La puta. 1600 lomos, qué barbaridad.
En lo que respecta a tener aliens y la vida en pareja os voy a contar un cuento corto de un chaval del curro que se llamaba Mateo, el patés porque es más bueno que el pan. Mateo tenía 20 años cuando entró de prácticas, un joven con la mochila cargada de sueños. Ahora tiene 26 años y está arruinado en lo social y en lo económico. Hizo mucho dinero en las apuestas porque tenía pasta de un abuelo, tío yo qué sé; además del padre muerto. Tenía mucho dinero para un chaval. En una fiesta conoce a Rocío. Una tipa con el pelo ondulado y cara de chuparla babosa, está buena. Mateo y Rocío empiezan a salir.
Aquí pierda 1/3 de su tesoro, después 3 años de novios lo dejó más seco que la mojama. Cenas viajes y todo. El chaval enamorado en tres años se compra una puta moto que empieza a ser su vida.
LA BODA. Otro puto tercio o más de su riqueza. Ya contamos con un Mateo más maduro. 24 años, fuerte y dinámico. Acaba de descubrir que trabajar es una puta mierda y piensa por primera vez que si no hubiera conocido a Rocío, podría esconderse unos años a disfrutar del oro amasado. Le quedan 25k y la rocío se queda preñada unos meses después de casarse, CLARO, con todo firmado y rematado. Yo la vi y supe en dos milésimas de segundo que era lo que se conoce como "PARÁSITO". Pero por esa cara de guarrona de cajera de super y esas tetas -puf y la pompa apuntando al cielo- se le perdona lo mala que es.
Creo que han pedido un préstamo porque están haciendo reformas en la casa de su abuela. Osea que se lo han fundido todo. TODO PARA QUE LA HABITACIÓN DEL NIÑO ENCAJE CON EL RESTO. Yo no sé nada de Mateo después de todo esto, pero tiene que ser un fantasma con los bolsillos dados la vuelta.
ARRUINADO y ATRAPADO en el sueño del ser humano medio. Y esta historia me la he inventado pero da igual porque es la norma general y quien diga lo contrario vive en los mundos de Yupi.
Mi padre se gasto 1000 pelas en una papelería para hacer "el cuarto de la criatura"; se lo gastó en cartulinas, tijeras y celo. Sacó la lavadora y las estanterías de un cuarto pequeño sin ventanas y de la despensa, hizo mi cuarto. Te quiero papi. Pidió prestada una cuna y recortó mil formas en las cartulinas. Corazones, nubes, estrellas, círculos, cuadrados, triángulos, ruedas de molino, timones, anclas, motos, coches, bicicletas, lunas, cometas, guitarras, gatos, perros. Siluetas que pegó en las cuatro paredes. Con los años se fueron cayendo poco a poco. La última cayó en 2010. Así como la relación con mi padre, duró lo que duró el tesafilm.