Estoy seguro de que los polvazos en la jungla que echó Ingrid con el guerrillero son los que recordará en sus pajas el resto de su puta vida.
Ahora tendrá una triste vida secsual hasta desarrollar una afición por el bondage que la haga recordar las viriles pollas de simios de las FARC.
Una vez la hayan desparasitado, se haya recuperado y lleve unos meses comiendo bien, justo antes de la previsible etapa obesa que se le avecina, ahí estará en el punto justo para un polvo salvaje psicho-terapia-sindrome-estocolmo.
Pero ninguno de nosotros verá eso porque estaremos jugando al WOW, viendo la decimonovena temporada de LOST, buceando en YouTube, tirando dados de 20 caras o posteando en este manicomio.
PD: Hijosdeputa