Aquí hubo un tiempo donde los deportes en los que primaba el gran fondo o resistencia, el desayuno de los campeones era EPO con churros.
Recuerdo la gran estirpe de maratonianos españoles, prácticamente salidos de la nada, que borraron del mapa a los europeos y se pusieron a nivel de las gacelas Kenianas. Y nosotros tan contentos, sin preguntarnos nada, como tíos que se comían los mocos en el 10000 dos años antes, caso de Martín Fiz, iban como el expresso de Stalingrado en el maratón.
Este país es una juerga para la lucha contra el doping. Es normal que los guiñoles franceses nos pongan a nuestros deportistas firmando con jeringuillas, porque de puertas para fuera, es lo que proyectamos, de puertas para dentro, vivimos en ese complejo de inferioridad que nos quieren arrebatar lo que hemos ganado en buena lid. Buena lid, mis cojones, que este puto país, es lo más tramposo que hay en la tierra, y el deporte no va a ser una excepción.
Edito: Todavía estoy esperando las explicaciones de nuestro hamijo forero Robert Canta con las cosas que le pasaron a Miguelón en su sexto Tour. Ya de paso que me explique porque estos maratonianos, en cuanto se puso los controles medio serios de hematocrito, volvieron a las oscuras catacumbas de la mediocridad.....