Me estoy follando a una VIEJA. No me arrepiento.

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Típico chascarrillo para ganarte a la crew.

Ok.

Lo que pasa meu que el chascarrillo es la realidad de tu puta vida, cualquiera que lea tus relatos sobre relaciones con mulleres y tu modo de vida diario más afotos durante estos años de todo ello llega a las mismas conclusiones. Persona abandonada y vaga es lo más suave que podemos decir de ti.

Deja de hacer el payaso mirando a los demás por encima del hombro en este subforo y aplícate un poco. Sigue tu senda sin atender a los buenos consejos dados, LOL bendecirá en el chat de Terra y conocerás a tu muller con penis, así podrás hacer con propiedad del amigo gay de las mujeres compartiendo experiencias y fotos de pollas.
 
Lo que pasa meu que el chascarrillo es la realidad de tu puta vida, cualquiera que lea tus relatos sobre relaciones con mulleres y tu modo de vida diario más afotos durante estos años de todo ello llega a las mismas conclusiones. Persona abandonada y vaga es lo más suave que podemos decir de ti.

Deja de hacer el payaso mirando a los demás por encima del hombro en este subforo y aplícate un poco. Sigue tu senda sin atender a los buenos consejos dados, LOL bendecirá en el chat de Terra y conocerás a tu muller con penis, así podrás hacer con propiedad del amigo gay de las mujeres compartiendo experiencias y fotos de pollas.

Me parece muy bien, pero el único ridículo lo estás haciendo tú posteando mierdas que no le interesan a nadie y además en el hilo adecuado(ironía).
 
depositphotos_418836500-stock-photo-the-venus-of-willendorf-carved.jpg
 
¿Alguno de los presentes ha toreado realmente en peores plazas?. Me resulta difícil imaginar algo aún más amebiano y que alguien pueda tremparse con ello, aunque de media folle menos que el muñeco de Michelin y tenga su apariencia, o que vaya pasado de copas u otras cosas.
Estoy abierto a ser ilustrado gráficamente (es para un estudio), ¿algún ejemplo de detritus al que se halla irrigado?.
 
¿Alguno de los presentes ha toreado realmente en peores plazas?. Me resulta difícil imaginar algo aún más amebiano y que alguien pueda tremparse con ello, aunque de media folle menos que el muñeco de Michelin y tenga su apariencia, o que vaya pasado de copas u otras cosas.
Estoy abierto a ser ilustrado gráficamente (es para un estudio), ¿algún ejemplo de detritus al que se halla irrigado?.

Yo me he follado a algunos monstruos que flipas, pero claro, era joven, inocente, tenía pulsiones incontrolables...y a la mayoría no me los follé. Me marqué un Ferris, frotamiento de pene y pa casa dando saltos como Tom Bombadil.

Ahora cribo más que una puta princesa, pero el físico es lo que menos me importa (siempre y cuando a Cuca le guste lo que tiene delante, claro).

La cuestión es que aquí no hay nada mal, este puto perturbado está encantado con todo lo que está viviendo, cosa que me parece lógica. Si él no tiene ningun problema no sé por qué tú, puto subnormal, ibas a tenerlo.
 
Cromosomas a parte, no tengo el mas mínimo problema con que o quien folla, o se excita cada cual, simplemente es curiosidad.
Si fuese un Savonarola de la moral, no me estaría zumbando esporádicamente a una madura a la que simplemente considero como mi ordeñadora y cubo de esperma particular.
 
Yo me follé una vez a una obesa mórbida, pero tenía 18 recién cumplidos, ella parecido, era nochevieja y me lo tuvieron que contar después. Vamos, que no cuenta.
 
El finde pasado hubo que cancelar el plan por motivos familiares mios que no vienen al caso. Este finde tampoco será posible por lo mismo...

No he estado tampoco para mucho ocio estos días, pero empiezo a ver la luz al final del túnel y estoy montando una escapada en mi cabeza para el puente de la Constitución. No me hago responsable de los danos colaterales que podemos ocasionar cuando la pille ( o me pille ella a mí). Va ser como intentar montar y someter a Godzilla.
 
El finde pasado hubo que cancelar el plan por motivos familiares mios que no vienen al caso. Este finde tampoco será posible por lo mismo...

