Y que cuando lo manda a tomar por culo le dice el tío "¿A que es la ruptura más alucinante que has tenido?"
El de Alec Baldwin me pareció el mejor cameo, al menos que recuerdo.
La mejor parte es cuando Phoebe empieza a cogerle manía, en una comida de aniversario de los Geller, que va haciendo fotos mentales a todo dios.
Al pasar por el bufet libre, todavía me parto la polla:
-Phoebe, cariño, cómete una de esas apetitosas ostras.
-Soy vegetariana, no como animales.
-Insisto, prueba una, son maravillosas.
-No.
-En serio, me harías un gran favor.
-¡Está bien, me como una!
-¿A qué saben, cariño?
-¿Es que tú nunca has probado una?
-Qué va, me dan repeluuuuús...
A mí también me hizo gracia el cameo de Ben Stiller como un gruñón que osa insultar al pato y la gallina, y el de Bruce Willis, durante varios capítulos.
Ben Stiller nunca me hizo mucha gracia.
Los tres episodios de Bruce Willis son tremendos: "Soy un tío chachi".
Sin embargo todo cambió cuando haciendo zapping me encontré el capítulo 2 de la tercera temporada "En el que nadie está listo". A mí aquello me pareció canela fina, finísima, una obra de teatro hecha del tirón en tiempo real (de esto me enteré después, de la peculiaridad de ese capítulo) y con un equipo de fútbol jugando como los ángeles pasándose el balón y metiendo goles. Un episodio brillante, posiblemente de mis favoritos de toda la serie.
El episodio "En el que nadie está listo" me parece el mejor episodio de sitcom de la historia, y se estudia. Al margen del resto de la serie.
Me encantan los guiones a tiempo real, sin elipsis, y que estén en la misma locación, como en el teatro, y este episodio cumple con ambos ingredientes. Además, de con una sincronía digna del Ballet Imperial Ruso.
Cada uno a su puta bola: Chandler y Joey peleándose por el sillón, Joey a su vez ofreciendo la grasa de pavo a todos como si fuera sidra, Mónica obsesionada con el mensaje de Richard en el contestador, Rachel probándose todo el puto armario, Phoebe con el manchurrón de comida en el vestido, y Ross totalmente desesperado.
Lo mejor es que salió por necesidad, ya que el resto de locaciones estaban desmontadas en ese momento y había que grabar ya sí o sí.
Estaba en casa hecho una mierda con un gripazo y me calcé las 8 horas como un campeón, disfrutando como un enano y pensando "¿pero estaba gilipollas perdiéndome esta joya?". Y de ahí para delante, no me perdí ni un episodio, claro.
Pues me alegro de que te pillaras ese gripazo, jej.
Sin duda de las series que más he disfrutado. Y aun a día de hoy, si me encuentro algún episodio y es de mis favoritos, por ejemplo los de Acción de Gracias, me lo suelo calzar sin problema. El formato de 25 minutos ayudaba mucho a que esta serie triunfara. El nivel medio me parece altísimo, que es lo importante en una serie tan longeva, lo que no quita que haya capítulos que ni puta gracia, como es normal, o temporadas algo más flojas, pero todo está compensado de sobra por los momentazos y capitulazos, que los hay en mayoría.
A mí me siguen gustando todos menos los melosos, que los solía pasar. Me refiero a los episodios como en el que Mónica le pide matrimonio a Chandler y acaban los dos de rodillas llorando de emoción.
Eso ya era demasiado para mí.
Bueno, y también pasaba los episodios recopilatorios.