No soy de mentir para ligar porque no soy de ligar. Pero tengo un amigo que es todo lo contrario y a veces me ha arrastrado a ello.
La última que recuerdo fue, hablando con unas crías, que mi amigo soltó que yo era escritor.
Una se mostró interesada y me tocó improvisar. Le dije que había escrito una novela sobre una joven que quedaba embarazada siendo virgen, a modo de una segunda venida de Cristo. Que, aprovechando que mi amigo era psicólogo y su conocimiento sobre transtornos mentales, había escrito una novela donde nunca dejaba claro si todo era una paranoya de la susodicha o había un complot que se encargaba de tratarla como una loca tras haber secuestrado a su hijo, que nunca conoce.
Claro, en cuanto me preguntó título y editorial se desmontó todo y mi amigo se enfadó conmigo porque se fueron riéndose de nosotros.