No he estado tampoco para mucho ocio estos días, pero empiezo a ver la luz al final del túnel y estoy montando una escapada en mi cabeza para el puente de la Constitución. No me hago responsable de los danos colaterales que podemos ocasionar cuando la pille ( o me pille ella a mí). Va ser como intentar montar y someter a Godzilla.
Minuto y resultado.
 
Tranquilo, ansias, acabo de llegar a casa.
Os lo cuento ahora que aún me dura el calentón. Como dije, llevábamos un par de semanas sin vernos porque yo he tenido unos días bastante malos por otras cosas personales que no vienen al caso.
Le dije a la vieja que se reservase el puente al completo, de miércoles a domingo, que íbamos a recuperar el tiempo perdido. Yo llevaba tiempo maquinando mi venganza y después de ser su toyboy en las vacaciones de verano, ahora me tocaba a mí tomar por completo las riendas. Además necesitaba desestresar después de estos días.
Tras asegurarme de que la casa del pueblo iba a estar vacía el puente y que a ningún familiar se le iba a ocurrir aparecer por allí, reclamé su uso para "desconectar en soledad" unos días.
Le dije a la vieja que acudiese allí por su cuenta el miércoles, que yo iría el martes por la tarde a adecentar el sitio y preparar cosas.
Es una casa vieja de pueblo español de mala muerte, fría, decoración de postguerra y azulejo rancio. El sitio menos erótico del mundo. Las dos plantas superiores estaban llenas de camastros con crucifijos y cuadros de paisajes típicos de estas casas viejas, así que decidí bajar un colchón a la planta calle, al salón, que era menos tétrico y había estufa de leña, baño y cocina.
También dejé a mano provisiones de comida, alcohol y varios chismes que podrían ser divertidos. La verdad es que parecía un fumadero de crack o alguna casa okupa. Ideal.
Luego salí a dar una vuelta por el pueblo, y comprobé que no había ni Peter. Dormí en el colchón que había bajado al salón y me eché unas plays antes de quedarme seco (grata sorpresa comprobar que aún seguía ahí mi vieja play2).

