De todas maneras, si queréis que una mujer se sienta atraía por vosotros, no acudáis esencialmente a la indiferencia o a la frialdad: el mejor método posible para alterar la fibra óptica de una mujer, para que se fije en vosotros, que os vea deseables, interesantes y que moje bragas buscando seguiros como perritos es la competencia de otra mujer. Las mujeres son envidiosas, egoístas, competitivas, viles, faltas de todo tipo de sentimientos de empatía: se odian entre ellas; no siente respeto o apego hacia sus semejantes. Una simple bacteria puede tener más alma y emociones que una tía. Sienten miedo cuando saben que su status de privilegio, ése que podríais aportarle y que ellas nunca podrían conseguir por sí mismas (poder, dinero, seguridad, defensa...) puede verse comprometido por la llegada de otra puta.