Cipri cada vez se parece mas a su moñeco de cera.
Curioso como los periódicos barceloneses cubren el expediente del balón de oro de manera discreta, informando neutralmente del asunto en sus esquinitas. Os parecerá poca cosa, pero en esa neutralidad, en la asepsia con que da cuenta del evento la prensa adversaria, se concentra una forma oblicua de reconocimiento mucho mayor que en la fatua fanfarria de la prensa madrileña. Cuando un alma torticera no tiene nada, absolutamente nada con lo que malmeter, y se limita a exponer con frialdad un hecho que le duele, sin resaltarlo pero sin poder ocultarlo, sin celebrarlo pero también sin tratar de deslegitimarlo, es que ese algo es realmente extraordinario.
Felicidades Cristiano.