El taekwondo que yo practiqué durante años fue el world Taekwondo (wt) que, como bien dices, es el más popular, el más extendido y el de las Olimpiadas, para situar al personal. Mi experiencia con el taekwondo tradicional (ITF), se queda en unos pocos meses con los que coincidi con un argentino, que por lo que le entendí, fueron los que intentaron introducir esta modalidad en España, pero hasta donde yo sé no llegó a cuajar.
Esto sería mediados de los noventa, era la época de Coral Bistuer y España había arrasado en las Olimpiadas del 1992, así que las mamis cuando apuntaban a los niños al gimlasio, tiraban indiscutiblemente hacia el wt.
Lo que recuerdo en el ITF, era que se hacía mucho hincapié en la defensa personal ( a veces parecía más una clase de hapkido que de taekwondo), los combates eran más estáticos, sin apenas saltos y no recuerdo haber visto kaos. En el taekwondo wt, también hay defensa personal, de hecho en los exámenes, una de las partes corresponde a esta práctica, pero de normal no se trabajaba tanto en las clases, ( al menos yo lo viví así).
También recuerdo que el argentino podía examinar de cinturón negro en el mismo gimlasio, cosa que en el wt era y es impensable, ya que previamente tienes que sacarte títulos de entrenador y arbitraje y después, según en qué lugar te toque, te examinas de danes. Yo por ejemplo siendo vizcaíno, tuve que ir a Alicante a sacarme el segundo dan. Todo esto te lo cuento porque el taekwondo wt tiene un sesgo burocrático, - supongo que necesario para poder estandarlizarlo a nivel mundial- que me da la sensación que el ITF no lo tiene. Y te abundo al respecto, ( y perdón por el ladrillo).
Allá por el año 2000, en la Olimpiada de Sidney, el taekwondo wt se convierte en deporte oficial de cara al medallero, ( en las anteriores era deporte de exhibición) y se empieza a introducir el peto con sensores de impacto, para que las puntuaciones fueran más precisas. Esto supuso que los combates y en general la disciplina, perdiera un poco de frescura, que los combates primara mucho la estrategia, nadie quería arriesgar ya que un simple toque en el peto, pudiera significar un punto. De hecho, se empezó a ver amonestaciones a los contrincantes por falta de intensidad. Esto ha evolucionado mucho, pero hoy en día todavía se puede ver este tipo de incidencia. Aunque ya apenas lo sigo, salvo algún combate suelto de mundiales y Olimpiadas, un par de veces al año voy a hacer pumses con mi antiguo profesor, y veo que esa filosofía un tanto reservona, más estratégica que arriesgada, caló desde hace mucho en las clases.
Te cuento una del abuelo cebolleta. Cuando yo empecé en el taekwondo, allá por el 85, donde vivía y creo que en buena parte de España, aparecieron un montón de coreanos con la intención de expandir su arte marcial. Eran tipos que habían aprendido y practicado en la mili de su pais que duraba varios años y no era precisamente jugar a comandos. Así que te apuntabas a sus clases y empezaban a correr las hostias como un congreso ecuménico. De vez en cuando, íbamos a otro gimnasio de otro coreano a hacer clase de combates. Aquello parecía las peleas del oeste. Todos contra todos: cinturones altos contra cinturones bajos; adultos contra jóvenes; chicos contra chicas, y además se hacía sin casi calentar, ya que según ellos, era una forma de representar una lucha en la vida fuera del gimnasio. Ah, y con las espinilleras como única protección para el combate ( y peto el que tuviera dinero para comprárselo). Se suponía que había que ir con casco ya que en el campeonato del mundo del 83, ( aquel en el Ireno Vargas- otro gran icono del taekwondo ganó el oro), murió un taekwondista por una patada en la cabeza y apartir de ahí, debía ser obligatorio.
Pues bien, todo esto te lo cuento, porque a mi modo de ver, ese espíritu de ir a tumba abierta, sabiendo que te pueden hacer verdadero daño si no estás a lo que tienes que estar, se perdió o ha evolucionado hacia otra forma de ver el arte marcial, primando más el autocontrol, la estrategia o acaso otros valores que yo no sé apreciar. En cambio, por lo que he visto y vi en el ITF, creo que aún tiene ese punto de como se dice en el argot taurino que tan bien conoces " ir a puerta gayola". De hecho, si no me equivoco, apenas llevan protecciones.
Y todo ello sin menos cabo, que ambas modalidades, como cualquier arte marcial, y es una opinión muy personal, debiera ser obligatoria en todos los colegios por aquello de aprender disciplina, respeto y humildad valores que este pollavieja no ve precisamente en la juventud.
Bueno, eso es todo y mis disculpas por el ladrillo.