A eso de las 10 de la mañana del miércoles pico al timbre mi esperada compañía, puntual. Abro la puerta y ahí está, elegantísima con un abrigo bueno y tacones, muy maquillada y oliendo a perfume caro. Le ha puesto ganas. Lleva una maletilla también. Puedo oler las ganas que tiene de mandanga. Sabe a lo que viene y sabe que le toca dedicación plena, y sé solo con verla que está dispuesta a cumplir. La invito a pasar para evitar posibles miradas de pueblerinos curiosos, y una vez dentro me empieza a besar y a refrotarme las tetas mientras se quita el abrigo. Va al puto grano, cero pérdida de tiempo.
Yo iba bastante violento y estresado y quería desahogarme con ella, así que estaba dispuesto a actuar sin ningún tipo de miramiento. La engancho del pelo desde la nunca y la arrastro hacia abajo. Me refroto la cabeza por la entrepierna y preto. Empieza a sacar la lengua y a chupar el pantalón del chándal. Pienso por un momento el darle el placer y metérsela en la boca ya, pero no.
Arrastrándola por el pelo, a cuatro platas, la llevo hasta el colchón en medio del salón y la arrojo allí.
Le doy la vuelta y la pongo de espaldas mientras le intento arrancar la ropa. Lleva una blusa semitransparente y unos pantalones de cuero pretisimos. Me cargué la blusa en en proceso, pero dudo que le importase. Le empiezo a bajar los pantalones con ansia hasta los tobillos, y lo mismo con el tanga.
La inmovilizo con fuerza y le pongo la mano en la cabeza, aplastándola contra el colchón. Pongo sus brazos por encima de la cabeza mientras ella intenta meterse la polla en el coño a base de empujar su culo en pompa contra mi. Evito la tentación y cojo un trapo y unas bridas que había dejado al lado del colchón, en mi plan perfectamente ejecutado. Le pongo las manos juntas, rodeo las muñecas con el trapo para que no le haga daño, y le ato las dos manos con las bridas.
Me mira, sorprendida, interpreto. Suelo ser bruto, pero ese día quería violencia. Habíamos hablado de esto alguna vez, e incluso pactamos una palabra de seguridad hace bastante tiempo, pero nunca habíamos llegado al punto de necesitarla. En su mirada veo que es consciente de que puede darse el caso, pero no hay más intercambio de palabras. Le echo una sabana por la cabeza y la tapo para ocultar su rostro y deshumanizarla un poco mas.
Lo fácil habría sido metérsela por delante y partirla en dos, pero yo quería más, así que fui directo al culo.
Y aquí remito a lo que comentaba en el.hilo sobre sodomía.
Solemos hacerlo por el culo, yo disfruto más y ella casi o tanto como por el chocho, pero incluso con su capacidad física de disfrute, el culo no estaba listo en ese momento. La pillo por sorpresa y con el ojete aún frío. Mejor. Empiezo a empujar y a tratar de clavársela mientras ella se retuerce y trata de arrastrarse por el colchón para evitarlo, mientras dice "para para para". Le meto la sabana en la boca y sigo hasta que entra. La noto retorcerse de dolor y quejarse bajo la sábana. Le está doliendo, y también le está gustando. Aquí entra en juego el factor psicológico del sexo anal que también comentábamos. Esa posición a la tía le va. Le va sentirse vejada y sodomizada, le va no tener el control y le va ser forzada. Le va el sacrificarse por la pareja sexual, en este caso yo. A otras tías no les irá, a ella si. Y tras varios minutos de forcejeo, intentos de escabullirse y pataleos, la polla empieza a fluir y a entrar y salir de maravilla. Gloriosos primeros minutos hasta que se somete. Pero finalmente se rinde, y se entrega. No cedi ni un poco en mi presión sobre ella ni en la dureza de las embestidas.
Como los enanos de minas moria, cave hondo y profundo, pero no encontré ningún Balrog ni ninguna sorpresa desagradable. Otra cosa no, pero es limpia y cumplida, y sabía a lo que venia. Había hecho sus deberes.
Cuando tenía el culo tan abierto que empezaba a a dejar de parecer culo, le metí los dedos por delante mientras yo seguía percutiendo. Y se corrió, con brutales contracciones de ojete que me succionaron la polla en oleadas y me hicieron estallar en su trastienda. Me dio lo justo para darle la vuelta y acurrucarme entre sus berzas, que lami y rechupetee durante un buen rato más. La pobre estaba notablemente dolorida, y eso que su cabeza seguía tapada por la sábana. En cuanto recupere, me subí encima de ella y me hice una cubana con sus tetas. Segunda lefada del día y me di el tiempo justo para levantar la sabana y darle en la barbilla.
A lo tonto era ya la hora de comer y habíamos hecho gana. Aún no habíamos intercambiado palabra.
Le dije que la llevaba al baño, y que se ducha se y se limpiase bien. Menudo espectáculo, arrastrando a semejante cerda ajada y vejada por el pasillo de esa casa siniestra, con las manos atadas y el culo destruido y la cabeza envuelts en una sabana llena de lefa.
La metí al baño y le corté las bridas para que pudieses acicalarse, pero le dije que no saliese de ahí sin avisar. La tía había entrado por completo en el juego. Le lleve su maleta con sus cosas y cerré la puerta. Yo mientras calenté algo de comer de platos precocinados del Mercadona en la cocina y los lleve al salón. También busque una especie de antifaz de esos de dormir que había comprado, que con las prisas había tenido que sustituir por la sábana en la cabeza. El antifaz sería más útil para privarla de la vista pero sin perder su boca como orificio útil.
Me llamó y la fui a recoger al baño, volví a ponerle las bridas de nuevo, y le puse el antifaz. Estaba limpia y olía bien. Se había vuelto a maquillar entera y a dar colonia.
La lleve al salón y la senté en el colchón. Comi yo, y ella comió como pudo unos macarrones con las manos atadas. Para divertirme le eche macarrones por las tetas y comí de ahí. También tire parte de los suyos por mi polla y le hice chupar. Estuve a punto de correrme pero queria generar más lefa, que estaba bajo mínimos. Así que la tumbe en el colchón y yo me volví a meter entre las berzas, y con el calor humano y de la estufa de leña, y con el escroto vacío y la tripa llena, nos echamos una señora siesta de varias horas. Desperté y ella ya estaba despierta, a mí lado, sin verme, acariciándome con las manos atadas. Me sientan mal las siestas, así que la aparte a peso muerto y me la quité de encima, me vesti, y salí a dar una vuelta por el pueblo para despejarme.
Ella se quedó tumbada sin decir nada, consciente de su papel. Cuando volví, ya más despejado, estaba en el colchón, abierta completamente de piernas. Así que tal como cerrre la puerta, negándome a sus deseos de nuevo, volví a darle por detrás. Está vez le dolía genuinamente y decidí no forzar demasiado, a ver si me quedaba sin juguete para el resto del puente. Asi que paré, fui a por algo de beber a la cocina y le preparé unas copitas de vino. Intento hablar y le dije que se callase la puta boca, cosa que hizo.
Llegó la hora de la cena y volvimos a repetir la dinámica. Le eché los macarrones que sobraban por el toto y relamí de ahí, y ella hizo lo propio en mi cipote. Comida de huevos y corrida en su boca todavía a media cena.
Después me hice un porrillo ( no suelo fumar, pero la ocasión lo merecía) y me dispuse a echar unos tekkens5 en la play antes de dormir. me senté en medio del colchón, iluminado solo por la luz de la estufa. La vieja se acurrucó entre mis piernas, y lamia los huevos y el pito mientras yo jugaba y la ignoraba. Uno de los últimos recuerdos de la noche que tengo es decirle que me hiciese una paja maniatada mientras yo miraba a Cristhie, la brasileña que hace capoeira en el Tekken, que tiene tremendas bubas. Le solté el grumo en los pechos y ya no recuerdo más.
Otro rato cuento el segundo día en la casa de los horrores.
 
