Yo por unas cosas u otras he ido bastante por Madrid y siempre me han tratado bien, me he sentido a gusto, que es lo mínimo que se pide cuando vas a un sitio de visita. Me encanta la ciudad y ojalá, y lo digo como catalán de mierda que soy, Barcelona estuviera tan limpia como lo está Madrid.
Ahora bien, en conversaciones con madrileños, camareros, taxistas y trabajadores de hotel (bueno, hostales de mierda, que me estoy tirando el moco), sí que se nota una prepotencia bastante ridícula. En hoteles (o pensiones, hijo de puta), cuando ven que soy de Barcelona, sueltan media sonrisa y el tono cambia. Eso denota un retraso mental bastante agudo, ya que a mi me la suda ser de Barcelona. Creo que eso a la inversa no pasa, ya que el puto catalán ya tiene un estigma de base e intenta ser amable, y más cuando ve un madrileño.
Y ya puestos con el odio interprovincial, los más subnormales que me he encontrado han sido en Zaragoza, no sé si será el acento, sus poses, o esa mierda supremacista paleto/pueblerina que tienen con la pilarica y ese creerse graciosos sin serlo: "pues donde va a estar la Plaza del Pilar majo, pues donde siempre, donde siempre". Hijo de puta.