Sí, te comprendo perfectamente y soy partícipe de tu sentimiento, pero te recomiendo que aprendas a distinguirlo de lo otro. No tienes nada en común con ella, mo tenéis los mismos gustos, no congeniáis, sois de edades muy dispares y probablemente vuestras personalidades son polos opuestos. Eso no es gustar. Sólo te consume imaginar cómo sería tener su culo gordo encima de tu cara, con todo su peso aplastando tu cráneo, sus nalgas desproporcionadas ocupando cada centímetro cúbico de espacio, tu nariz obstruida luchando por respirar y sus muslos ultradesarrollados comprimiendo tus parietales, haciendo cada vez más fuerza, amenazando con reventarlos como una cáscara de nuez. A mí me pasa constantemente.