clod20
Forero del todo a cien
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Cada mes que transcurre, aunque parezca mentira, mueren dos idiomas. El español hablado por cientos de millones de personas figura entre la media docena de lenguas cuya supervivencia parece asegurada, aunque sufra los embates del inglés, la globalización o el empobrecimiento del lenguaje.
AFP. Al finalizar el siglo XXI, se habrá extinguido la mitad de las 6,700 lenguas vivas que existen actualmente en el mundo, según un inquietante pronóstico formulado en 2002 por Stephen A. Wurmo en un estudio encargado por la UNESCO.
Parece difícil imaginar que ese triste destino pueda acechar al español, un idioma que permite a 400 millones de personas atravesar 23 países sin cambiar de lengua. Pero nadie ignora que, a pesar de su homogeneidad, ese código de comunicación vive bajo la persistente amenaza de la diversidad, las nuevas tecnologías de la información, el empobrecimiento cultural y la competencia del inglés.
Algunos lingüistas optimistas prefieren creer que la actual encrucijada es apenas una crisis de pubertad después de 10 siglos de existencia.
Los más escépticos, sin embargo, exhiben estadísticas y ejemplos para probar que los peligros no son imaginarios: sólo en un período reciente de 15 años —de 1970 a 1985— desaparecieron 1,800 lenguas y actualmente, otras 2,000 dejaron de transmitirse. Según la UNESCO, el patrimonio lingüístico de la humanidad está en peligro.
El spanglish
El primer peligro del castellano es, sin duda, la ofensiva del inglés, cuya capacidad de penetración cambió radicalmente en las últimas décadas, impulsada particularmente por el internet.
“En apenas medio siglo, el inglés ha colocado en nuestras bocas tantas palabras como el árabe en ocho centurias”, sostuvo Alex Grijelmo en su libro Defensa apasionada del español.
La invasión de anglicismos no asusta a todos los especialistas. El propio Grijelmo reconoce que el inglés comenzó a penetrar con fuerza la lengua castellana recién a mediados del siglo XX. Antes el idioma había sufrido una ofensiva similar de parte del francés y —en menor medida— de otros orígenes.
Influencia cultural
Luis Jaime Cisneros, director de la Academia Peruana de la Lengua, tiene una visión más realista: “Hasta el segundo tercio del siglo 20 en el idioma español del Río de la Plata había una gran cantidad de neologismos de origen francés relacionados a la influencia de esa cultura.
Pero hay que reconocer que en esa época nuestros padres iban a Europa, y los de ahora van a Miami. En Europa se encontraban con el Dante y con Shakespeare, y en Miami con el ratón Mickey”.
La Academia acaba de bajar los brazos con resignación ante la fuerza que tiene ese fenómeno: el 15 de enero incorporó la palabra internet a su diccionario.
Muchas batallas se pierden por pereza. “Whisky es una palabra que tiene mejor sabor que e-mail”, comenta Cisneros. Y es que en materia de anglicismos, hay términos que suenan mejor que otros.
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AFP. Al finalizar el siglo XXI, se habrá extinguido la mitad de las 6,700 lenguas vivas que existen actualmente en el mundo, según un inquietante pronóstico formulado en 2002 por Stephen A. Wurmo en un estudio encargado por la UNESCO.
Parece difícil imaginar que ese triste destino pueda acechar al español, un idioma que permite a 400 millones de personas atravesar 23 países sin cambiar de lengua. Pero nadie ignora que, a pesar de su homogeneidad, ese código de comunicación vive bajo la persistente amenaza de la diversidad, las nuevas tecnologías de la información, el empobrecimiento cultural y la competencia del inglés.
Algunos lingüistas optimistas prefieren creer que la actual encrucijada es apenas una crisis de pubertad después de 10 siglos de existencia.
Los más escépticos, sin embargo, exhiben estadísticas y ejemplos para probar que los peligros no son imaginarios: sólo en un período reciente de 15 años —de 1970 a 1985— desaparecieron 1,800 lenguas y actualmente, otras 2,000 dejaron de transmitirse. Según la UNESCO, el patrimonio lingüístico de la humanidad está en peligro.
El spanglish
El primer peligro del castellano es, sin duda, la ofensiva del inglés, cuya capacidad de penetración cambió radicalmente en las últimas décadas, impulsada particularmente por el internet.
“En apenas medio siglo, el inglés ha colocado en nuestras bocas tantas palabras como el árabe en ocho centurias”, sostuvo Alex Grijelmo en su libro Defensa apasionada del español.
La invasión de anglicismos no asusta a todos los especialistas. El propio Grijelmo reconoce que el inglés comenzó a penetrar con fuerza la lengua castellana recién a mediados del siglo XX. Antes el idioma había sufrido una ofensiva similar de parte del francés y —en menor medida— de otros orígenes.
Influencia cultural
Luis Jaime Cisneros, director de la Academia Peruana de la Lengua, tiene una visión más realista: “Hasta el segundo tercio del siglo 20 en el idioma español del Río de la Plata había una gran cantidad de neologismos de origen francés relacionados a la influencia de esa cultura.
Pero hay que reconocer que en esa época nuestros padres iban a Europa, y los de ahora van a Miami. En Europa se encontraban con el Dante y con Shakespeare, y en Miami con el ratón Mickey”.
La Academia acaba de bajar los brazos con resignación ante la fuerza que tiene ese fenómeno: el 15 de enero incorporó la palabra internet a su diccionario.
Muchas batallas se pierden por pereza. “Whisky es una palabra que tiene mejor sabor que e-mail”, comenta Cisneros. Y es que en materia de anglicismos, hay términos que suenan mejor que otros.
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