Tranquilo, ansias, acabo de llegar a casa.
Os lo cuento ahora que aún me dura el calentón. Como dije, llevábamos un par de semanas sin vernos porque yo he tenido unos días bastante malos por otras cosas personales que no vienen al caso.
Le dije a la vieja que se reservase el puente al completo, de miércoles a domingo, que íbamos a recuperar el tiempo perdido. Yo llevaba tiempo maquinando mi venganza y después de ser su toyboy en las vacaciones de verano, ahora me tocaba a mí tomar por completo las riendas. Además necesitaba desestresar después de estos días.
Tras asegurarme de que la casa del pueblo iba a estar vacía el puente y que a ningún familiar se le iba a ocurrir aparecer por allí, reclamé su uso para "desconectar en soledad" unos días.
Le dije a la vieja que acudiese allí por su cuenta el miércoles, que yo iría el martes por la tarde a adecentar el sitio y preparar cosas.
Es una casa vieja de pueblo español de mala muerte, fría, decoración de postguerra y azulejo rancio. El sitio menos erótico del mundo. Las dos plantas superiores estaban llenas de camastros con crucifijos y cuadros de paisajes típicos de estas casas viejas, así que decidí bajar un colchón a la planta calle, al salón, que era menos tétrico y había estufa de leña, baño y cocina.
También dejé a mano provisiones de comida, alcohol y varios chismes que podrían ser divertidos. La verdad es que parecía un fumadero de crack o alguna casa okupa. Ideal.
Luego salí a dar una vuelta por el pueblo, y comprobé que no había ni Peter. Dormí en el colchón que había bajado al salón y me eché unas plays antes de quedarme seco (grata sorpresa comprobar que aún seguía ahí mi vieja play2).

