johnny knoxville
Asiduo
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Tanto el Senado como la Asamblea Nacional han ratificado una norma que se basa en la filosofía de que en Francia debe primar la inmigración "escogida" y no la "sufrida", como ha afirmado repetidamente el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, verdadero impulsor del proyecto.
En síntesis, la nueva norma elimina la regularización automática de los ilegales que lleven más de 10 años en Francia, como ocurría hasta ahora.
Los aspirantes deberán comprometerse a aprender francés y respetar las "leyes y valores" del país, según la ley, que combate los llamados "matrimonios de connivencia", al no otorgar automáticamente el permiso de residencia al inmigrante casado con un nacional francés, ya que será obligatorio demostrar un tiempo de convivencia.
La ley dificulta el reagrupamiento familiar, al exigir que el inmigrante que quiera traer a los suyos lo podrá hacer sólo transcurridos 18 meses de residencia legal en el país y siempre que justifique trabajo, ingresos y alojamiento adecuados para mantenerlos.
Dada la inmigración incontrolada que azota Francia desde hace tiempo, parece por el texto que el objetivo del gobierno francés es promover una inmigración “controlada”. O sea que se convierta a los valores del país. Esto puede ser debido a los famosos disturbios ocurridos allí.
Aunque el problema parezca a simple vista lejano, no nos vendría mal aprender de nuestros vecinos. Posiblemente a medio plazo (unos 5 años) nos encontremos con problemas similares y ya no nos valdrán políticas de “papeles para todos”.