En la carcel yo escuchaba a Stalin a diario, siguió diciendo Brucan, mi admiración por él era total, orgánica. Incluso seguí admirandolo cuando empecé a enterarme de sus crímenes. Era eficiente. En esta parte del mundo admiras a una persona que consigue que se hagan las cosas. Por eso al principio de mi carrera pensé que el comunismo podría lograr algo. Si era cruel, yo no hacía objeciones, pues era uno de los beneficiarios. Me convenía personalmente, tenía toda suerte de privilegios: chalés a orillas del mar negro y en los Cárpatos. Tales privilegios anulan el pensamiento crítico. Hasta el informe Jruschov(de los crímenes de Stalin, en 1956) yo estaba dispuesto a perdonárselo todo a Stalin. Ahora veo que la democracia, a pesar de todas sus debilidades, evita los abusos de poder, pues proporciona libertad de pensamiento.
Naturalmente Ceausescu sabía muy poco de marxismo, ni siquiera podía hablar de Das Kapital, se burló Drucan. Yo le escribía los artículos. Pero él lo había memorizado todo sobre Stalin. Tanto Stalin como Ceausescu aprendían de memoria...
Entonces, ¿porqué Ceausescu se volvió tan estúpido al final? Pregunté.
Él era listo, la estúpida era ella. Una campesina realmente tonta. Sabe, cuando Ceausescu empezó a envejecer tuvo un problema de vejiga. Esta molestia le obligó a confiar en su esposa, y así fue como ella ganó poder político. En realidad, a los dos los mataron por culpa de ella.
¿Era necesario que los ejecutaran?
Tiene que comprender la situación militar del 24-12-1989, los ministerios estaban siendo atacados por gente armada, nosotros sabíamos que muchos generales aún apoyaban a Ceausescu, y teníamos información de que planeaban atacar la guarnición Tirgoviste, donde estaban detenidos él y Elena. Teníamos que evitar más derramamientos de sangre. Despues de mucho discutir, acordamos que los dos serían ejecutados al dia siguiente, tras un juicio arreglado. Yo era el más ardiente defensor de la idea de que los dos tenían que morir. Illescu (sucesor de Ceausescu hasta 1996), -Dijo Brucan sonriendo sarcásticamente de nuevo- al principio, como de costumbre, no estaba seguro de qué había que hacer.
¿Hubo alguna protesta cuando decidieron ejecutarla también a ella? Pregunté.
Ni siquiera se discutió, en eso no hubo ningún problema. Ella era peor que él...
Las naciones unidas no cuentan para nada. Rusia es debil. Yeltsin lleva ya 6 meses sin poder pagar las pensiones. Chechenia nos mostró un ejercito ruso caótico. No obstante, Rusia es un viejo imperio, y se desenvuelve bien en situaciones de debilidad. Y -añadió con una sonrisa- Finkelstein es muy hábil.
El hecho de que Brucan utilizara el nombre judío de Yevgueni Primakov, a la sazón ministro de relaciones exteriores de Rusia, demostraba su conocimiento de los archivos de la era comunista y su cínica opinión, fruto de su experiencia vital, de que incluso cuando, como en el caso de primakov, los judíos aprenden árabe y ayudan a Saddam Hussein a eludir las inspecciones de la ONU, siguen siendo considerados judíos en esta parte del mundo. Sin embargo, el asunto es ahora más sutil, dado el filosemitismo generado por el cosmopolitismo global, así como el hecho de que muchos miembros de la estructura oligárquica de poder rusa -Primakov, el magnate Boris Berezovski, el reformista Grigori yavlinski etc.- son judíos.
(Igual que el autor del libro o su entrevistado Sylviu Brucan)
En Timisoara se habían producido disturbios contra el régimen a raíz de la detención de un sacerdote húngaro, y los militares empezamos a desconfiar. Inmediatamente vimos conexión de esos hechos con una reciente demanda húngara de autonomía para Transilvania. Sabīamos que, como resultado de un acuerdo austro-húngaro(que permitía entrar en Austria a húngaros y otros ciudadanos del pacto de Varsovia). En julio del mismo año Hungría había apostado tropas en la frontera con Rumania.
Esto provocó la huida masiva de alemanes orientales a occidente a través de Hungría, lo que provocó la caída del muro de Berlín 4 meses después.
Búlgaros y rusos también se estaban movilizando y mandando tropas a nuestras fronteras. Me consta que esto suena a paranoia. Veíamos demasiadas cosas en esos movimientos de tropas, pero entonces no sabíamos que las protestas de Timisoara eran auténticas.
Así pues, esperábamos la señal para avanzar hacia la frontera húngara y defender nuestra patria, en lugar de ello nos ordenaron que saliéramos a las calles de Timisoara para defender a Ceausescu. Entonces fue cuando el estado mayor empezó a ver que el enemigo era Ceausescu, no los húngaros o los rusos.
La esperanza de recuperar Besarabia arrebatándosela a Stalin, fue lo que condujo a Antonescu a aliarse con Hitler contra Rusia. Pero después de la subida al poder de Antonescu, no se perdió ningún otro territorio. No estoy defendiendo lo que Antonescu hizo con los judíos, pero lo cierto es que mantuvo unido el estado y por eso mismo tenemos que perdonarle sus pecados.
El hecho de que el general Costache Codrescu perdone a Antonescu el asesinato de 185,000 judíos con el argumento de que mantuvo unida a Rumania pone de manifiesto la profunda inseguridad y brutalidad que impregnan esta sociedad. Otro general del ejercito rumano cercano a Ceausescu me dijo que en los seis meses siguientes a la caída del muro de Berlín, y antes de que Ceausescu fuera derrocado, planeaba rehabilitar a Antonescu proclamándolo héroe nacional rumano, como parte de un último esfuerzo para mantenerse en el poder con su esposa.
Slobodan Milosevic había hecho recientemente algo parecido en la vecina Serbia, al convertir el partido comunista en un partido fascista-nacionalista. Hasta entonces, en Rumania solo el presidente Constantinescu había repudiado públicamente a Antonescu...
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No sé si sois conscientes de lo que se está diciendo aquí, una camarilla liderada por un judío asesinó a Ceausescu cuando se estaba volviendo protofascista y pretendía rehabilitar al general Antonescu, gran aliado de Hitler acusado de asesinar 185 mil judíos. Que no lo digo yo, ni lo dicen sus enemigos ni lo dice algún conspiranoico. Está escrito en el libro “Rumbo a Tartaria, del famoso periodista judío Robert D. Kaplan, que entrevista directamente al implicado.
Este patrón se repite una y otra vez por todo el mundo, no somos la excepción.