La que no va a ser reina es una preciosidad. Además mirad donde tiene el culo, no es de esas culicaidas, tiene buenas patorras. A la hermana si le quitas el sexapil de ser la futura reina y todo lo que eso conlleva en cuanto a cuidados, se queda en una joven normal y corriente tirando a feucha. Le quitas esa melena rubia con bucles que seguro que la pelleja de la madre le obliga a cepillarse todas las noches antes de acostarse, le quitas ese cutis perfecto nacarado que da los interiores marmóreos de palacio, le quitas esa seguridad en la mirada de ser de sangre azul y futura reina; y la muchacha se queda en Jenny. La hija de Jóse el chispa, el del primero izquierda. Imagináosla con el pelo menos peinado o que nunca se haya peinado en peluquería, de coleta a suelto natural y listo. Imaginaos esa piel tan blanca como la nieve pura sustituida por un tono más marrón y muchas más manchas e imperfecciones como pecas y demás por una alimentación regulera. Y ahí la tenéis, una más de las que te encuentras por la calle que van al instituto con la mochila tapándoles el culo, los pelos por la cara para que no se les vean los granos y seria como una gótica para no asustar con la dentadura del terror, acomplejada total.
Pero la hermana no, joder, la hermana tiene una sonrisa sincera y bonita, unos ojos brillantes y grandes, un pelo que huele a rosas frescas, una nariz simpática, toda su cara es armónica, y su cuerpo de momento también. Luego mutará como la tía esa que estaba con el Duche Empalmado, que tiene hechuras de mula torda desgarbada.