profesora no la tutora es que te expulsan, te fichan y te mandan a un curso de reeducación en siberia, de los del Ministerio.

A una enana que me tenía hasta los cojones amiga de la maricona de Cádiz, esperando una tutoria ya acabando el módulo, le dije que me tocaba a mí, y se puso chula como diciendo no te voy a dejar pasar, y le dije como te pegue una patada te tiro por las escaleras puta enana. Ahora digo eso y me meten en la carcel 8 años
 
Uff eso te pasa ahora y ya no es la profesora no la tutora es que te expulsan, te fichan y te mandan a un curso de reeducación en siberia, de los del Ministerio.

A una enana que me tenía hasta los cojones amiga de la maricona de Cádiz, esperando una tutoria ya acabando el módulo, le dije que me tocaba a mí, y se puso chula como diciendo no te voy a dejar pasar, y le dije como te pegue una patada te tiro por las escaleras puta enana. Ahora digo eso y me meten en la carcel 8 años

Muy cierto, si hubiera sido un maromo las cosas hubieran cambiado mucho. Me contuve de sacudirle pese a las ganas que le tenía porque nadie hubiera entendido mi reacción y el escándalo hubiese sido mayúsculo, pero es que durante meses estuvo tratando de humillarme, con provocaciones continuas ante otros compañeros de clase (que se lo tomaban a risa) o incluso delante de profesores con comentarios pretendidamente sarcásticos llenos de veneno y maldad infinita. Yo no era una persona popular en el instituto como ya he dicho, era una especie de bicho raro, pero nadie se atrevía a practicar ninguna forma de acoso contra mi, entre otras cosas porque yo era el más alto de la clase y siempre he tenido mala leche aunque no era de pegarme así como así. La gente pasaba de mí y yo de ellos, salvo alguna excepción, como cuando casi me ligo a una tipa que había venido de Salamanca con su familia y me la ponía morcillona y tal, pero eso ya es otra historia.

Pero la ira y violencia que me generó esa hija de puta era algo exagerado, le hubiera dado de tortazos en la cara con la mano abierta hasta saltarle toda la piñata, pero suerte que me contuve. Y a día de hoy me hubieran expulsado ad aeternum del instituto, además de una denuncia por viogen o algo por el estilo con juicio y condena, creo que sin necesidad de curtirle el lomo. Lo mismo en tu caso, obviamente. Las mujeres cuando quieren hacer daño son peores que nosotros, porque en esos tiempos cuando tenías algún desencuentro con un jambo quedabas con él a la salida de clase y te dabas de tollinas y ahí terminaba el asunto, pero con una tipa no podías hacer eso ni de broma e incluso a mi tampoco me parecía bien que nadie lo hiciese, pero la muy hija de puta me puso al límite. Que conste que jamás he pegado a ninguna mojera aunque sí he mandado a tomar por culo a muchas.
 
Yo no odio a nadie ni creo que nadie me odie. Soy un mierda seca muy standard.
 
Muy cierto, si hubiera sido un maromo las cosas hubieran cambiado mucho. Me contuve de sacudirle pese a las ganas que le tenía porque nadie hubiera entendido mi reacción y el escándalo hubiese sido mayúsculo, pero es que durante meses estuvo tratando de humillarme, con provocaciones continuas ante otros compañeros de clase (que se lo tomaban a risa) o incluso delante de profesores con comentarios pretendidamente sarcásticos llenos de veneno y maldad infinita. Yo no era una persona popular en el instituto como ya he dicho, era una especie de bicho raro, pero nadie se atrevía a practicar ninguna forma de acoso contra mi, entre otras cosas porque yo era el más alto de la clase y siempre he tenido mala leche aunque no era de pegarme así como así. La gente pasaba de mí y yo de ellos, salvo alguna excepción, como cuando casi me ligo a una tipa que había venido de Salamanca con su familia y me la ponía morcillona y tal, pero eso ya es otra historia.

