Spawner
Muerto por dentro
- Registro
- 10 Dic 2005
- Mensajes
- 34.971
- Reacciones
- 4.163
Tradicionalmente se decía que un hombre envejecía cuando las mujeres a las que miraba por la calle empezaban a tener la edad de sus hijas o de sus sobrinas. Últimamente me he dado cuenta de que a mí no ha ocurrido eso aún sino, más bien, todo lo contrario.
El otro día, un buen amigo, mandó un par de fotos por WhatsApp de una chica en ropa de baño que daba gloria verla. En este grupo nos limitamos, casi en exclusiva, a mandar instagrames de conocidas comunes. El verano, que nos hace sacar lo peor de nosotros mismos. A la chica en cuestión no se le veía la cara, era una de estas típicas fotos que tan de moda se han puesto ahora en las redes, en las que las niñas se creen modelos, se tapan la cara con una gorra y de forma evidentemente provocativa se bajan un poco la cremallera del bañador empezando a insinuar un escote de lo más apetitoso. Qué bufas, qué puente, ay, qué coñito tan rico fueron las soeces con que regalamos a la foto que, sin pedirlo, apareció en nuestros móviles.
Es X, dice el cabrón, X, ¿quién? Pregunta uno. X Y, la de los campamentos. La niña de la que, con 6 años, fuimos monitores un verano. Hija de puta.
Estas cosas te hacen pensar, aunque sólo sea por un rato y pese a que el flujo sanguíneo se vea temporalmente interrumpido.
Le conté esto a otro buen amigo y él me dijo que empezó a darse cuenta de que iba para viejo cuando, al mirar a muchachas por la calle, reflexionaba para dentro y se decía algo así como qué haces mirando a la criaja ésa, si tendrá 20 años nada más. Y terminaba añadiendo, aunque si te pilla ésa, te revienta en 30 minutos.
Yo, por mi parte, me he dado cuenta de que me envejezco, al menos en el plano sexual o de la seducción, porque me fijo en mujeres de mi edad. Me explico. Cuando uno es joven, joven de verdad, rara vez presta atención a las personas con las que comparte edad. Con 12 uno se fija en las de 17 y 18, que están jamonas y ya han echado teta. Con 16, más de lo mismo, las de 20 siguen siendo el principal reclamo y, cuando uno cumple la mayoría de edad, irremediablemente se ve atraído por el mundo teen; mundo que siempre será una constante fantasiosa en nuestra cabeza como el porno bien demuestra. Con forme envejeces son las de 20 - 25 las que reclaman tu atención. La edad de ellas aumenta conforme lo hace la nuestra pero siempre, siempre, las musas de nuestros desvaríos han de ser menores que nosotros.
En la adolescencia, en mi grupo de amigos, solíamos decir que la edad ideal para una pareja era dos tercios de la propia más uno. Que tienes 30, 21; que has llegado a los 60, 41. Que tienes 18... 13. Bueno, éramos jóvenes no genios y los números no siempre funcionan.
El caso es que en no pocas veces me he sorprendido mirando a alguna que otra mujer que ya era eso, mujer. Madre. Alguien a quien hace años yo no observaría de no ser porque fuera acompañada de su hermana menor/sobrina de 20 años. Y no lo hago aposta, que a veces voy con la bici y veo una falda y me digo oye, a ésa yo... y, al adelantarla y girarme para mirarla, veo que me supera en años y en castigo.
Pero es que ha llegado un punto en el que ni siquiera tiene por qué tener un cuerpo adaptado al canon que, hasta ahora, yo creía que tenía en mente. No. Con que tenga un rostro que yo intuya que puede adquirir expresiones de morbosas en pleno acto sexual, ya estoy que pico hielo con la polla.
Estoy igual de salido que siempre, no es que ande falto y ahora busque donde antes no metería la boca, es que creo que, de manera inconsciente, mi mente ha desarrollado un mecanismo de autodefensa y me hace ver atractivas a mujeres que antes, lo fueran o no, no recibían ni una ligera mirada de reojo por mi parte. Creo sinceramente que, sabiendo que las menores que yo ya se escapan de mi liga, que, aunque quiera, han dejado de ser mi target, mi cerebro forero ha diseñado una estrategia por la cual me resultan sexualmente interesantes las que pertenecen al abanico de edades con las que voy a tener -en el supuesto de que quisiera- más posibilidad de triunfar.
