Aunque vivo en Barcelona, de vez en cuando voy por trabajo a Madrid y aprovechando una de estas visitas, hace mas o menos un mes, pasé por el Mundo Fantástico para probar esto del baile privado.
En Barcelona soy asiduo de los peep de nuestra ciudad, en los que quizás sabeis que se pueden hacer bastantes cosas a través de las ventanitas abiertas en las cabinas bis-a-bis. Sin embargo, no tenemos esto de los los bailes privados, por lo que tenía ganas de probarlo.
Me pasé una noche entre semana, a eso de las 10 de la noche, después de acabar mis visitas de trabajo. Entré en el bar del primer piso y, de entrada, me sorprendió que era el único cliente. Había en la barra 4 o 5 chicas sentadas y yo me pedí una cerveza.
Apenas había tomado un sorbo de la cerveza (creo que por 5 o 6 euros), se me acercó una de las chicas (por suerte mia, la que me había parecido mas apetecible de las que había), sobre la cual no me pregunteis el nombre ni la descripción física, ya que no me acuerdo demasiado, pero estaba bastante buena, eso si. Después de dos besitos y cuatro palabras de presentación me propone el famoso tema del balecito por 50 euros, le pregunto si es solo baile o "algo más" y me deja clarísimo que solo baile y solo 10 minutos.
Como de hecho es a lo que venía, le digo que adelante, con la esperanza que una vez dentro de la habitación, intentaría algo más, aunque fuera previo pago de una "propina".
Le voy a pagar los 50 euros y me dice que ella no, que al camarero. Le pago al camarero y vamos para la habitación que está en un pasillo, al lado de la barra. Me sorprendió la habitación, porqué esperaba algo cutre y, al contrario, está bastante bien: limpia, amplia, con aseo anexo, un sofá, una mesita de centro y un mini escenario con la típica barra de baile de las show girls.
La chica se desnuda, ella me pregunta si me quiero pajear, le digo que si y me facilita unos kleenex para limpiarme.
Empeiza el baile y entonces empiezo el "ataque", pero a la que me acercaba a menos de un palmo de ella, me aparta la mano y me dice que solo mirar. Le propongo si me deja tocarla, pagandole algo más a ella directamente. Pero nada, que yo solo puedo mirar y que ella solo puede bailar para mi. Se me acerca bastante, mientras yo estoy sentado en el sofà se pone de pie encima mio, dejando su coño a un palmo de mi cara, pero a la que yo intento acariciar aunque fueran solo sus piernas o el brazo, me retira la mano una y otra vez, eso si entre risas y diciendo que soy muy "malo" y que eso no se puede hacer. Vuelvo a preguntarle ¿ni pagando más?, y no , ni pagando más.
Ante la imposibilidad de conseguir nada, me concentro en su visión y me pajeo tranquilamente. A los 10 minutos clavados, me dice que se acabó y apenas me da tiempo a correrme, que lo hago mientras ella ya estaba prácticamente saliendo por la puerta.
Al día siguiente vuelta al trabajo y por la noche, como solo en el hotel es muy aburrido y estaba muy cerca de la calle Atocha, vuelvo a probarlo. Esta vez un poco más pronto (debían ser las 8 y pico de la tarde).
Entro y me doy una vuelta por la zona del peep-show. Mientras paseo por ahí, una de las chicas que salía precisamente de actuar en el escenario del peep, se me acerca y vuelve a proponerme lo del bailecito privado. La chica también bastante follable, rubia y con unos pechos pequeños pero tersos, por lo que podia apreciarse a través del biquini que llevaba.
Le digo directamente que ya lo he probado y que no me interesa, puesto que a mi lo que me gusta es tocar una mujer y no solo mirarla. Me dice que efectivamente el baile es solo para mirar, pero que ella es diferente de las otras chicas y que ella si que hace algo más que bailar. Me tenta y acepto.
Vuelvo a pagar al camarero y para la habitación (creo que otra de la del día anterior, pero pràcticamente igual). Una vez dentro, efectivamente esta chica es diferente: me deja abrazarla, ayudarle a desnudarse, mientras la voy sobando las tetas y el culo.
Como esto promete, le pregunto que podemos hacer y ella me responde que en 10 minutos poca cosa, pero que si le pago 50 más podemos tener más tiempo. Como me puso caliente y las dietas por viajes de trabajo dan para estos caprichos, le pago otros 50. Ella sale un momento, supongo que para advertir que había contratado más tiempo y no le dieran el toque a los 10 minutos.
Vuelve y efectivamente, se deja hacer muchas cosas: la toco por donde y como quiero, le meto el dedo en el coño, después en el culo, le lamo las tetas, le pregunto si le puedo comer el conejito rasurado y me dice que por supuesto. Así lo hago, también por supuesto: limpito y fresquito, ummm.
Ella mientras tanto, también me va pajeando y tocándome.
El único pero: aunque yo le acerco mi polla a su boca, intentando que me la chupara, ella se limita a darle algun leve y breve lametón, pero sin llegar a ser un francés, ni mucho menos.
Después de estar jugando con ella por todos sus agujeros unos 20 o 25 minutos, acaba haciéndome una cubana, hasta que me corro en sus pechos.
En definitiva, una experiencia interesante, admito que por 100 euros me podría haber follado tranquilamente en una cama cualquier chica en otro club o piso, pero bueno, era algo diferente que tenía ganas de probar y queda demostrado que en el Mundo Fantástico se puede hacer algo más que mirar a las chicas mientras bailan.
