Los medios de comunicación son cortijos acotados para goce y disfrute de su amo. En ellos se repite todos los días, como un mantra, las líneas generales. El periodista que se sale de madre, sutilmente se les llama al corral, si desisten -cosa que normalmente no hacen- se les echa.
Don Ignacio Escolar entró en El País gracias a "una vacante" y esta primavera, con eso de los papeles de Panamá, apareció el nombre de don Juan Luis Cebrían y su antigua compañera de piso. Recibió la llamada: amigo Ignacio, ¿Sabe usted por qué se fue su compañero al que tanto criticó su actitud? Don Ignacio pensó que tenía suficiente currículo y experiencia, la prepotencia, la arrogancia comparable a la de don Pablo Manuel Iglesias, hizo que al día siguiente continuara con los famosos papeles, le dieron la patada; pero ahí no acaba la cosa, la patada fue de órdago cuando la rama del señor Cebrían y señora desapareció y con el los asuntos sucios panameños del presidente del grupo Prisa. El grupo más endeudado de la comunicación española. Año tras año el grupo sigue presentando perdidas, mientras su presidente sigue llevándose diez kilos por la ruina. ¿Alguien lo entiende?