Yo cuando trabajé en el restaurante había un lavaplatos iraní. El cabrón tenía unos 60 años y hacía unas mierdas que te cagas y se las corregía y el tío me decía que no era su estilo, que respetara, el muy hijodeputa. Yo me reía y no le decía nada pero llega a ser mi restaurante y le reviento a latigazos. Cuando no tenía que fregar y se ponía a ayudarme, hacia cosas feísimas, era exagerado las putas aberraciones de ese tío. Es que no tenía ni puta idea de la estética básica de nuestra cultura.
Me contó su vida y había vivido en Nueva Zelanda y locuras varias. Le dije que qué duro lo que me contaba y me respondió: "una vida super divertida". Yo flipando, 60 años, jodidísimo de salud, trabajo de mierda, sueldo de mierda, teniéndome a mí de jefe...yo me suicidaría pero el tío ahí encantado. Ese día con esa respuesta se me quitó bastante la tontería, mente positiva.
Y la otra anécdota creo que ya la conté. Había un cocinero indio. Recuerdo que nos cruzamos en el baño y me preguntó con voz inquisidora que si me había lavado las manos (yo trabajaba tocando la comida con las manos), el tío echándome la bronca. Me tuve que inventar que sí me había lavado (soy un serdo) y de ahí me fui al almacén a reírme con todas mis fuerzas (soy respetuoso y no quería faltarle al respeto). Un indio preguntando a alguien que si se ha lavado, es que todavía me hace gracia.
Aquí hay restaurantes indios que en vez de papel higiénico te encuentras una regadera, y el muy hijodeputa echándome la bronca por no lavarme...