Hilo moda. Con chándal pega todo

Pues en chandal no, pero en pantalones cortos :1
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El concepto de "chandal para ir al bar un domingo por la mañana", resume mejor que sesudos analisis de premiados economistas, la situación de este mierda de país.



Vagos y maleantes.
 
Yo tenia unos pantalones de chandal de algodón, que lo usaba para casi todo en invierno, para estar por casa, para dormir, para ir en bici, para ir a comprar el pan.... Pero me ha desaparecido, y le tenía un gran cariño, me duró 10 años.
Es que no hay nada como la ropa ya desgastada, es lo mas cómodo que hay. Para el verano unas calzonas del dectlon ejercen ese papel, pero es aún mas versátil (playa, dormir, y cuando hacia deporte... para correr, jugar al futbito)

Yo soy de la generación en cuya infancia el chándal de algodón 2 tallas mas grandes y con rodilleras era el vestuario normal. Seria algo así como lo que llevaban los gitanos a medio de los 90, aquellos chandales de los pekemons.
 
Toneti rebuznó:
El concepto de "chandal para ir al bar un domingo por la mañana", resume mejor que sesudos analisis de premiados economistas, la situación de este mierda de país.



Vagos y maleantes.

Y sin duda alguna tienes toda la razón.
 
Los que no usáis chandal es por cuestión de estilo y moda supongo porque no existe ropa más cómoda

En cualquier caso maricones todos
 
Desde que me puse mi primer adidas style azul con rayas (como este):

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descubrí lo que era la felicidac en cuanto a vestimenta se refiere. Cómodos, prácticos y tolearantes con las lorzas. Todo ventajas.

Y en casa en invierno cumplen mejor que cualquier pijama gordo. Por desgracia, los trabajos de cuello blanco aún no son trabajos de chándal.

Y aunque los peores yonkis los usen, como ya se ha dicho arriba, son la prenda del poderoso DE VERDAD.

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-Y ya os podeis ir a tomar polculo con tantas chorradas sobre el vestir, hijosdeputa.
 
La crestita y el piercing también lo llevais por comodidad, eh chicos?
 
¿Usted no se había matado hace un par de hilos?
 
Coño, es verdad.


Me voy a matar.


Pero en tejanos.
 
El chandal se pone para ir de casa al gimlasio y viceversa.
Más de eso, es de granadinos.

Para estar en casa, ropa interior de saten, y un batin. Que no teneis puta idea de la elegancia casera.
 
Domingo Perez de Oña rebuznó:
El chandal se pone para ir de casa al gimlasio y viceversa.
Más de eso, es de granadinos.

Para estar en casa, ropa interior de saten, y un batin. Que no teneis puta idea de la elegancia casera.

Entonces en casa escuchas heavy metal vestido como Arturo Fernandez?
 
Domingo Perez de Oña rebuznó:
El chandal se pone para ir de casa al gimlasio y viceversa.
Más de eso, es de granadinos.

Para estar en casa, ropa interior de saten, y un batin. Que no teneis puta idea de la elegancia casera.

Por la casa va en pelotas, como para dormir, y si hace fresco o hay que salir a la terraza a lo que sea se pone uno los pantalones cortos de la selección española y humo. Igual que para cocinar, mas que nada para que no salpique aceite o agua hirviendo y se queme uno el rabo

Un gallego dando clase de elegancia, lo que me faltaba por ver
 
Siempre he preferido comodidad por encima de imitar al rebaño. Nunca he entendido los pantalones vaqueros, tan duros, tan poco flexibles... Prefiero la comodidad de un chándal. Y en verano Bermudas, porsupu.
 
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GÑE
Ropa cómoda e informal

En invierno, al menos, van con chandal. Y lo cierto es que el arriba firmante empieza a echar en falta esa prenda, con la que tanto me ensañé en esta misma página en otra ocasión. Sostengo y no enmiendo que el chandal para uso extradeportivo, o sea, ir de compras al Hiper el domingo con el BMW, o viajar en Iberia como si fueses directamente y sin ducharte del gimnasio a la clase turista, es una ordinariez y una horterada. Pero reconozco que, comparado con la indumentaria que gastamos en verano, el chandal es el frac de Fred Astaire, pero en moderno.

Antes sólo eran los guiris y uno decía, bueno, qué le vamos a hacer. No creo que este tiñalpa, con la pinta de matao que lleva, las chanclas y la camiseta y el calzón ese de flores, se quede en España más de una semana. Igual se le acaba el dinero para comer hamburguesas y roba una panadería y lo trincan los geos de la policía municipal y lo torturan salvajemente antes de aplicarle la ley de extranjería, para que no vuelva. O a la gorda esa del tanga, la camiseta donde pone Kiss me y la riñonera malva, la asalta un yonqui recién salido de Alcalá Meco con su tatuaje de Amor de madre, y le pincha con una jeringuilla en la teta, y la tía se pira a Illinois a contárselo a su amiga Jennifer y nos pone verdes, y así no vuelven nunca ni ella, ni Jennifer, ni la madre que tas parió.

Total, que uno se consolaba con tan piadosas intenciones porque es un xenófobo y un cabrón que no cree en eso del turismo como fraternidad e intercambio cultural. Más bien lo considera, tal y como se plantea hace tiempo, un molesto fenómeno que relega al individuo en beneficio de la chusma, y deja tras de sí un rastro de botellas de agua mineral vacías, envoltorios de hamburguesas, pintadas en monumentos, y es capaz de arrasar o envilecer, en cinco minutos, lo que generaciones de seres humanos lucharon por conservar durante siglos con amor y con esfuerzo.

