Becerro de oro rebuznó:
Que envidia vivir siento por los que vivís en Barna:
¿Por qué me amargan? | INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà
:pringui
Algunas anotaciones:
En general es bastante cierto todo lo que dice, y me he sentido identificado en más de uno de los casos que cuenta

, pero no obstante, y a pesar de saber que el objetivo del artículo va por otros derroteros, se olvida el señor Milà de hacer referéncia a la gentucilla autóctona, que también aporta su importante granito de arena a la hora de hacer tan amenos los viajes en "Rodalíes".
Algunas de las experiéncias más dantescas que he vivido a bordo de un tren han sido protagonizadas por los simpáticos canis locales, los cuales, por ejemplo, suelen armar un buen espectáculo cuando se suben en masa, la mayoría ya alcoholizados o empastillados, en el ultimo tren de la noche destino Barcelona a su paso por Sabadell. Luego también he visto casos individuales bastante lolescos, como el del bakala empastillao que, yendo solo en el vagón a excepeción de un servidor, se dedica a practicar su gancho de derecha con los asientos vacíos, o el del perroflauta al que han pillado los seguratas saltando la vía y al que acaban dejando suelto al cabo de dos paradas por no sufrir su verborrea
A parte de esta fauna que suele deambular los convoyes cuando ha caído el sol, nos encontramos durante horas más decentes con hordas de niñatos quinceañeros locales con su habitual atuendo de payaso-rapero-malote y sus correspondientes zorritas vestidas en plan putón como las mulatas que describe Milà, que sin duda animan el trayecto con sus profundas divagaciones a viva voz de "ke la Jenny z'a follao ar Kristian neen" o "la Jessi é una zorra m'entiendeh"

, mientras algunas se morrean con sus novietes panchos.
Sobre lo de los "artistas", lo de la guitarra nunca se lo he visto hacer a los panchos, eso es más bien cosa de perroflautas autóctonos, pero eso sí, estos no piden limosna luego, lo hacen solo "por amor al arte", y para transmitir un poco de alegría a los tristes pasajeros durante esos tediosos viajes en tren (Creo que ya conté por aquí la anécdota sobre el grupo de jerckys "monitors d'esplai" y sus civilizadas costumbres con los que me topé en un Cercanías de estos, y que es bastante representativa de esta especie). Los del acordeón (generalmente rumanos) suelen andar más por el metro de Barcelona, aunque cada vez se les ve menos (ahora les da más por vender mecheros y cosas así), junto con las típicas rumanas con su discurso lastimero "ayy senior seniora una halludita po favo senior seniora". Lo que estoy viendo ultimamente en los cercanías, que me dejó bastante flipado en un principio, es que muchos de estos rumanos que van pidiendo, en vez de molestar a todo el vagón contando sus penas, ahora son más educados y van repartiendo una especie de tarjetitas en las que te cuentan su vida y te piden amablemente una "ayudita", y luego las recojen esperando que algún alma caritativa se haya apiadado con su lectura y le de algo de calderilla.
Sin duda lo mejor de estos viajes son los niñatos, tanto ameríndios/dominicanos como payasetes locales como los antes descritos, que te animan el trayecto con su pseudo-musica puesta a todo volumen en sus I-Phones. Nada como estar tan tranquilamente leyendo en tu asiento y empezar a oír como aumenta ese molesto zumbido a medida que el niñato de turno se acerca al vagon hasta que puedes deleitarte escuchando bien fuerte en tu puta oreja el "dale dale reggetoooom"(:93).
Lo de las rumanas pedigueñas en el centro de Barcelona, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) en los alrededores de Plaça Catalunya, sí que es una verdadera plaga. Hasta amigos míos progres, después de tener sus incómodas experiéncias con estas alegres señoritas, han terminado soltando algún comentario "xenofob" en plan "y esta gente para qué coño viene a nuestro país?".

Como dato curioso, decir que en la terraza del mencionado café Zurich, suele haber una pandilla de "artistas" de la Europa del Este que animan a los presentes con su música de acordeón, entre cuyo repertorio se encuentra una versión del "Hava Nagila"
Sobre la reflexión final del artículo, acierta al afirmar que se está extendiendo un sentimiento primario de rechazo a la inmigración, y cada vez es más habitual escuchar por la calle comentarios despectivos hacia los "panchitos", y sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) hacia los "putoh moroh", pero luego toda esta gente que tanto se queja de los nouvinguts termina votando siempre al PPSOE (o a CIU), y si les hablas de cualquier partido anti-inmigracionista te salen con lo de "ezoh no, que ezoh zon loh fashah". Nuevamente termina imponiendose el bipartidismo y el hooliganismo político por los medios habituales, por lo que dudo que ningún partido de la llamada "ultraderecha" termine cuajando nunca en nuestro país.
Black Adder rebuznó:
Esta historia superficial nos muestra todo aquello que representa la Renfe. La incompetencia asumida como un mal congénito, la disciplencia, la vagancia entendida como una ética y estética laboral, la irresponsabilidad, la cara más oscura de la inmigración y un desprecio por el usuario que no podemos calificar como malvado, sino como puramente idiota. Porque ¿puede pecar el que no tiene consciencia del pecado? Todas esas cuestiones que ocuparon los teólogos escolásticos vuelven hoy con fuerza a la hora de emitir un juicio contra la incompetencia de la Renfe.
Y fíjate tú que los iluminados de TV3 nos dijeron que todos los problemas de las "Rodalíes" se terminarían cuando los "opresores" les transfirieran las competéncias

(todo el mundo sabe que la culpa de que los trenes lleguen tarde es de Madrit y tal)