"Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza."
Ferris, 17:20
Capítulo 1: La fase preliminar.
Toda historia tiene un comienzo, y esta no podría ser menos. Una tarde ociosa que como otras tantas, desembocaría en la búsqueda de alguna ninfa que saciara esta sed eterna propiciada por el largo camino por el desierto del nuncafollismo. Vamos que me metí en un chat de tercera regional, creyendo que el señor obraría el milagro esta vez.
Tras una charla con 2-3 bellas doncellas, parece que congenio con una de 51 que al menos no parece exigente, ya que me pregunta la altura y me saca 5 cm. Ya intuía que era el final de la charla, pero seguimos intercambiando mensajes pueriles. Ella se dedica a cosa de la enseñanza, y al final nos damos el whasap (hemos llegado al campamento base, hurra!). Sin duda, mi buen oficio de conversación ha sido decisivo para pasar a la siguiente fase, como casi todas, esta harta de los penes y los peces, y parece hasta agradecida que no le haya sacado la chorra al poco de intercambiar fotos.
Tras este primer contacto, quedamos o nos animamos vagamente a quedar para tomar algo, aunque ella pone algo el freno. Me comenta que utilizó aplicaciones tipo Badoo y salió algo escaldada. Yo le tranquilizo, que "no soy de esos" (jajaja).
Además, me gusta porque es cachondilla, una mujer sin sentido del humor o avinagrada, para mi es una pérdida de tiempo, aunque tenga las medidas de una modelo de Victoria's Secret. Pues entre bromas y saludos cordiales, nos emplazamos a hablar en los próximos días.