Je, lo vamos a pasar bien en ese hilo, cuenta conmigo para destripar tal actividad, va a ser curioso, puedo contar miles de cosas y de entresijos de escuelas de formación, etc.
En otro orden de cosas, aprovecho ya que estoy de vuelta de las vacaciones de nochevieja para contaros la chaladura que hice el pasado día 30. Resulta que a principios de diciembre unos compis de grupeta plantean la posibilidad de unirse a un reto de Strava, 500 km entre el día 24 y 31 de diciembre. En principio factible, pero para hacerlo juntos la idea era aprovechar los días libres y hacer 125 km cada día del 24 al 27. Total, entre unas cosas y otras el 24 y 25 apenas hicimos 100 km entre los dos días y aunque sábado y domingo si hicimos entrenos de mucho nivel (que ya os conté el otro día), la cosa a fecha día 29 estaba en, pensaba yo, apenas 280 km en mi haber, y contando con que el día 30 ya tenía planificado viaje a Pirineos para hacer snowboard.
El caso es que el 29 por la tarde, un colega me envía el listado de otro grupo de Strava en el que estoy sobre el mencionado reto, y resulta que no llevo los 280 km que tenía en la cabeza sino... 320! Casualidades de la vida, estoy a 180 km de los 500 del reto. Casualidades de la vida, justo la distancia de la bici del IronMan que haré en julio. Casualidades de la vida, me había escrito mi compi con el que fui a la Titan para saber si el día 30 iba a salir con la bici. Total que me calenté por segundos y me salió del estómago esa sensación indescriptible de "Y si lo hago?" Así, sin ningún motivo real, porque sí, por un puto reto de Strava que en realidad no significa nada, simplemente porque me apetece hacer una gilipollez. Se lo comento a mi colega de la Titan y dice que venga, que se apunta, que no ha pasao de 100 km desde el mes de julio pero que a tomar por culo. Yo pienso que era el destino, era la forma idónea de cerrar el círculo del año y con la persona perfecta, además de mi chica que se apunta pero para hacer unos 120 y volverse en algún sitio donde nosotros tiremos para otro lado.
Trazo una ruta fundamentalmente llana aunque con cierto desnivel pero sobre todo porque no nos sale del nabo madrugar y en estas fechas se va la luz echando hostias a eso de las 5 y media de la tarde. Se nos une una amiga de mi chica que ya se que anda poco, pero por sorpresa resulta que hoy en día anda aún menos de lo que recordaba, con lo que la primera hora y media hacemos una mierda de km (se nos iba quedando en los llanos y eso que iba detrás y nosotros tocándonos el cimbrel tirando). Amablemente le invito a que se de la vuelta porque de todos modos ella sólo pensaba hacer unos 80 pero a los 40 me la quito de enmedio. Con viento porculero desde el km 60 nos ponemos a tirar fuerte para recuperar tiempo, y como mi colega no está fino y mi chica me da algún relevo muy bueno pero corto, me como yo un 80% de los km tirando. Tras una ida de olla del Gps que nos tiene 45 minutos dando vueltas por una comarcal con el asfalto hecho mierda y un par de paradas a tomar algo, mi chica se vuelve a los 140 km y nos quedamos mi colega y yo solos a completar los 180. Puñetera es la bici, macho, esos 40 km se nos hacen eternos, vamos ya listos de papeles en las piernas, yo sobre todo que acuso tanto km comiéndome el viento en solitario, y recuperamos sensaciones de la Titan, con esas llegadas interminables ya medio zombie. Al final nos salen 187 km a 28 km/h de media, que está muy bien considerando la primera hora y media a ritmo tortuga y la pérdida de tiempo por el error del GPS, tentados estamos de completar los 200 por redondear, pero ya se nos ha echado el atardecer encima y empieza a estar demasiado oscuro, así que optamos por volvernos pa casa.
Una chaladura, como decía. Un locurón sin motivo pero que moló un huevo hacer y sobre todo esas señales del destino que te dicen "Venga coño, hazlo".