Los cotidianos problemas con las pajas y la pornografía a la hora de ligar

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Una cosa que me llama la atención es lo de las tías guarras

Yo reconsideraria esto. No hay olor más nauseabundo en el planeta que un chocho sucio, con permiso de los sobacos y entrepierna de Ferris, claro está.

Lo sé desde aquel verano que fui a coger mi Opel Astra negro a media mañana, después de haber estado percutiendo a una marrana que por aquél entonces era mi novia, una cordobesa pelo-estropajo con abundante vello en el coño. El olor era tan profundo que traspasó mis fosas nasales, como si hubiera inhalado wasabi. Tuve que abrir las 4 puertas del coche y esperar a que se aierase aquello mientras desde la distancia tragaba saliva, lagrimeaba y se me caian gotas por la nariz.
 
A mí eso no me funcionaría. Cuanto más realista es más me pone. Los que no me ponen son esos de tías ultraperfectas perfectamente iluminadas haciendo guarradas salvajes. Precisamente porque esos que dices son más cercanos a la realidad y más veraces me gustan más, con tías como las que me cruzo por la calle cada día.

Pero es que la idea no es que no te ponga, sino que te ponga lo mismo que te pone en la realidad. Para que luego no haya decepción al ir a la realidad.

De todas maneras, hay otro factor, y es que el porno elimina la ansiedad por la posibilidad del rechazo, y ya con eso mejora la realidad, aunque sea porno cutre.

Como ejemplo de esto último, imaginemos que tenemos un vídeo VR 4K de una forera del montón en pelotas y tocándose, con su matojo, sus estrías, etc; si eres un Cenobita o un Ferris, llegar a esa situación en la vida real con la misma forera implica pasar por una serie de situaciones cargadas de dificultades, rechazos, malas sensaciones, etc. Entonces aunque todavía haya una diferencia, lo que te ahorras con el vídeo es fundamentalmente lo malo de la realidad, que es lo que se deriva de que eres tú el que la vives; ahora que si uno por ejemplo fuera un Ilg o un Thorndike, y la realidad fuera acorde a dichos protagonistas, entonces sí sería mejor la realidad que el vídeo.

Lo que quiero decir con esto es que en casos extremos de realidades insoportables, no importa cómo de cutre sea el porno ya que la experiencia subjetiva, el disfrute, será siempre mejor que su equivalente real. Y esto también con las putas, por ejemplo, en algunos casos puede dejarte mejor experiencia un sexo telefónico o a través de cam con una puta complaciente que no puede verte, que hacerlo con la misma puta en la vida real y que te ponga malas caras, que mire el reloj, que se le note que lo hace a regañadientes, etc.

Yo reconsideraria esto. No hay olor más nauseabundo en el planeta que un chocho sucio, con permiso de los sobacos y entrepierna de Ferris, claro está.

Es que ésta sí que es una experiencia que no tengo. Además tengo un sentido del olfato casi nulo, mis compis de piso parecen haber sido bastante límpias.
 
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Yo reconsideraria esto. No hay olor más nauseabundo en el planeta que un chocho sucio, con permiso de los sobacos y entrepierna de Ferris, claro está.

Lo sé desde aquel verano que fui a coger mi Opel Astra negro a media mañana, después de haber estado percutiendo a una marrana que por aquél entonces era mi novia, una cordobesa pelo-estropajo con abundante vello en el coño. El olor era tan profundo que traspasó mis fosas nasales, como si hubiera inhalado wasabi. Tuve que abrir las 4 puertas del coche y esperar a que se aierase aquello mientras desde la distancia tragaba saliva, lagrimeaba y se me caian gotas por la nariz.

Están pa eso, Ramón

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