Pero me desvío del tema. Estábamos con la murga de la indumentaria; y les decía, pues eso, que al principio uno se consolaba diciendo que las chanclas, y él calzoncillo de flores, y la camiseta para salir a cenar arreglao pero informal, eran la inevitable escoria que arrastra el turismo estival en su modalidad cutre. Como mucho, algo extensivo a aborígenes locales en territorio playero o aledaños. Pero hete que no. Resulta que el asunto se ha convertido en uso urbano nacional. Detenerse a tomar algo en un bar de carretera español, por ejemplo, supone un descenso automático a los infiernos. Familias enteras bajan de los automóviles exhibiendo sudorosas vergüenzas, matojos asomando por los tirantes de la camiseta, michelines mal embutidos entre minicamiseta y minipantalón, y pantorrillas peludas. Enanos raperos, horteras básicos de bermudas hawaianas y riñonera, o de más nivel, Maribel, con pantalón de dobladillo en la rodilla, zapatos náuticos y lacoste molón. Sólo algunos abuelos -camino del asilo, supongo, donde van a dejarlos de paso- mantienen la dignidad, aún con sus vestidos estampados y abanicos, ellas, o con sus zapatos de rejilla, sus pantalones ligeros y sus entrañables camisas blancas, ellos. Especies amenazadas, listas de papeles, extinguiéndose como el oso pirenaico, o las focas.

Pero lo delictivo del asunto es que ya no hace falta irse a los bares de carretera, o a Marbella, Benidorm o Torrevieja. Uno se sienta, por ejemplo, en la Plaza Mayor de Madrid, o en la calle Sierpes de Sevilla, o en la Gran Vía de Bilbao, y asiste a un desfile fascinante de sobacos y pantorrillas, de chancletas, zapatillas y camisetas mugrientas, lucidas con desparpajo sandunguero por fulanos que se llaman Eufrasio, Maripili, Manolo, Jordi, Vanessa. So pretexto del calor, con la pasión que en este país dedicamos a todo cuanto se nos pone entre ceja y ceja, los españoles nos hemos lanzado a una carrera desaforada de horterez indumentaria que ya quisieran para sí los concursos de la tele, la gente sale así, tan campante, a comprar el periódico, al banco, al cine, a ver a su abogado, a cenar. Con dos cojones.

Hay que ver. Cuando era tierno y jovencito abominaba de los veranos siempre tan apacibles, tan aburridos y formales, porque los mayores eran unos carcas y unos puñeteros y unos fachas que nos obligaban a vestirnos de forma decente al volver de la playa. Y ahora resulta que añoro como un ceporro aquellos atardeceres de camisas blancas, y señores con calcetines que se quitaban el sombrero de paja al entrar a un restaurante o para saludar a otra gente, y señoras a las que uno podía llamar señoras sin tener que aguantarse la risa. A veces soy tan antiguo que me doy asco.

13 de agosto de 1995
Artículos de Arturo Pérez-Reverte: Ropa cómoda e informal
 
Pues no me parecen tan cómodos los chándal, además con el caloraco no apetece ir en pantalón largo, ni recuerdo la última vez que me puse uno, tal vez hace un par de años para recoger papas. Los pantalones cortos mandan.
 
Hombre para tu tonelaje lo más cómodo seria vestir con sábanas.
 
chaparral rebuznó:
Yo, en mi infinita asociabilidad, voy de paramilitar, salvo fuerza mayor, esto es: verano, o al tratar de pasar por persona normal, cosa infrecuente.

Es la ropa mas sufrida que puedes comprar, y gracias a ella todos te miraran mal y otros peor, a excepcion de los 4 elegidos, tan asociales como yo.

Mas o menos tal que asi, pero sin botas y con barriga.
Browsing Store - SHIRT,BDU,GREEN/OD,RIP ST



Entiendo por tu avatar que eres del Chaparral, porque si vives en mi barrio yo te conozco.
O eres uno que anda a paso ligero todo el dia con un uniforme azul oscuro, mochila, gorra y botas negras, o eres otro que va con su casco estilo USA IIWW y sus gafas enormes, este es mas de quedarse en medio de un cruze con un palillo en la boca y una mano en la cintura, a mi me recuerda al general Patton.

Por cierto el chándal manda, si va conjuntado pantalón y chaqueta ya es de amazo.
 
Ya lo he probado. No es nada cómodo.
 
Cuando tenía aproximadamente 10 años, un amigo turbio de mis padres, abrío un hilo de wikileaks por el cual caían productos de camiones a muy buen precio. Estamos hablando de una época en la que el chandal pegaba fuerte, y que mi madre me los calzaba como respuesta rápida a "qué coño de ropa le doy al niño".

Hablo de este tipo de chandal noventero, que facilmente alcanzaba sus buenas 15.000 pesetas en el Simago más cercano. Mi madre me los ponía hasta sin camiseta, a lo Jesús Gil.
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El caso es que por 3.000 pelas te los vendía resién robados, mas rápido que Amazon.
Tiempos gloriosos cuando tenia 5 ó 6 chandal nike y adidas y unas zapatillas Reebook. Lo mas cercano de Scarface que he estado en mi vida.
 
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