Para los que no tengáis la piedra Rosetta a mano, ahí pone que como los gestores del gym(donde voy a ver pollas) (donde voy a ver pollas) (donde voy a ver pollas) (donde voy a ver pollas) (donde voy a ver pollas) (donde voy a ver pollas) (donde voy a ver pollas) (donde voy a ver pollas) (donde voy a ver pollas) donde voy a ver pollas son bastante incompetentes van a dar un nuevo bandazo en el modelo de negocio y lo van a orientar a las mujeres y ancianos, cosa que es muy respetable pero que, como comprenderéis, a alguien con un TOC tan hipertrofiado como el mío le supone un quebradero de cabeza enorme. Básicamente en menos de una semana de plazo van a fundirse todo el equipamiento de jacked training y a sustituirlo por TRX y balones suizos, con lo cual no he tenido más remedio que darme de baja porque a partir del mes que viene quiero empezar un volumen orientado a reventar todas las camisetas que tengo.
Para mí entrenar tenía bastante que ver con hacer y deshacer en un sitio donde ya lo teníamos todo domesticado y en repetir a lo largo del año lo mismo con mínimas variaciones. Nunca he estado igual de cómodo entrenando en un entorno en el que me siento extraño, y una sentadilla nunca sienta tan bien si no es en la misma jaula que he dominado con puño de hierro durante los últimos 5 años. Además para qué engañarnos, es el sitio donde he hecho todas mis preparaciones, conocía cada barra, cada disco, los rincones donde da mejor la luz para las fotos, y ahora se impone un cambio que como todos convendréis son siempre para peor. Es cierto que en mi ciudad hay más gimnasios que farolas prácticamente, pero son casi todo franquicias de instagram bunnies y desgraciados similares. Prefiero con mucho el típico gimnasio de barrio de toda la vida, pero al único que tengo cerca, justo debajo de mi casa, le falla la jaula y el día de peso muerto me quedaría sin discos.
Drama.