Y eso, sin duda, es envejecer, porque no hay actitud más de viejo que resignarse, aunque sea de manera inconsciente, para no sentirse frustrado.
El otro día, un buen amigo, mandó un par de fotos por WhatsApp de una chica en ropa de baño que daba gloria verla. En este grupo nos limitamos, casi en exclusiva, a mandar instagrames de conocidas comunes. El verano, que nos hace sacar lo peor de nosotros mismos. A la chica en cuestión no se le veía la cara, era una de estas típicas fotos que tan de moda se han puesto ahora en las redes, en las que las niñas se creen modelos, se tapan la cara con una gorra y de forma evidentemente provocativa se bajan un poco la cremallera del bañador empezando a insinuar un escote de lo más apetitoso. Qué bufas, qué puente, ay, qué coñito tan rico fueron las soeces con que regalamos a la foto que, sin pedirlo, apareció en nuestros móviles.
Es X, dice el cabrón, X, ¿quién? Pregunta uno. X Y, la de los campamentos. La niña de la que, con 6 años, fuimos monitores un verano. Hija de puta.
Estas cosas te hacen pensar, aunque sólo sea por un rato y pese a que el flujo sanguíneo se vea temporalmente interrumpido.
Le conté esto a otro buen amigo y él me dijo que empezó a darse cuenta de que iba para viejo cuando, al mirar a muchachas por la calle, reflexionaba para dentro y se decía algo así como qué haces mirando a la criaja ésa, si tendrá 20 años nada más. Y terminaba añadiendo, aunque si te pilla ésa, te revienta en 30 minutos.
Yo, por mi parte, me he dado cuenta de que me envejezco, al menos en el plano sexual o de la seducción, porque me fijo en mujeres de mi edad. Me explico. Cuando uno es joven, joven de verdad, rara vez presta atención a las personas con las que comparte edad. Con 12 uno se fija en las de 17 y 18, que están jamonas y ya han echado teta. Con 16, más de lo mismo, las de 20 siguen siendo el principal reclamo y, cuando uno cumple la mayoría de edad, irremediablemente se ve atraído por el mundo teen; mundo que siempre será una constante fantasiosa en nuestra cabeza como el porno bien demuestra. Con forme envejeces son las de 20 - 25 las que reclaman tu atención. La edad de ellas aumenta conforme lo hace la nuestra pero siempre, siempre, las musas de nuestros desvaríos han de ser menores que nosotros.
En la adolescencia, en mi grupo de amigos, solíamos decir que la edad ideal para una pareja era dos tercios de la propia más uno. Que tienes 30, 21; que has llegado a los 60, 41. Que tienes 18... 13. Bueno, éramos jóvenes no genios y los números no siempre funcionan.
El caso es que en no pocas veces me he sorprendido mirando a alguna que otra mujer que ya era eso, mujer. Madre. Alguien a quien hace años yo no observaría de no ser porque fuera acompañada de su hermana menor/sobrina de 20 años. Y no lo hago aposta, que a veces voy con la bici y veo una falda y me digo oye, a ésa yo... y, al adelantarla y girarme para mirarla, veo que me supera en años y en castigo.
Pero es que ha llegado un punto en el que ni siquiera tiene por qué tener un cuerpo adaptado al canon que, hasta ahora, yo creía que tenía en mente. No. Con que tenga un rostro que yo intuya que puede adquirir expresiones de morbosas en pleno acto sexual, ya estoy que pico hielo con la polla.
Estoy igual de salido que siempre, no es que ande falto y ahora busque donde antes no metería la boca, es que creo que, de manera inconsciente, mi mente ha desarrollado un mecanismo de autodefensa y me hace ver atractivas a mujeres que antes, lo fueran o no, no recibían ni una ligera mirada de reojo por mi parte. Creo sinceramente que, sabiendo que las menores que yo ya se escapan de mi liga, que, aunque quiera, han dejado de ser mi target, mi cerebro forero ha diseñado una estrategia por la cual me resultan sexualmente interesantes las que pertenecen al abanico de edades con las que voy a tener -en el supuesto de que quisiera- más posibilidad de triunfar.
Y eso, sin duda, es envejecer, porque no hay actitud más de viejo que resignarse, aunque sea de manera inconsciente, para no sentirse frustrado.