Recuerdos desde Barcelona y espero que no me tengais en cuenta mi avatar (lo cortés no quita lo valiente)
En Barcelona soy asiduo de los peep de nuestra ciudad, en los que quizás sabeis que se pueden hacer bastantes cosas a través de las ventanitas abiertas en las cabinas bis-a-bis. Sin embargo, no tenemos esto de los los bailes privados, por lo que tenía ganas de probarlo.
Me pasé una noche entre semana, a eso de las 10 de la noche, después de acabar mis visitas de trabajo. Entré en el bar del primer piso y, de entrada, me sorprendió que era el único cliente. Había en la barra 4 o 5 chicas sentadas y yo me pedí una cerveza.
Apenas había tomado un sorbo de la cerveza (creo que por 5 o 6 euros), se me acercó una de las chicas (por suerte mia, la que me había parecido mas apetecible de las que había), sobre la cual no me pregunteis el nombre ni la descripción física, ya que no me acuerdo demasiado, pero estaba bastante buena, eso si. Después de dos besitos y cuatro palabras de presentación me propone el famoso tema del balecito por 50 euros, le pregunto si es solo baile o "algo más" y me deja clarísimo que solo baile y solo 10 minutos.
Como de hecho es a lo que venía, le digo que adelante, con la esperanza que una vez dentro de la habitación, intentaría algo más, aunque fuera previo pago de una "propina".
Le voy a pagar los 50 euros y me dice que ella no, que al camarero. Le pago al camarero y vamos para la habitación que está en un pasillo, al lado de la barra. Me sorprendió la habitación, porqué esperaba algo cutre y, al contrario, está bastante bien: limpia, amplia, con aseo anexo, un sofá, una mesita de centro y un mini escenario con la típica barra de baile de las show girls.
La chica se desnuda, ella me pregunta si me quiero pajear, le digo que si y me facilita unos kleenex para limpiarme.
Empeiza el baile y entonces empiezo el "ataque", pero a la que me acercaba a menos de un palmo de ella, me aparta la mano y me dice que solo mirar. Le propongo si me deja tocarla, pagandole algo más a ella directamente. Pero nada, que yo solo puedo mirar y que ella solo puede bailar para mi. Se me acerca bastante, mientras yo estoy sentado en el sofà se pone de pie encima mio, dejando su coño a un palmo de mi cara, pero a la que yo intento acariciar aunque fueran solo sus piernas o el brazo, me retira la mano una y otra vez, eso si entre risas y diciendo que soy muy "malo" y que eso no se puede hacer. Vuelvo a preguntarle ¿ni pagando más?, y no , ni pagando más.
Ante la imposibilidad de conseguir nada, me concentro en su visión y me pajeo tranquilamente. A los 10 minutos clavados, me dice que se acabó y apenas me da tiempo a correrme, que lo hago mientras ella ya estaba prácticamente saliendo por la puerta.
Al día siguiente vuelta al trabajo y por la noche, como solo en el hotel es muy aburrido y estaba muy cerca de la calle Atocha, vuelvo a probarlo. Esta vez un poco más pronto (debían ser las 8 y pico de la tarde).
Entro y me doy una vuelta por la zona del peep-show. Mientras paseo por ahí, una de las chicas que salía precisamente de actuar en el escenario del peep, se me acerca y vuelve a proponerme lo del bailecito privado. La chica también bastante follable, rubia y con unos pechos pequeños pero tersos, por lo que podia apreciarse a través del biquini que llevaba.
Le digo directamente que ya lo he probado y que no me interesa, puesto que a mi lo que me gusta es tocar una mujer y no solo mirarla. Me dice que efectivamente el baile es solo para mirar, pero que ella es diferente de las otras chicas y que ella si que hace algo más que bailar. Me tenta y acepto.
Vuelvo a pagar al camarero y para la habitación (creo que otra de la del día anterior, pero pràcticamente igual). Una vez dentro, efectivamente esta chica es diferente: me deja abrazarla, ayudarle a desnudarse, mientras la voy sobando las tetas y el culo.
Como esto promete, le pregunto que podemos hacer y ella me responde que en 10 minutos poca cosa, pero que si le pago 50 más podemos tener más tiempo. Como me puso caliente y las dietas por viajes de trabajo dan para estos caprichos, le pago otros 50. Ella sale un momento, supongo que para advertir que había contratado más tiempo y no le dieran el toque a los 10 minutos.
Vuelve y efectivamente, se deja hacer muchas cosas: la toco por donde y como quiero, le meto el dedo en el coño, después en el culo, le lamo las tetas, le pregunto si le puedo comer el conejito rasurado y me dice que por supuesto. Así lo hago, también por supuesto: limpito y fresquito, ummm.
Ella mientras tanto, también me va pajeando y tocándome.
El único pero: aunque yo le acerco mi polla a su boca, intentando que me la chupara, ella se limita a darle algun leve y breve lametón, pero sin llegar a ser un francés, ni mucho menos.
Después de estar jugando con ella por todos sus agujeros unos 20 o 25 minutos, acaba haciéndome una cubana, hasta que me corro en sus pechos.
En definitiva, una experiencia interesante, admito que por 100 euros me podría haber follado tranquilamente en una cama cualquier chica en otro club o piso, pero bueno, era algo diferente que tenía ganas de probar y queda demostrado que en el Mundo Fantástico se puede hacer algo más que mirar a las chicas mientras bailan.
Recuerdos desde Barcelona y espero que no me tengais en cuenta mi avatar (lo cortés no quita lo valiente)