cuellopavo
Frikazo
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Todos los aspectos de esta vida necesitan una combinación de dos cosas, una es el esfuerzo o dedicación y la pones tú. La otra es la suerte o fortuna y de verdad no se a quien implicar en esta última. A mi me jode bastante esforzarme o ver a alguien que realmente lo busca y no lo encuentra, pero aun me jode mas el típico suertudo, esa gente sin el mas mínimo talento a la que todo le sonríe en esta vida sin mover un dedo.
Eso estaba pensando yo el domingo pasado, mientras llegaba a casa con las piernas doloridas y el cuerpo deshecho, como todos los domingos desde que tengo 11 años. Miraba las botas, unas diadora pulidas al máximo, miraba un pequeño agujero en una de ellas. Ya va siendo hora de colgarlas, pensaba. Nos vamos a retirar juntos. Es que esta temporada no mojo. No hay manera de meter un jodido gol. Y me esfuerzo al máximo, mas que nunca, de que vale esforzarse si no tienes recompensa.
Pero esta llegó, y de que forma, ese balón perfecto que todo los futbolistas soñamos la noche del sábado, esa bola a medida, a la altura justa, y ese remate perfecto en tijera que solo se da una vez... Fue una pena que diera en el poste. En ese momento volví a pensar en los sabios consejos de mi padre. La diferencia entre un delantero bueno y uno malo es que el bueno mete cuatro goles y el malo pega cuatro postes. Miré arriba, seguro que mi viejo aun no se pierde un partido desde el mas allá, buscando respuesta a mi desgracia. Y la encontré, no se como fue pero a partir de ese momento todo empezó a salir bien, y el gol cayó, por toda la escuadra, no hay tijera que valga un remate de 30 metros por toda la escuadra. Y después dos tantos mas.
La fortuna llegó, pero fue gracias a mi esfuerzo y a acordarme en el momento justo de quien me enseñó a jugar. En el fútbol como en la vida hay que ser agradecido. Gracias viejo, espero que hoy te sentase bien la faria. Estés donde estés.
(Adelante, que aqui viene a huevo lo de: HIJODEPUTA)
editado por consejo de James Moriarty
Eso estaba pensando yo el domingo pasado, mientras llegaba a casa con las piernas doloridas y el cuerpo deshecho, como todos los domingos desde que tengo 11 años. Miraba las botas, unas diadora pulidas al máximo, miraba un pequeño agujero en una de ellas. Ya va siendo hora de colgarlas, pensaba. Nos vamos a retirar juntos. Es que esta temporada no mojo. No hay manera de meter un jodido gol. Y me esfuerzo al máximo, mas que nunca, de que vale esforzarse si no tienes recompensa.
Pero esta llegó, y de que forma, ese balón perfecto que todo los futbolistas soñamos la noche del sábado, esa bola a medida, a la altura justa, y ese remate perfecto en tijera que solo se da una vez... Fue una pena que diera en el poste. En ese momento volví a pensar en los sabios consejos de mi padre. La diferencia entre un delantero bueno y uno malo es que el bueno mete cuatro goles y el malo pega cuatro postes. Miré arriba, seguro que mi viejo aun no se pierde un partido desde el mas allá, buscando respuesta a mi desgracia. Y la encontré, no se como fue pero a partir de ese momento todo empezó a salir bien, y el gol cayó, por toda la escuadra, no hay tijera que valga un remate de 30 metros por toda la escuadra. Y después dos tantos mas.
La fortuna llegó, pero fue gracias a mi esfuerzo y a acordarme en el momento justo de quien me enseñó a jugar. En el fútbol como en la vida hay que ser agradecido. Gracias viejo, espero que hoy te sentase bien la faria. Estés donde estés.
(Adelante, que aqui viene a huevo lo de: HIJODEPUTA)
editado por consejo de James Moriarty