Pero la ira y violencia que me generó esa hija de puta era algo exagerado, le hubiera dado de tortazos en la cara con la mano abierta hasta saltarle toda la piñata, pero suerte que me contuve. Y a día de hoy me hubieran expulsado ad aeternum del instituto, además de una denuncia por viogen o algo por el estilo con juicio y condena, creo que sin necesidad de curtirle el lomo. Lo mismo en tu caso, obviamente. Las mujeres cuando quieren hacer daño son peores que nosotros, porque en esos tiempos cuando tenías algún desencuentro con un jambo quedabas con él a la salida de clase y te dabas de tollinas y ahí terminaba el asunto, pero con una tipa no podías hacer eso ni de broma e incluso a mi tampoco me parecía bien que nadie lo hiciese, pero la muy hija de puta me puso al límite. Que conste que jamás he pegado a ninguna mojera aunque sí he mandado a tomar por culo a muchas.
Tiene relacion con el tema, denme tiempo.
El transporte escolar de mi colegio era una salvajada, estamos hablando de lo 80s.
No había señorita que auxiliares a los pequeños , ni cintos, ni pollas, por tener teníamos a un alcohólico de conductor que conducía borracho ( nos hacia gracia).
Yo estaría en 4 o 5 de egb y aquello era una puta jungla, entre los mongolos que estábamos alli había muchos de varias barriadas y una de ellas, María la gorda, nos tenía a varios fritos porque sí, porque le salía del coño.
Pues una vez al bajar del hierro aquel con motor con más escaleras que su puta madre, Tomás le pisó la falda cuando estaba a punto de bajar.
Fué una hostia brutal porque no sólo cayó de boca, si no que iba bajando dándose de hostias en la cara con los escalones de metal hasta que llegó a la acera.
Se quedó boca abajo quieta llorando y todos los demás descojonados de ella, incluso algunos bajando detrás y saltándola como si tal cosa.
Bajó cambios cosa mala la muy puta, después nos enteramos de que tenía un padre maltratador, con hermana puta (puta de puta de cobrar y yonki) y otro hermano que se haría yonki también con el tiempo (ese estudió conmigo).
A veces se sabe que despierta el odio de alguien, en su caso que tenía una vida de mierda.
 
Por lo que me cuentan a mi me odia profundamente mi cuñado. Claro que ser odiado por semejante personaje es algo que me llena de orgullo y satisfacción. Yo no siento odio por él, lo más que me producía es risa.

Por cierto, me dicen que está en prisión preventiva. Por lo visto su mujer le puso una denuncia por viogen, y cuando llegó la policía al pedazo gilipollas de él no se le ocurrió otra cosa que liarse a hostias con los topboxes.

Ahí se joda.
 
Por lo que me cuentan a mi me odia profundamente mi cuñado. Claro que ser odiado por semejante personaje es algo que me llena de orgullo y satisfacción. Yo no siento odio por él, lo más que me producía es risa.

Por cierto, me dicen que está en prisión preventiva. Por lo visto su mujer le puso una denuncia por viogen, y cuando llegó la policía al pedazo gilipollas de él no se le ocurrió otra cosa que liarse a hostias con los topboxes.

Ahí se joda.
a mi me odia el 95% de la gente que ha tenido contacto conmigo, fisica o telematicamente

y con razón
 
Tiene relacion con el tema, denme tiempo.
El transporte escolar de mi colegio era una salvajada, estamos hablando de lo 80s.
No había señorita que auxiliares a los pequeños , ni cintos, ni pollas, por tener teníamos a un alcohólico de conductor que conducía borracho ( nos hacia gracia).
Yo estaría en 4 o 5 de egb y aquello era una puta jungla, entre los mongolos que estábamos alli había muchos de varias barriadas y una de ellas, María la gorda, nos tenía a varios fritos porque sí, porque le salía del coño.
Pues una vez al bajar del hierro aquel con motor con más escaleras que su puta madre, Tomás le pisó la falda cuando estaba a punto de bajar.
Fué una hostia brutal porque no sólo cayó de boca, si no que iba bajando dándose de hostias en la cara con los escalones de metal hasta que llegó a la acera.
Se quedó boca abajo quieta llorando y todos los demás descojonados de ella, incluso algunos bajando detrás y saltándola como si tal cosa.
Bajó cambios cosa mala la muy puta, después nos enteramos de que tenía un padre maltratador, con hermana puta (puta de puta de cobrar y yonki) y otro hermano que se haría yonki también con el tiempo (ese estudió conmigo).
A veces se sabe que despierta el odio de alguien, en su caso que tenía una vida de mierda.

En el momento de la hostia, sentiste pena o te descojonabas también?
 
Uff eso te pasa ahora y ya no es la profesora no la tutora es que te expulsan, te fichan y te mandan a un curso de reeducación en siberia, de los del Ministerio.

