El señor vestido de escocés, solía merodear por S. Juan de Dios, a mi cuando se me acercaba, cruzaba la calle rápido por miedo a que fuera un chiflado y me diera con la sartén en la cabeza, ahora que ya no está, me arrepíento de no haberle dado un euro, en cambio si le he dado a un alcohólico con barbas en la misma zona que es un puto atravesado, les dí un euro de 5 que llevaba y el muy cabrón me insiste en que le de mas para una lata de atún.
En cuánto a la vieja de los carritos, es muy esquiva y huraña, creo que no pide limosna, no a mí por lo menos, por cierto creo que esta antes llevaba varios perros atados con cuerdas.