Sigo vivo, pero bastante liado.
Fuimos a la orgía con la francesa (la de la noticia no, cabrones). Era en una especie de chalecito de puta madre que habían alquilado en la periferia de Barcelona. Llegamos allí el viernes tarde-noche y nos recibió la tía elegantísima y exultante. Se había cambiado un poco el look y estaba más guapa y menos francesa, pero tenía más cara de loca que nunca. El marido iba detrás de ella desde el primer momento, vestido patéticamente de puto Bernardo el de Camera café.
Primero habló con la vieja, se abrazaron amistosamente y parlotearon en francés entre risas. Yo iba en calidad de juguete sexual, así que espere mi turno. Ella simplemente me miró con chispas en los ojos, pero siguió hablando con mi vieja. Nos pasaron al salón y nos sirvieron unas copichuelas (las sirvió el cuckold del marido). Tras un rato indefinido de charla que yo no entendía, mientras yo picoteaba de saladitos y agapes que habia por la mesa, la vieja me llamó y me señalo. La franceaa se puso en pie y se acercó a mí sensualmente. Copón, ya iba cerdisima. Empezó a jadearme en la oreja y a lamerme la cara. Se sabía varias palabras en español que repetía una y otra vez de manera compulsiva: "dañame" "pegame" "mátame". Se le empieza a ir la perola y a gemir altísimo. Me gusta someter, pero no me gusta dañar a la vieja ni golpear más allá de unos cachetes. Pero es que está tía me da tanta repulsión que a la tercera vez que dijo "dañame", la cogí del cuello con las dos manos y la levanté. Sonreía y jadeaba. La lancé contra el sofá. Y le metí un hostion con la mano abierta que tuvo que pitarle durante varios minutos. Le faltó tiempo para girarse y ofrecerse a cuatro. Fundita que me pasó la vieja (la francesa no gastaría de eso sí por ella fuera). Y sin piedad. Ya le entra mejor por el culo. Se la metí indistintamente con el mismo condón, que se joda. A la hora de derramar se lo eche 3 veces en la cara. No le dejé descansar mucho, lo justo para recuperarme.
Cuando se hizo tarde y ninguno podíamos más, la vieja, que había estado mirando y tocándose desde el otro sofá, me dijo que durmiese con ella. La conozco y se que le mola verme reclamar mi trofeo.
Así que la lleve al dormitorio entre empujones. Ella chistó al marido y vino detrás. La vieja cerró la comitiva. Me tumbé en la cama y le dije que se lavase los lefazos del pelo.
Llamó al marido y se metió al baño con él. Deduzco que los limpio el, pero no se hasta que punto. Patético.
Cuando salieron, ella se tumbo junto a mi. Y me dijo: "quiero limpiarte, señor" con mucho acento. Yo no sabía a qué se refería, pero le dejé hacer. Pues resulta que me recorrió cada milímetro del cuerpo a lametadas. Como un gato. Ojete, pies, sobacos, todo. Con devoción. Me empezó a comer el rabo, que estaba tieso otra vez. Para joderla, la enganché del pelo y la arrastre hacia arriba. La vieja sabía lo que tocaba y se levantó de su butaca y se amorró al pilón. Mientras , la francesa me lamía el pecho y yo le metía los dedos en culo y chocho bruscamente. Las iba turnando, y disfrute muchísimo de aquello. La vieja se comió babas de la francesa en mi mástil, pero no interactuaron entre ellas. También deja bien lubricado todo para deleite de la francesa, que absorbía con ansia todo fluido cuando llegaba su turno. Finalmente me corrí en la boca de mi dama geriátrica, y me entró muchísimo sueño.
Enganché a la tipa loca del cuello y la pegue a mi. Como un mata león. Y si nos dormimos. Ella semi asfixiada y atrapada por mis brazos, y yo sintiéndome el puto Conan. El marido seguía mirando desde el fondo de la habitación. Yo era incapaz de concentrarme mucho en el. La francesa me miraba con burla desde mis brazos. No sé dónde durmió la vieja, pero a la mañana siguiente estaba ahí cuando desperté, sentada en la butaca. El marido dormía en una cama que habían puesto al lado de la cama de matrimonio. La vieja y yo nos mirábamos sexymente sin decir nada. La francesa seguía entre mis zarpas. Apreté para asfixiar y empezó a patalear asustada.Solte rápido, un poco asustado yo también por haberme excedido. Pero se descojonaba en francés. Estaba otra vez guarrilla, pero yo ya había tenido bastante brutalidad para mí. La aparte de mi sin darle explicaciones y me fui al baño y luego a besarme con la vieja. Mientras, hablaron en francés y se puso en movimiento el marido.
