Métase por el recto su solidaridad de mierda y sus lecciones de sabiduría suprema.
Cuando un hombre que no folla culpa a la mujer, efectivamente, demuestra que algo no va bien en su cabeza, la autocrítica (hilazo) es la clave del éxito.
Lo que nuestro nuevo fugaz amigo no alcanza a comprender es la sutil pero infinita diferencia entre el resentimiento y el hastío que provoca un puzzle en nivel principiante.
Papanatas sin más intereses que lamer un trozo de cuero usado y colgandero no pueden pretender ser guías ni maestros de nada. Es usted, en todo caso, un faro, por residir en las rocas contra las que los MARINEROS de verdad moriríamos en caso de colisionar. Un ejemplo a no seguir, una mierda en la acera.
Seducir no es un arte, ignorante, seducir es un algoritmo tan sencillo que aburre. Transgredir unas cuantas veces el umbral de unas bragas enseña a los más atentos que hacerlo no es más difícil que una partida de cartas. Partir con una buena jugada, de lo contrario, robar para mejorarla. Si no se consigue nada, engañar al oponente. Una vez obtenido lo mejor del botín, levantarse de la mesa y darles la espalda a quienes hayamos desplumado. Volver a casa, malgastar el dinero en bourbon y reír como un demente.
Si nos volvemos a sentar en la misma mesa, cada vez será más difícil completar el ciclo pues nuestras artimañas y recursos serán conocidos y muy vigilados por los nuevos enemigos a quienes pusimos en jaque. Aprende pues, el buen jugador, a no jugar siempre en el mismo casino y a jugar solamente cuando el resto de aventuras nos dejen tiempo y salud para salir corriendo, si nos da la gana correr.
Entre tanto, hay toda una vida más allá de unas enaguas.
Quienes centráis vuestra vida en las mujeres, lo que ellas piensen de vosotros, lo que a ellas les gusta o deja de gustar, su psique (

) y todo ese mundo tan místico, como el ayurveda o el feng-shui, que se construye a su alrededor para conferir una relevancia que NO EXISTE, sois MU-GRE.