A una enana que me tenía hasta los cojones amiga de la maricona de Cádiz, esperando una tutoria ya acabando el módulo, le dije que me tocaba a mí, y se puso chula como diciendo no te voy a dejar pasar, y le dije como te pegue una patada te tiro por las escaleras puta enana. Ahora digo eso y me meten en la carcel 8 años

Desde siempre las Bedelas se cubren las espaldas entre ellas y dan preferencia a las futuras bedelas (a menudo porque son unas amargadas divorciadas, o con matrimonios de mierda con un gordocalvo aburrido fracasado, y su misandria sale jodiendo a los que ven como "su marido de joven", como @FlorianSotoPeña ) , la verdad es que el mundo de magisterio y las aulas es repugnante en ese sentido y es el motivo número 999999999999 por el cual estoy a favor de la educación segregada, al menos en España.

@El_Bedel

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siendo igual de fea que en los tiempos mozos, y además ha envejecido bastante para su edad, y eso que no ha parido, probablemente porque esté muerta por dentro y con su alma podrida si es que la tuvo alguna vez. Tiene novio, un planchabragas con menos personalidad que un botijo que trabaja en una empresa de albañilería,

Pues eso, amargada malfollada de joven y amargada malfollada con un pringado de vieja, que nada mejor iba a encontrar y ese futuro lo sabía ella misma de joven. Si es que se ve venir por todos.

A mí la que me odiaba y me acosaba me la crucé unos años más tarde y estaba hecha una auténtica OBESA MÓRBIDA, pero un auténtico ballenato sin exageración ninguna, y eso que poco antes estaba más o menos buena. No entiendo como pudo pasar ese Big Bang genético, luego dicen que no existe el Karma.
 
da igual,a los 40 ya estas cansao incluso aun de dedicarte a lo que te gusta.
cuando el bostezo empaña ventana... poca almohada tiene la cama.
 
En el momento de la hostia, sentiste pena o te descojonabas también?
No fui de los que más se rió, primero por lo inesperado y segundo porque recuerdo que me dió miedo que estuviera muerta.
Por cierto el chófer arrancó la cafetera y siguió su ruta mientras gente de la calle, alguno de ellos padres de los niños en la parada, la recogían.
Ese chófer no sé ni estará vivo pero era un hijo de puta como una casa, tatuado (en esa época) y con el pelo a lo gitano ( corto por los lados y largo por detrás.
insultando a críos de preescolar haciéndolos llorar, a mí nunca vez por pelearme con uno me llamó "soplagaitas de los cojones" y me hizo tanta gracia que me empecé a reír y freno la guagua para que me cayera en el pasillo.
Discutía con las madres y las insultaba.
A un repetidor de 7/8 de egb le pegó una cachetada y se enzarzaron a hostias.
El puto repetidor tenía más mili que la bandera, Jordi creo que se llamaba, heavy con navaja en el bolsillo y olía a cerveza
En cuanto cumplió 16 se fué del colegio.
Mira, el chófer odiaba a todo el mundo también, algo le pasaría.
2 años lo tuvimos de conductor, también nos dejaba sentarnos en el salpicadero y cuando estaba de buenas nos contaba batallas.
 
En mi caso no es la única experiencia que he tenido como receptor de odios profundos, en el colegio, instituto y universidad me las he visto con multitud de subnormales. Aunque el caso que he contado quizás sea el más retorcido y que más me tocó las gónadas porque me limitaba mucho su condición de mujera para hacerle frente como merecía.

Cito algunos casos más:

