Ayer noche salgo de casa con una folloamija. Nos dirigimos un ratico al centro a tomar algo.
Salimos de ahí, a eso de las cuatro, Ramblas arriba.
A la altura casi de Catalunya, frente al Burger, aparece un moro de estos colgaos, yendo yo con ella, pero yendo con ella ambos agarrados, siendo bien evidente el tipo de relación que nos une, dirigiéndose a ella, no recuerdo exactamente qué decía porque no lo entendí, en parte porque no sabía hablar castellano en parte porque era corto de neuronas. Le digo:
- A ver, ¿qué te pasa? ¿qué quieres?.
- No pasa nada, io no digo nada mujeres de atros.
- Muy bien. ¿Algo más?
- Miiiigo, no pasa nada.
Vale. Seguimos, y a la altura de Ramblas/Catalunya, como cinco metros antes del Hard Rock, sale un negro de estos que viene de la selva africana pero va vestido de 50 cent creyéndoselo. Para quien no sea de aquí en el centro de esta ciudad hay decenas y decenas de ellos que deambulan sin rumbo dando vueltas dedicándose a malvender marihuana, a ir detrás de las guiris a ver qué pillan, y a parasitar lo que sea de la manera más tirada que una mente pueda llegar a imaginar. Y a nuestro paso le dice a mi (¿novia? ... bueno, a ella):
- Guaaapa.
Es que no es ni medio normal. ¿Vosotros veis normal decirle guapa a una tia que va acompañada por un tio?. Que no son unos niños ni unos retrasados mentales; bueno, retrasados sí lo son, pero eso les viene de sangre. Lo que quiero decir es que lo dicen para dar por culo. Para provocar. Es algo indiscutible. Y lo dicen porque están tan acostumbrados a hacer lo que les salga de la polla, porque están tan acostumbrados a salirse con la suya y a no apreciar ni un puto gramo de mala hostia ni en la ley española ni en el pueblo raso, que se ven fuertes. Porque aqui hace falta tanta mala hostia, pero tanta, joder, que ni con media docena de Hitlers bastaría. Os lo aseguro.
Ahí ya me da todo igual. Voy para él, porque es que a mí me suda la polla todo ya. Porque este tipo de chusma sabe dar hostias (posiblemente lo único que saben hacer), pero yo tampoco me quedo corto. Porque yo iba a llevarme tres o cuatro buenos cates, pero es que él se iba a llevar otros tantos. Se hace el tonto, la otra le dice que es un anormal, se sigue haciendo el tonto mirándonos extrañamente como si la cosa no fuera con él y con el cuentito del "no speak spanish". Cedo. Cedo porque veo que recula, y porque la otra me lo pido, pero más lo primero.
Pero luego, resulta, me cago en Dios y en la Virgen puta y os lo juro por mis muertos, que cuando pasamos ya justo enfrente del Hard Rock, donde está la terraza que acaba en una fila de árboles, nosotros al otro lado de las matas, se oye desde la opacidad de éstas, un simiesco "guapa", dirigido a ella indudablemente porque no había nadie más y porque es que la voz venía de allí hacia nosotros. O sea, que alguien que no se veia en absoluto porque estaba tras las plantas, soltó ese "guapa", de forma incluso que parecía que eran los propios árboles los que nos hablaran. Es que es surrealista. Es que es woodyalleniano. No habían pasado diez segundos desde el negro, y este es que llega a decir exactamente lo mismo, "guapa", que junto a "¿quieres marioana?", "dies uros", "bente uros", "sí" y "no" es lo único que saben decir. Ahí ya no vacilé. Le metí un patadón en todo el árbol (toqué la cabeza del señor X) desde mi misma posición, dí la vuelva a ver quien cojones era el memo este, y me encuentro a un moro mierda de estos. En un principio iba a morder, pero tal como llegué rectifiqué calmado, le dí un tortazo leve para probarlo. Así, "plas", en la cara. Le digo "¿qué haces, a ver?". A ver si es capaz de explicarme las cosas, me dije yo. A ver si tienen algo en la puta cabeza. A ver hasta donde llega su nivel de lógica. A ver si yo puedo penetrar en esa bola de mierda que tiene dentro de su cabeza y a la que la ciencia llama cerebro. Y le pregunto si para él es normal. Es la única cosa que quería saber. Que me diera una opinión. Una explicación. Un punto de vista. Por supuesto, él solo sabía francés. Sabía dar por culo en castellano, sabía tocar los cojones en castellano, pero lo que él en verdad dominaba era el francés. "Je ne comprends pas".
Suerte hubo de que estos tres infraseres iban solos, porque lógicamente si llegan a ir de cinco en cinco, pues me la hubieran liado, y me hubiera tenido que ir a casa con mala leche.
Es que eran tres en un minuto. Es que son un agobio constante, cualquier barcelonés lo sabe igual que yo. Es que es increible las alas que se le dan a estos pedazos de mierdas. A unos indigentes, a unos indocumentados, a unos analfabetos que vienen de la puta selva, joder!
Y ahora, como conclusión, porque esto no me pasa a mí solo, esto pasa cada día -y mucho más heavy- en esa zona donde se agrupan muchos de ellos atraidos por el turismo, pues ahora resulta que uno no va a poder pasear por el centro de su ciudad tranquilamente con su chica. Uno tiene que ir a otros sitios con ella, o uno tiene que ir solo o en compañia solamente masculina por el centro de la ciudad, o uno tiene que ir con un pincho en el bolsillo para pasear por el centro de la ciudad con su chica e hincárselo en todo el hombro al primer hijo puta que venga a vacilarla. Todas esas opciones son las que hay, pero la opción de pasear con tu chica tranquilamente por el puto centro de tu ciudad no está presente.
Las maletas están casi hechas. Os lo digo de verdad y quizá bastante a mi pesar, pero las tengo casi hechas.