Veamos:
ACTO 1. PRESA FÁCIL.
Max deambula por un mundo postapocalíptico y tal. Todo se ha ido a tomar por el culo. No hay leyes y la cosa se organiza por pintorescos clanes que andan a hostias por acaparar los pocos recursos que quedan. Uno de estos recursos, supercodiciado, son los coños, claro. ¿Quien no disfrutaría de un jugoso y virginal coño tras un invierno nuclear?
La cosa, es que al pobre Max, que va por lo libre, lo trinca uno de estos grupos de tarados. Hay una persecución y todo, el notas se mete una hostia monumental con su V8, pero sobrevive y lo apresan para hacerle perrerías y eso, pero no se lo cargan. Quien sabe si puede ser útil como esclavo, además está macizo y presenta buen aspecto. Esta vez no le toca recoger mierda de cergdo.
ACTO 2. LA CIUDAD DE LOS MINDUNDIS.
Situada en un árido cañón, está la guarida de los malotes, algo así como negociudad, pero en rústico. A Max lo llevan allí y tal. Resulta que los tíos idolatran al volante de un coche, en plan secta. Se ve que el mundo del motor está muy bien valorado y refleja poderío y estatus, como ahora, vaya. En la mitad de la marca de empresa, hay una calavera, para darle un poco de empaque al tema, porque hasta que el maricón de Alexander Mcqueen puso de moda el foulard estampado, todo el mundo sabe que una calavera es de peña superchunga.
Algo singular, es que los cabrones del volante tienen el monopolio de un manantial de agua tó chachi. Y así controlan al personal, que está semiesclavizado, y de vez en cuando les abren el grifo.
En este acto hay hostias y tal, Max protagoniza un conato de fuga, pero lo trincan otra vez.
ACTO 3. PUTINGAS.
Volviendo al craving coñil, el jefe de la banda, con ínfulas de deidad, tiene un harén de furcias que ha ido recolectando en sus diversos viajes foriles, todas fértiles jovencitas con tipazo y gupetonas. Sus vientres son tan cotizados, que las tiene hospedadas en una especie de caja fuerte de banco, con sus cinturones de castidad y todo, aquí no folla ni McGiver. De hecho, él es el único "padre" de todo el personal, él mismo las preña y de ahí sale más mano de obra barata para ser adoctrinada y hacer de machaca. A eso le llamo yo, crearte tu propio ejército. Los pintas de blanco, los rapas y a servir a la patria.
ACTO 4. DONDE ESTÁN MIS CHOCHOS.
Pues eso, que se escapan las tiparracas, con la halluda de una infiltrada y otro tarado que vienen de un asentamiento donde secuestraron a las nenas, huyendo en un coche y un camión de mierda. Así que mandan una patrulla tras ellas, en la que en uno de los trastos, va como mascarón de proa el pobre Max, pero tranquilos, que después en un choque el tío se consigue soltar y empieza el festival de yoyas. Se monta la típica persecución, con un tío con un bajo/lanzallamas de lo más cojonudo, dándole ritmo al asunto. Explosiones, saltos de coche en coche dando palos, las tías acojonadas y tal. En definitiva, lo que hacía Indiana Jones en el arca perdida, pero con mucha mierda digital.
ACTO 5. TORNADO DE LOL.
Pues eso, cuando los buenos lo tienen crudo y los van a pillar, la cosa se ve truncada por la meteorología del desierto, se desata una tormenta de cojones, los perseguidos lo ven como única oportunidad de escapar y se la juegan metiéndose en el fregao. La ventisca se lleva a todo Cristo por delante, buenos y malos.
Así que se consiguen escapar, a tope de arena en el culo, y ya de paso convencen a tito Max para unirse a la causa y como posible futuro inseminador eso yes.
ACTO 6. CAE LA NOCHE.
Por la noche, en el desierto hace un frío que te cagas y encima no se ve un pijo, la cosa es que los malotes siguen rastreando y consiguen encontrarlos, se monta un tiroteo cojonudo, pero escapan.
Ya no tengo más ganas de escribir, al final salvan a las zorras, matan al malo y Tom Hardy se va a su bola como venía haciendo.