Si tenéis entre 20 y 300 años seguramente sepáis lo que es pokemon, un mundo imaginario de monstruos domesticados que popularizaron unos tazos que venían en los chetos. Durante mi infancia me harté a perfeccionar la técnica de estos engendros diabólicos porque los coleccionaba pero en mi casa no se comía de eso, así que tuve que batallarlos todos yo. Los primeros juegos de pokemon que salieron para gameboy (edición roja y azul) no eran diferentes a las ediciones posteriores únicamente en el estilo y los gráficos un poco más cutres, lo que los diferenciaba tenía algo más que ver con la sensación que te dejaban al jugar. La música vacía, las personas aisladas en lugares cerrados, sin hacer nada, hablando consigo mismos, el ambiente inhóspito, poco vivo, inmaterial. En nuestra niñez era difícil notar este tipo de detalles que dejamos pasar por alto pero que hoy en día pueden resultar perturbadores.
Haced memoria. Pensad en vuestro eterno rival en el juego, el chuloputas de Gary Oak. Probablemente recordéis uno de los pokemon usados por ese cabronazo, raticate, que luego fue reemplazado por un arcanine.
¿Sabéis por qué?
Porque vosotros lo matásteis, hijos de puta.
Antes de abordar el SS Anne vuestro rival os intercepta para retaros a una batalla pokemon. Cuando terminásteis, entre la confusión, Gary jamás encontró tiempo para visitar un Centro Pokemon, atrapado en el barco por ve tú a saber qué tiempo con su pokemon gravemente herido. Antes de llegar a tierra firme, raticate muere.
Esto no viene a ser confirmado hasta los sucesos de Pueblo Lavanda, donde lo encontráis frente a la tumba de un pokemon, llorando. Antes de retaros a duelo os provoca espetando, "
¿tienes idea del dolor que representa ver morir a uno de tus pokémon?"
A partir de esto punto vuestro rival aparece cada vez más maduro, su música de batalla es cada vez más seria, sus palabras suenan más distantes, molestas quizá, no disfruta sus batallas, tampoco se alegra de sus victorias.
¿Sabéis por qué?
Porque matásteis a su mejor amigo y pokemon favorito, hijos de puta, y arruinásteis su funeral, dedicásteis todo vuestro tiempo a perseguirle como un depredador, con la única intención de derrotarle y quitarle cualquier esperanza de victoria o de retribución hacía el pobre pokemon al que vosotros mismos electrocutásteis, quemásteis, envenenásteis, congelásteis o golpeásteis hasta la muerte.
A pesar de todo, Gary jamás os culpa de la muerte de raticate sino que en vez de eso canaliza todo el rencor y el dolor transformándolo en coraje y motivación para ser el campeón de la Liga Pokemon. Lógicamente, a pesar de negárselo a si mismo, él os ve como responsables, como aquél que indirectamente rompió su inocencia y su infancia obligándolo a afrentar la prematura muerte de su ser más querido, la consecuencia más inmediata de la muerte de raticate.
Todo esto se viene abajo cuando poco antes de alcanzar La Liga es derrotado por vosotros, decepcionando a su abuelo, que os felicita a vosotros, que os abraza a vosotros, que está orgulloso de vosotros. Durante la historia del juego, matásteis al mejor amigo de Gary, rompísteis sus sueños y le robásteis el cariño de su abuelo.
Y a todo esto Gary no tenía padres, era huérfano.