Sobre el Euskera.
De su origen puede afirmarse que la lengua vasca se trata de una lengua afincada en el territorio desde la época prerromana, usada más o menos en los mismos confines físicos donde hoy se emplea, y en contacto con el íbero y las lenguas celtas peninsulares, así como con las lenguas del sur de la Galia (seguramente, muchas palabras serían compartidas por hablantes de diferentes lenguas).
En todo caso, el euskera, claramente diferenciada de las demás indoeuropeas colindantes, posee características aglutinantes como la lenguas laponas, caucásicas y bereberes; además es ergativa como otras lenguas del mundo, lo que contribuyó a elaborar todo tipo de teorías sobre la familia lingüística a la que pertenece. Lo más verosímil es que llegara a la península traída por pueblos invasores en el periodo final del paleolítico superior o por poblaciones cuyos modos de vida seguían próximos a culturas de este estadio.
Más o menos esto es lo que sugirió Miguel de Unamuno por la existencia en euskera de los términos aitz, aitzur, aizkora para significar 'roca', 'azada' y 'hacha' respectivamente, lo que sugiere la pervivencia de instrumentos de piedra entre los hablantes, prueba de su primitivismo, sea cultural, sea cronológico o sea linguístico.
El asentamiento del euskera en el País Vasco es tan ancestral que puede afirmarse sin exageraciones su carácter de lengua indígena. Convivió en época prerromana con el ibero y celtas vecinos, y tomó muchos préstamos léxicos del latín durante el imperio y edad media (se calcula que más del 50 por ciento del vocabulario del euskera se basa en raíces latinas; ver el estudio de Santiago Segura Munguía al respecto).
Es evidente que el euskera sirvió como sustrato a la configuración del castellano (la pronunciación y vocales de este son las de el euskera, diferentes de las del gallego y catalán por ejemplo) y durante siglos permaneció intacto y reducida al ámbito de la comunicación local y familiar de una zona pobre y algo apartada de las rutas de comercio y peregrinación.
El vasco posee cinco vocales, que se corresponden básicamente con las del español como hemos dicho. Las vocales e y o presentan grandes diferencias según su entorno fonético; es muy frecuente que en el caso de la e cambie de timbre, desde el fonema /i/ hasta el /a/. En el sistema consonántico la consonante f parece con claridad un préstamo. Posee una sibilante sorda s, otra sonora z, y otra palatal fricativa x, como la francesa, que corresponde al fonema /š/.
Otra característica de su sistema consonántico es la articulación africada de los tres fonemas sibilantes bajo las grafías ts, tz, tx, este último puede escribirse también como ch en los préstamos entre vasco y castellano ya que tiene el mismo sonido. Buena muestra de ello es el apellido Echevarría que procede de etxe, que significa 'casa' y berri que significa 'nuevo'. El acento varía su posición en función de la oración, de la frase y de la palabra, de ahí la gran vacilación que se observa en la transcripción de los nombres al castellano.
Morfológicamente es una lengua muy rica en partículas y pertenece al tipo aglutinante. Posee un sistema de casos, una (extraordinariamente) compleja conjugación verbal y sintácticamente mantiene el orden nombre-adjetivo-artículo como en aita gurea (literalmente 'padre nuestro el', donde el sufijo a corresponde al artículo). Su léxico actual ha tomado últimamente numerosas raíces procedentes directamente del castellano y del francés modernos.
La lengua vasca, en otros tiempos llamada vascuence en castellano y hoy eusquera, euskera o euskara (y eskuara en la zona francesa), propia del pueblo “euskaldun”, esto es, del pueblo que habla euskera frente a otros pueblos que hablan otra lengua (“erdera”), pudo haberse perdido como otras lenguas peninsulares hispanas (celtas, íbero) y de la Galia, pero fue precisamente su aislamiento, pobreza del territorio y escaso interés en asentar núcleos de población importantes salvo en el sur agrícola (Älava, ribera navarra) y en la costa (puertos del cantábrico) lo que permitió que sobreviviera al mundo romano y comienzos del mundo medieval.
En el siglo IX la lengua vasca estaba consolidada en un territorio ámplio (Pais Vasco, norte y centro de navarra, zonas de repoblación de Rioja), siempre en contacto con lenguas romances derivadas del latín e incluso con la lengua árabe (ribera navarra) , aunque mantenía su existencia como lengua de carácter familiar.
Es curioso que la lengua vasca tiene sus primeras palabras escritas a la vez que las primeras palabras en lengua, como lo testimonian las glosas en vasco para predicar a vascohablantes de San Millán de la Cogolla. El primer texto impreso en lengua vasca pertenece al poeta y clérigo Dechepare (1545). En el siglo XIX surge un movimiento de afirmación nacional (al igual que en otros lugares de España y Europa) conocido como Fuerismo, muy ligado a la lengua y a la literatura, las cuales experimentaron un extraordinario desarrollo dentro de presupuestos románticos, idealizadores del pasado y recreadores del mismo.
La creación de la Academia de la Lengua Vasca va a suponer un paso importante en la búsqueda de una norma unificadora(imprescindible para permitir una literatura comprensible para todos los hablantes), que no pudo desarrollarse porque después de la Guerra Civil española el vasco sufrió una represión.
Sin embargo, a partir de 1968 Gabriel Aresti (bajo la dirección del linguista Koldo Mitxelena y de otros estudiosos) inician la normalización de la ortografía, el léxico, la declinación y el verbo. Con la llegada de la Democracia el vasco fue reconocido como lengua cooficial en el País Vasco y en 1984 el congreso de Euzkaltzaindia sentó las bases para la normalización en un idioma de los diferentes dialectos vascos, que es el llamado batua como hemos señalado.
Esto ha dado lugar a una producción literaria y científica, a publicaciones periódicas, emisoras de radio y canales de televisión que normalizan y difunden la lengua. Su enseñanza en el ámbito del País Vasco es obligatoria en los niveles de enseñanza primaria y secundaria, lo que asegura ya definitivamente su pervivencia, aunque la lengua que pervive no es ninguno de los dialectos históricos y existe una cierta polémica sobre las consecuencias reales de la unificación.
Finalmente, cabe señalar que hoy en día casi el cien por cien de los vascohablantes hablan a su vez otra lengua (castellano o francés), cosa que no sucedía en el pasado, y casi siempre la hablan mejor y con mayor dominio que el de la lengua vasca, por lo que algunos estudiosos señalan que en el futuro (siglo XXI avanzado) existirán dos dialectos del batua, el de los castellanohablantes y el de los hablantes franceses. Los dialectos históricos irán desapareciendo según pasen las generaciones hoy vivas y el euskera pervivirá en una versión escrita común a todos los hablantes, siendo la pronunciación y giros los propios de la segunda lengua (castellano o francés) que conozcan.