No es titulitis, el saber humano es público y cualquiera puede acceder al mismo sin pasar por caja para que lo avalen con un título. Pero la sociedad, preocupada por sus miembros más SUBNORMALES, establece ciertos criterios para acceder a determinadas sustancias cuyo uso puede entrañar peligros. Algunas las prohíbe directamente, otras solo pueden usarse bajo la supervisión de otra persona que al menos ha demostrado poseer ciertos conocimientos y competencia. Esas personas no son los encargados de gimnasio, sino los médicos. En España te tienen que recetar los esteroides y es ilegal su venta como si fuesen caramelos que te ponen fuerte. Pero seguramente el encargado de tu gimnasio sepa más que todo el jodido sistema público de salud.
¿Las analíticas para ver si los esteroides te están fundiendo el hígado te las pagamos todos con nuestros impuestos o tienes la decencia de ir a una clínica privada? Que mala es la izquierda hasta que el médico público me detecta con medios públicos un tumor en el hígado por consumo de esteroides made in Laos y me lo extraen con una operación pública cuyo coste habría arruinado mi economía ya que mi seguro privado se ha lavado las manos y no me queda tiempo vital para pleitear, cosa que ocurre con bastante frecuencia en EEUU. ¿Dónde está entonces tu encargado de gimnasio y su saber?