A eso de las 10 de la mañana del miércoles pico al timbre mi esperada compañía, puntual. Abro la puerta y ahí está, elegantísima con un abrigo bueno y tacones, muy maquillada y oliendo a perfume caro. Le ha puesto ganas. Lleva una maletilla también. Puedo oler las ganas que tiene de mandanga. Sabe a lo que viene y sabe que le toca dedicación plena, y sé solo con verla que está dispuesta a cumplir. La invito a pasar para evitar posibles miradas de pueblerinos curiosos, y una vez dentro me empieza a besar y a refrotarme las tetas mientras se quita el abrigo. Va al puto grano, cero pérdida de tiempo.
Yo iba bastante violento y estresado y quería desahogarme con ella, así que estaba dispuesto a actuar sin ningún tipo de miramiento. La engancho del pelo desde la nunca y la arrastro hacia abajo. Me refroto la cabeza por la entrepierna y preto. Empieza a sacar la lengua y a chupar el pantalón del chándal. Pienso por un momento el darle el placer y metérsela en la boca ya, pero no.
Arrastrándola por el pelo, a cuatro platas, la llevo hasta el colchón en medio del salón y la arrojo allí.
Le doy la vuelta y la pongo de espaldas mientras le intento arrancar la ropa. Lleva una blusa semitransparente y unos pantalones de cuero pretisimos. Me cargué la blusa en en proceso, pero dudo que le importase. Le empiezo a bajar los pantalones con ansia hasta los tobillos, y lo mismo con el tanga.
La inmovilizo con fuerza y le pongo la mano en la cabeza, aplastándola contra el colchón. Pongo sus brazos por encima de la cabeza mientras ella intenta meterse la polla en el coño a base de empujar su culo en pompa contra mi. Evito la tentación y cojo un trapo y unas bridas que había dejado al lado del colchón, en mi plan perfectamente ejecutado. Le pongo las manos juntas, rodeo las muñecas con el trapo para que no le haga daño, y le ato las dos manos con las bridas.
Me mira, sorprendida, interpreto. Suelo ser bruto, pero ese día quería violencia. Habíamos hablado de esto alguna vez, e incluso pactamos una palabra de seguridad hace bastante tiempo, pero nunca habíamos llegado al punto de necesitarla. En su mirada veo que es consciente de que puede darse el caso, pero no hay más intercambio de palabras. Le echo una sabana por la cabeza y la tapo para ocultar su rostro y deshumanizarla un poco mas.
Lo fácil habría sido metérsela por delante y partirla en dos, pero yo quería más, así que fui directo al culo.
Y aquí remito a lo que comentaba en el.hilo sobre sodomía.
Solemos hacerlo por el culo, yo disfruto más y ella casi o tanto como por el chocho, pero incluso con su capacidad física de disfrute, el culo no estaba listo en ese momento. La pillo por sorpresa y con el ojete aún frío. Mejor. Empiezo a empujar y a tratar de clavársela mientras ella se retuerce y trata de arrastrarse por el colchón para evitarlo, mientras dice "para para para". Le meto la sabana en la boca y sigo hasta que entra. La noto retorcerse de dolor y quejarse bajo la sábana. Le está doliendo, y también le está gustando. Aquí entra en juego el factor psicológico del sexo anal que también comentábamos. Esa posición a la tía le va. Le va sentirse vejada y sodomizada, le va no tener el control y le va ser forzada. Le va el sacrificarse por la pareja sexual, en este caso yo. A otras tías no les irá, a ella si. Y tras varios minutos de forcejeo, intentos de escabullirse y pataleos, la polla empieza a fluir y a entrar y salir de maravilla. Gloriosos primeros minutos hasta que se somete. Pero finalmente se rinde, y se entrega. No cedi ni un poco en mi presión sobre ella ni en la dureza de las embestidas.
Como los enanos de minas moria, cave hondo y profundo, pero no encontré ningún Balrog ni ninguna sorpresa desagradable. Otra cosa no, pero es limpia y cumplida, y sabía a lo que venia. Había hecho sus deberes.
Cuando tenía el culo tan abierto que empezaba a a dejar de parecer culo, le metí los dedos por delante mientras yo seguía percutiendo. Y se corrió, con brutales contracciones de ojete que me succionaron la polla en oleadas y me hicieron estallar en su trastienda. Me dio lo justo para darle la vuelta y acurrucarme entre sus berzas, que lami y rechupetee durante un buen rato más. La pobre estaba notablemente dolorida, y eso que su cabeza seguía tapada por la sábana. En cuanto recupere, me subí encima de ella y me hice una cubana con sus tetas. Segunda lefada del día y me di el tiempo justo para levantar la sabana y darle en la barbilla.
A lo tonto era ya la hora de comer y habíamos hecho gana. Aún no habíamos intercambiado palabra.
Le dije que la llevaba al baño, y que se ducha se y se limpiase bien. Menudo espectáculo, arrastrando a semejante cerda ajada y vejada por el pasillo de esa casa siniestra, con las manos atadas y el culo destruido y la cabeza envuelts en una sabana llena de lefa.
La metí al baño y le corté las bridas para que pudieses acicalarse, pero le dije que no saliese de ahí sin avisar. La tía había entrado por completo en el juego. Le lleve su maleta con sus cosas y cerré la puerta. Yo mientras calenté algo de comer de platos precocinados del Mercadona en la cocina y los lleve al salón. También busque una especie de antifaz de esos de dormir que había comprado, que con las prisas había tenido que sustituir por la sábana en la cabeza. El antifaz sería más útil para privarla de la vista pero sin perder su boca como orificio útil.
Me llamó y la fui a recoger al baño, volví a ponerle las bridas de nuevo, y le puse el antifaz. Estaba limpia y olía bien. Se había vuelto a maquillar entera y a dar colonia.
La lleve al salón y la senté en el colchón. Comi yo, y ella comió como pudo unos macarrones con las manos atadas. Para divertirme le eche macarrones por las tetas y comí de ahí. También tire parte de los suyos por mi polla y le hice chupar. Estuve a punto de correrme pero queria generar más lefa, que estaba bajo mínimos. Así que la tumbe en el colchón y yo me volví a meter entre las berzas, y con el calor humano y de la estufa de leña, y con el escroto vacío y la tripa llena, nos echamos una señora siesta de varias horas. Desperté y ella ya estaba despierta, a mí lado, sin verme, acariciándome con las manos atadas. Me sientan mal las siestas, así que la aparte a peso muerto y me la quité de encima, me vesti, y salí a dar una vuelta por el pueblo para despejarme.
Ella se quedó tumbada sin decir nada, consciente de su papel. Cuando volví, ya más despejado, estaba en el colchón, abierta completamente de piernas. Así que tal como cerrre la puerta, negándome a sus deseos de nuevo, volví a darle por detrás. Está vez le dolía genuinamente y decidí no forzar demasiado, a ver si me quedaba sin juguete para el resto del puente. Asi que paré, fui a por algo de beber a la cocina y le preparé unas copitas de vino. Intento hablar y le dije que se callase la puta boca, cosa que hizo.
Llegó la hora de la cena y volvimos a repetir la dinámica. Le eché los macarrones que sobraban por el toto y relamí de ahí, y ella hizo lo propio en mi cipote. Comida de huevos y corrida en su boca todavía a media cena.
Después me hice un porrillo ( no suelo fumar, pero la ocasión lo merecía) y me dispuse a echar unos tekkens5 en la play antes de dormir. me senté en medio del colchón, iluminado solo por la luz de la estufa. La vieja se acurrucó entre mis piernas, y lamia los huevos y el pito mientras yo jugaba y la ignoraba. Uno de los últimos recuerdos de la noche que tengo es decirle que me hiciese una paja maniatada mientras yo miraba a Cristhie, la brasileña que hace capoeira en el Tekken, que tiene tremendas bubas. Le solté el grumo en los pechos y ya no recuerdo más.
Otro rato cuento el segundo día en la casa de los horrores.

