iskariote
Freak total
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Me levanté el lunes por la mañana con resaca y cuando llegué a la una frente al ordenador me acordé, "¡hostias, el juicio!". Lamenté mucho mi estulticia pero ya lo daba por terminado. Ahora lo lamento infinitamente más.
Antes de nada, lo prometido es deuda:
No se me ocurre la manera de hacer esto sin pecar de chupi, pero que lo elija el grandioso Caótico Bueno, se lo llevo a casa, se la mando por correo y envasada al vacío o la adquirimos en una bodega mientras comentamos masunos de interés. Una botella de Hendrick's, JD o algo por el estilo, para que la bebamos juntos, para que la comparta con otros foreros o para que se la tire a la cabeza a algún fiscal, suya es y él decide qué destino darle.
Y, vista la trascendencia de esta frase, voy a explicar por qué sugerí la idea y por qué le di tanta importancia como a una botella de alcohol, creo que redondea la historia un poco más, si cabe.
Un ilustre forero de esta santa casa de cuyo nombre no quiero acordarme, dedicado a labores de estas de pleitos y cosas de leyes, con número de colegiado nosecuántos, se enfrentaba a sus primeros juicios. Como cualquier forero que se precie, pasó más tiempo efecinqueando que preparando el momento de la verdad, sus visitas a otras vistas para hacerse con la jerga y las formas en un tribunal se vieron canceladas por el sueño que da quedarse hasta tarde foreando.
Así pues, llegó el día. Ser acusado pone nervioso, pero ser el que defiende al acusado y saber que igual se le cae el pelo por tus errores añade una responsabilidad que no da precisamente gustico.
En un momento de la vista, no recuerdo si el fiscal hizo una pregunta tendenciosa o si el demandante se columpió con su trola. El caso es que ante semejante ultraje, alguien que por aquí se pasará a leer, alzó la voz enérgicamente y chilló, como chillaría un púber que no controla sus rebeldes cuerdas vocales:
-¡Protesto, señoría!
Se oyó cómo en algún lugar bajo una toga se rayaba un disco de vinilo y se hizo el silencio en la sala. Ningún alguacil tuvo a bien espetarle un "Te callas" porque aunque ante los jueces nuestro héroe era novato, ante los agentes del orden ya se manejaba con más uñas que dientes y la vergüenza no exime de ira hacia los que se considera inferiores.
Eso sí, sus colegas y su señoría miraron con cara de asombro al escuchar esas palabras tan peliculeras que nunca, salvo en casos de extremo lol, se pronuncian en los tribunales de verdad. Tanta fue la sorpresa que casi por obligación moral, "¡Protesto, Señoría!" fueron las últimas palabras que quien protagoniza esta historia proyectó en ese juicio, a cualquiera le sale la voz después de semejante pifia.
Con esta anécdota que podía haber contado en dos líneas, pero que alargo porque disfruté mucho, a carcajadas y pataleando, rememorando con este ser de luz ese momento, tan bochornoso como entrañable, se explica por qué eran esas y no otras palabras las que solicité en mi humilde petición.
Queda cerrado así el círculo y el foro trasciende más allá de lo que los foreros somos capaces de comprender. Sea el próximo episodio digno de suceder a este.
Antes de nada, lo prometido es deuda:
iskariote rebuznó:Joder, eso sería grandioso. Yo invitaría a una botella de algo si en la grabación te pronuncias con un "¡protesto, señoría!".
No se me ocurre la manera de hacer esto sin pecar de chupi, pero que lo elija el grandioso Caótico Bueno, se lo llevo a casa, se la mando por correo y envasada al vacío o la adquirimos en una bodega mientras comentamos masunos de interés. Una botella de Hendrick's, JD o algo por el estilo, para que la bebamos juntos, para que la comparta con otros foreros o para que se la tire a la cabeza a algún fiscal, suya es y él decide qué destino darle.
Y, vista la trascendencia de esta frase, voy a explicar por qué sugerí la idea y por qué le di tanta importancia como a una botella de alcohol, creo que redondea la historia un poco más, si cabe.
Un ilustre forero de esta santa casa de cuyo nombre no quiero acordarme, dedicado a labores de estas de pleitos y cosas de leyes, con número de colegiado nosecuántos, se enfrentaba a sus primeros juicios. Como cualquier forero que se precie, pasó más tiempo efecinqueando que preparando el momento de la verdad, sus visitas a otras vistas para hacerse con la jerga y las formas en un tribunal se vieron canceladas por el sueño que da quedarse hasta tarde foreando.
Así pues, llegó el día. Ser acusado pone nervioso, pero ser el que defiende al acusado y saber que igual se le cae el pelo por tus errores añade una responsabilidad que no da precisamente gustico.
En un momento de la vista, no recuerdo si el fiscal hizo una pregunta tendenciosa o si el demandante se columpió con su trola. El caso es que ante semejante ultraje, alguien que por aquí se pasará a leer, alzó la voz enérgicamente y chilló, como chillaría un púber que no controla sus rebeldes cuerdas vocales:
-¡Protesto, señoría!
Se oyó cómo en algún lugar bajo una toga se rayaba un disco de vinilo y se hizo el silencio en la sala. Ningún alguacil tuvo a bien espetarle un "Te callas" porque aunque ante los jueces nuestro héroe era novato, ante los agentes del orden ya se manejaba con más uñas que dientes y la vergüenza no exime de ira hacia los que se considera inferiores.
Eso sí, sus colegas y su señoría miraron con cara de asombro al escuchar esas palabras tan peliculeras que nunca, salvo en casos de extremo lol, se pronuncian en los tribunales de verdad. Tanta fue la sorpresa que casi por obligación moral, "¡Protesto, Señoría!" fueron las últimas palabras que quien protagoniza esta historia proyectó en ese juicio, a cualquiera le sale la voz después de semejante pifia.
Con esta anécdota que podía haber contado en dos líneas, pero que alargo porque disfruté mucho, a carcajadas y pataleando, rememorando con este ser de luz ese momento, tan bochornoso como entrañable, se explica por qué eran esas y no otras palabras las que solicité en mi humilde petición.
Queda cerrado así el círculo y el foro trasciende más allá de lo que los foreros somos capaces de comprender. Sea el próximo episodio digno de suceder a este.