Mientras ellos preparaban el día que entraba, la vieja y yo follamos con ternura y tranquilidad durante mucho rato. Un sexo vainilla que hasta resultaba extraño y excitante entre tanto caos. Apenas hubo penetración, pero sí mucho juego. Se corrió un par de veces y yo una.
A medio día llego una pareja rarísima, que venían a ver. Ella era una gótica horrorosa y mega gorda, con el pelo rojo y negro. Tenía el cuerpo feo y las tetas pequeñas. Iba tatuada y llena de piercings. Vestida de fulana emo-goth. La llevaba atada con un collar un tipo radicalmente diferente. Era un pavo normal, bien vestido. Extremadamente guapo y atractivo. Pinta de actor o futbolista. Que yo sepa no era ninguna de las dos cosas. Podría haber estado con cualquier tía del planeta, pero llevaba encadenada a esa morsa desagradable, de la que decía que era "su niña" o "su pequeña" (pero hijo de puta, que cruel, llamar pequeña a semejante portaaviones)
Vinieron a comer y a ver el espectáculo, como quien va al cine. Fue una comida rarísima, yo estaba muy desubicado al principio. Ni el marido de la francesa ni la puerca gótica hablaron en todo el rato. Ella solo comía cuando el pavo le decía: "come, mi amor" "come princesa". Si no, era un mueble. La francesa se defendía con el español mucho mejor que la otra vez, y la vieja traducía. Conversamos los cuatro de manera bastante relajada. Una vez más, el carisma natural de la vieja para dirigir y encauzar situaciones incómodas. Al final hasta hablé con el tipo de cine. Era bastante culto y espabilado. Resulta que la gorda tenía 23 y el 41, pero llevaban saliendo muchos años. Bueno, saliendo... El la poseía, básicamente. Ella había perdido la virginidad con él siendo menor (no dijo que había sido menor, pero por fechas...). No tenía amigas ni vida a parte de él. No trabajaba, no estudiaba. Vivía en casa de él. Él, a cambio, le había jurado fidelidad eterna y exclusividad a ella (wtf), aunque la mantenía en secreto. Ella había sido ofrecida a otros tíos en otras ocasiones, pero el juró y perjuró que desde que la desvirgó, Nuria (así se llamaba la tía),había sido la única mujer de su vida. Luego pudimos comprobar que el tío no tocó a otra hembra en ningún momento.
El tío lo contaba orgullosisimo. Miraba a la puerca y decía: "a que te gusta esto, mi niña?". Ella levantaba la vista, miraba a sus ojos y afirmaba con devoción sincera, teníais que haberle visto la cara, como si mirase a dios.
Vaya par de tarados. Turbios de cojones. Nunca he visto una relación tan abusiva y desequilibrada, a excepción de la de la francesa y el marido. La francesa por supuesto, escuchaba obnubilada y con el chocho chorreando por el marqués de sade de de la ciudad condal.
En media tarde llegaron los animales que iban a chuscarse a la señora francesa. Los demás solo íbamos a mirar, y a divertimos con nuestras respectivas parejas. Fueron goteando los cuatro maromos:
Un negro enorme, mazadisimo y con un pollón como mi antebrazo ( y majísimo en el trato). Un moro guapete y atractivo rollo Maluma, modernete y con tattoos. Moro solo de etnia.
Y dos putos tetes reventaos y con pinta de cocainas, españoles, mazados, grandes y sin media neurona. Uno de ellos parecía más normal, el otro chungo. Traían análisis porque iban a ir a pelo. El marido los fue pasando al salón y comprobando todo. La francesa estaba en el cuarto acicalándose. El resto, dispersos por el salón.
Lo que sucedió en las horas siguientes fue dantesco. Nunca he visto una violencia semejante desatada de manera tan descontrolada contra una persona. Yo pensé que la francesa no sobrevivía hasta el día siguiente. No fue normal. Hubo ratos tan excitantes como desagradables. La vieja y yo pasamos la mayor parte del rato juntos, mirando o follandonos mientras mirábamos. Pero hubo puntos de la noche que sentimos verdadera preocupación, sin dejar de estar excitados. No participamos ni interactuamos con ellos. Pero si con la otra pareja. No pude evitar follarme a la gótica. Que queréis que os diga, yo que se. Me acabó apeteciendo.