me he descojonado amic, aunque empieza a sonar un poco a invents tanta bvrutalidad, si es verdad mira bien que no le de por denunciarte porque como le cuente eso a un juez lo vas a tener muy jodido para demostrar que es "consentido":lol::lol:

aun asi mi:121: por la currada de relato, he tenido una ereccion y todo, y con lo del tekken casi se me sale el desayuno
 
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Tranquilo, ansias, acabo de llegar a casa.
Os lo cuento ahora que aún me dura el calentón. Como dije, llevábamos un par de semanas sin vernos porque yo he tenido unos días bastante malos por otras cosas personales que no vienen al caso.
Le dije a la vieja que se reservase el puente al completo, de miércoles a domingo, que íbamos a recuperar el tiempo perdido. Yo llevaba tiempo maquinando mi venganza y después de ser su toyboy en las vacaciones de verano, ahora me tocaba a mí tomar por completo las riendas. Además necesitaba desestresar después de estos días.
Tras asegurarme de que la casa del pueblo iba a estar vacía el puente y que a ningún familiar se le iba a ocurrir aparecer por allí, reclamé su uso para "desconectar en soledad" unos días.
Le dije a la vieja que acudiese allí por su cuenta el miércoles, que yo iría el martes por la tarde a adecentar el sitio y preparar cosas.
Es una casa vieja de pueblo español de mala muerte, fría, decoración de postguerra y azulejo rancio. El sitio menos erótico del mundo. Las dos plantas superiores estaban llenas de camastros con crucifijos y cuadros de paisajes típicos de estas casas viejas, así que decidí bajar un colchón a la planta calle, al salón, que era menos tétrico y había estufa de leña, baño y cocina.
También dejé a mano provisiones de comida, alcohol y varios chismes que podrían ser divertidos. La verdad es que parecía un fumadero de crack o alguna casa okupa. Ideal.
Luego salí a dar una vuelta por el pueblo, y comprobé que no había ni Peter. Dormí en el colchón que había bajado al salón y me eché unas plays antes de quedarme seco (grata sorpresa comprobar que aún seguía ahí mi vieja play2).