-En el colegio, en la egb, había otro mongolo, de nombre David, que vivía en un adosado y sus padres eran unos soberbios de mierda porque el padre era el capataz de la empresa del ricachón del pueblo. El hijo no era menos y siendo un repipi de mierda gozaba de cierto estatus en la clase. Yo y este anormal nos llevábamos bastante mal, a veces se me burlaba cuando hablaba en clase o hacía como que me imitaba. Yo en esa época ya era bastante introspectivo y pasaba de todo el mundo, no quería ser popular y odiaba pasar las mañanas rodeado de esa chusma. Eso sí, ya me ponía morcillón alguna niña y a veces filtreaba con poco éxito con ellas. Respecto al mierdas en cuestión un día que se difundió un hedor pestilente por la clase (algo frecuente por otro lado, pues lo de ventosearse con pedos ninjas era frecuente. Además teníamos a una tipa muy fea y medio retrasada que se cagaba encima literalmente y aquello era un puto drama), y entonces el citado monguer dijo a gritos que había sido yo, a lo que como primera reacción, casi instintiva, no se me ocurrió otra cosa que coger un estuche de esos de metal que había en una mesa y estampárselo en la cara. Después del golpe empezó a forcejear conmigo mientras lloraba como una niña, y enseguida nos separó la profesora de plástica. Todos se volvieron contra mi, tuve conversación privada en el despacho del director, con presencia materna, y aunque no se propuso mi expulsión ni nada sí que me "invitaron" sutilmente a que me disculpara con el anormal, a lo cual me negué de forma reiterada. Me dieron una charla pedagógica en dirección y me advirtieron que no volviera a suceder. Yo estuve conforme, y además jamás le pedí perdón por dejarle medio careto señalado y nada reseñable ocurrió en lo sucesivo, aunque su odio permaneció más vivo que nunca. Al acabar la egb le perdí la pista hasta algunos años después. Luego me enteré, cuando yo andaba estudiando fuera, con 18 años, que un conductor imprudente lo atropelló en un paso de cebra en la capital, y que estuvo en coma, a punto de morir, pero finalmente se salvó pero se quedó mal, bastante tonto. Y en ese estado me lo encontré un día en el gimnasio, me saludó con efusividad, algo que jamás hubiera hecho estando sano y en sus cabales, pero se le veía fatal, no coordinaba y tenía problemas graves de psicomotricidad. Recuerdo que cogió una barra de las más ligeras e hizo un par de repeticiones y se fue, estaba totalmente ido. Por cierto, dejó una peste como a meado impresionante. Me dio realmente pena, luego vi en su facebook que su familia lo trataba como un niño de 6 años.

-Otro caso, por completar el asunto con un ejemplo universitario, fue el de un compañero de carrera que curiosamente empezó con buen pie el trato con un servidor. En la universidad, pese a no tener relaciones propiamente amistosas con nadie (al menos yo no las concebía así) sí que trabé buenas relaciones con un grupo de 4-5 personas, entre ellas, pensaba yo, con el protagonista de la historia. Al principió, cuando lo conocí, pensaba que era un buen tipo, pero enseguida empezó a deteriorarse la relación por diferentes motivos algo largos de explicar. Era un sujeto más raro que yo, que ya es decir, tenía complejo de altura por medir 1,65, era especialmente envidioso y tenía unos "apuntes b" que modificaba a propósito si alguien se los pedía para joderle en los exámenes, a mi y a otro muy bruto trató de colárselos, pero yo me di cuenta, tremendo hijo de la gran puta. La relación fue deteriorándose hasta que nos dejamos de hablar. Como era cobarde, ruin y bastante marujo nunca daba la cara pero se dedicó a soltar mierda a mis espaldas. Yo me enteré, obviamente, y decidí tomármelo a mofa y le puse el apodo de "El pantojo", del que fue portador durante 4 años. Él sabía que yo me mofaba de él y el odio que me tomó fue increíble, a no ser que fuera en clase, porque no tenía más remedio, no quería compartir estancia alguna con un servidor, todavía recuerdo como huía de la cafetería de la universidad haciendo ridículos aspavientos cuando advertía mi presencia. A diferencia de los demás casos este era un pobre diablo con muchas taras, demasiadas, y complejos. Todavía recuerdo el día que "presentó" a su novia en sociedad y casi nadie quiso saludarla, algunos descojonándonos a distancia, porque la tipa era fea de pegarle, con cara de coleccionar todos los cromosomas sobrantes de la provincia. Nunca supe que fue de este sujeto, al que por cierto salvé de que le zurrase un tercero al que había engañado con los apuntes tras una conversación en la que le dije poco menos que el tipo era un deficiente mental y no merecía la pena complicarse la vida. Y la gracia del asunto es que los primeros días me cayó muy bien, empezó a tomar envidias, a montar jaleos marujiles con terceros y terminó por odiarme a muerte.

Luego tengo algunas experiencias en trabajos y otras circunstancias, una con una gorda biega que quería follarme cuando era un mozalbete y ante mi negativa, y no será que no he follado con callos malayos de mordor (pero más o menos de mi edad), trató de hacerme la vida imposible. Pero de momento aquí me quedo.
 
El hodio de @haba seca hacia mí se ha reanimado.

Me está odiando locamente pero no sabe cómo me lo va a disí. Quisiera que le comprendiera, pero sin darse cuenta se aleja de mí.
 
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