Césped Alí
Freak
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Toda esa retórica pseudo-erótica de novela de Corín Tellado, para acabar diciendo que está castrado (eso sí), nos da un diagnóstico claro. CHARO LOCA DEL COÑO.No das una, macho. El perro no es comprado, sino rescatado de una vida horrible en los cheniles del maco. Apenas ladra, no ve el fútbol, y en la siesta se acurruca junto a mi para que yo recorra sus músculos envueltos en terciopelo fino y brillante. Yo le susurro en las orejotas blanditas de cachorro grande "¿pero cómo puedes estar tan mazao, sin ir al gimnasio ni pincharte esteroides?", y él emite gruñiditos mientras le reparto besitos por su esculpida anatomía, o le rasco las mandibulas, y él me lame la cara, o los pies... Yo le dejo hacer porque sé que es su forma de crear vínculo.
Por la calle, los chavales dicen "¡vaya perrazo!", y él va enhiesto como un guardia pretoriano, y yo, mucho más segura desde que lo tengo.
Está castrado, eso sí.
Tus disfuncionalidades te hacen incapaz de tener una pareja humana, pero presumes de intentar conseguir en un perro la calidez, vínculo y complicidad de una relación con un igual humano del sexo contrario. Porque la culpa es del falocentrismo opresor y machirulo, del machismo opresor o del heteropatriarcado (el que tengo aquí colgado). Retórica feminazistoide cargada de misandria echando balones fuera para no reconocer algo que sabes desde hace tiempo, y es que por muchas excusas que busques, el problema eres tú.
Por muy castrado que esté, la única duda que queda es saber si te la meterá hasta el nudo o no. Y cuando lo haga (que lo hará), te autoengañarás primero diciendo que es una nueva forma de "crear vínculo" (sic.), y en pocos meses acabarás presumiento de que tu perro te folla más y mejor que cualquier humano porque patatas. Pero eso sí, lo harás tranquila porque como está castrado, no podrás quedarte preñada.