A eso de las 10 de la mañana del miércoles pico al timbre mi esperada compañía, puntual. Abro la puerta y ahí está, elegantísima con un abrigo bueno y tacones, muy maquillada y oliendo a perfume caro. Le ha puesto ganas. Lleva una maletilla también. Puedo oler las ganas que tiene de mandanga. Sabe a lo que viene y sabe que le toca dedicación plena, y sé solo con verla que está dispuesta a cumplir. La invito a pasar para evitar posibles miradas de pueblerinos curiosos, y una vez dentro me empieza a besar y a refrotarme las tetas mientras se quita el abrigo. Va al puto grano, cero pérdida de tiempo.
Yo iba bastante violento y estresado y quería desahogarme con ella, así que estaba dispuesto a actuar sin ningún tipo de miramiento. La engancho del pelo desde la nunca y la arrastro hacia abajo. Me refroto la cabeza por la entrepierna y preto. Empieza a sacar la lengua y a chupar el pantalón del chándal. Pienso por un momento el darle el placer y metérsela en la boca ya, pero no.
Arrastrándola por el pelo, a cuatro platas, la llevo hasta el colchón en medio del salón y la arrojo allí.
Le doy la vuelta y la pongo de espaldas mientras le intento arrancar la ropa. Lleva una blusa semitransparente y unos pantalones de cuero pretisimos. Me cargué la blusa en en proceso, pero dudo que le importase. Le empiezo a bajar los pantalones con ansia hasta los tobillos, y lo mismo con el tanga.
La inmovilizo con fuerza y le pongo la mano en la cabeza, aplastándola contra el colchón. Pongo sus brazos por encima de la cabeza mientras ella intenta meterse la polla en el coño a base de empujar su culo en pompa contra mi. Evito la tentación y cojo un trapo y unas bridas que había dejado al lado del colchón, en mi plan perfectamente ejecutado. Le pongo las manos juntas, rodeo las muñecas con el trapo para que no le haga daño, y le ato las dos manos con las bridas.
Me mira, sorprendida, interpreto. Suelo ser bruto, pero ese día quería violencia. Habíamos hablado de esto alguna vez, e incluso pactamos una palabra de seguridad hace bastante tiempo, pero nunca habíamos llegado al punto de necesitarla. En su mirada veo que es consciente de que puede darse el caso, pero no hay más intercambio de palabras. Le echo una sabana por la cabeza y la tapo para ocultar su rostro y deshumanizarla un poco mas.
Lo fácil habría sido metérsela por delante y partirla en dos, pero yo quería más, así que fui directo al culo.
Y aquí remito a lo que comentaba en el.hilo sobre sodomía.
Solemos hacerlo por el culo, yo disfruto más y ella casi o tanto como por el chocho, pero incluso con su capacidad física de disfrute, el culo no estaba listo en ese momento. La pillo por sorpresa y con el ojete aún frío. Mejor. Empiezo a empujar y a tratar de clavársela mientras ella se retuerce y trata de arrastrarse por el colchón para evitarlo, mientras dice "para para para". Le meto la sabana en la boca y sigo hasta que entra. La noto retorcerse de dolor y quejarse bajo la sábana. Le está doliendo, y también le está gustando. Aquí entra en juego el factor psicológico del sexo anal que también comentábamos. Esa posición a la tía le va. Le va sentirse vejada y sodomizada, le va no tener el control y le va ser forzada. Le va el sacrificarse por la pareja sexual, en este caso yo. A otras tías no les irá, a ella si. Y tras varios minutos de forcejeo, intentos de escabullirse y pataleos, la polla empieza a fluir y a entrar y salir de maravilla. Gloriosos primeros minutos hasta que se somete. Pero finalmente se rinde, y se entrega. No cedi ni un poco en mi presión sobre ella ni en la dureza de las embestidas.
Como los enanos de minas moria, cave hondo y profundo, pero no encontré ningún Balrog ni ninguna sorpresa desagradable. Otra cosa no, pero es limpia y cumplida, y sabía a lo que venia. Había hecho sus deberes.
Cuando tenía el culo tan abierto que empezaba a a dejar de parecer culo, le metí los dedos por delante mientras yo seguía percutiendo. Y se corrió, con brutales contracciones de ojete que me succionaron la polla en oleadas y me hicieron estallar en su trastienda. Me dio lo justo para darle la vuelta y acurrucarme entre sus berzas, que lami y rechupetee durante un buen rato más. La pobre estaba notablemente dolorida, y eso que su cabeza seguía tapada por la sábana. En cuanto recupere, me subí encima de ella y me hice una cubana con sus tetas. Segunda lefada del día y me di el tiempo justo para levantar la sabana y darle en la barbilla.
A lo tonto era ya la hora de comer y habíamos hecho gana. Aún no habíamos intercambiado palabra.
Le dije que la llevaba al baño, y que se ducha se y se limpiase bien. Menudo espectáculo, arrastrando a semejante cerda ajada y vejada por el pasillo de esa casa siniestra, con las manos atadas y el culo destruido y la cabeza envuelts en una sabana llena de lefa.
La metí al baño y le corté las bridas para que pudieses acicalarse, pero le dije que no saliese de ahí sin avisar. La tía había entrado por completo en el juego. Le lleve su maleta con sus cosas y cerré la puerta. Yo mientras calenté algo de comer de platos precocinados del Mercadona en la cocina y los lleve al salón. También busque una especie de antifaz de esos de dormir que había comprado, que con las prisas había tenido que sustituir por la sábana en la cabeza. El antifaz sería más útil para privarla de la vista pero sin perder su boca como orificio útil.
Me llamó y la fui a recoger al baño, volví a ponerle las bridas de nuevo, y le puse el antifaz. Estaba limpia y olía bien. Se había vuelto a maquillar entera y a dar colonia.
La lleve al salón y la senté en el colchón. Comi yo, y ella comió como pudo unos macarrones con las manos atadas. Para divertirme le eche macarrones por las tetas y comí de ahí. También tire parte de los suyos por mi polla y le hice chupar. Estuve a punto de correrme pero queria generar más lefa, que estaba bajo mínimos. Así que la tumbe en el colchón y yo me volví a meter entre las berzas, y con el calor humano y de la estufa de leña, y con el escroto vacío y la tripa llena, nos echamos una señora siesta de varias horas. Desperté y ella ya estaba despierta, a mí lado, sin verme, acariciándome con las manos atadas. Me sientan mal las siestas, así que la aparte a peso muerto y me la quité de encima, me vesti, y salí a dar una vuelta por el pueblo para despejarme.
Ella se quedó tumbada sin decir nada, consciente de su papel. Cuando volví, ya más despejado, estaba en el colchón, abierta completamente de piernas. Así que tal como cerrre la puerta, negándome a sus deseos de nuevo, volví a darle por detrás. Está vez le dolía genuinamente y decidí no forzar demasiado, a ver si me quedaba sin juguete para el resto del puente. Asi que paré, fui a por algo de beber a la cocina y le preparé unas copitas de vino. Intento hablar y le dije que se callase la puta boca, cosa que hizo.
Llegó la hora de la cena y volvimos a repetir la dinámica. Le eché los macarrones que sobraban por el toto y relamí de ahí, y ella hizo lo propio en mi cipote. Comida de huevos y corrida en su boca todavía a media cena.
Después me hice un porrillo ( no suelo fumar, pero la ocasión lo merecía) y me dispuse a echar unos tekkens5 en la play antes de dormir. me senté en medio del colchón, iluminado solo por la luz de la estufa. La vieja se acurrucó entre mis piernas, y lamia los huevos y el pito mientras yo jugaba y la ignoraba. Uno de los últimos recuerdos de la noche que tengo es decirle que me hiciese una paja maniatada mientras yo miraba a Cristhie, la brasileña que hace capoeira en el Tekken, que tiene tremendas bubas. Le solté el grumo en los pechos y ya no recuerdo más.
Otro rato cuento el segundo día en la casa de los horrores.
Una mezcla de Max Hardcore y Antonio Anglés
 
No he podido ni terminar el relato.

A tu lado el Marqués de Sade es un monitor de granjaescuela.
 
Arriba Pie