Que manía tienen los useños con aplicar acrónimos a todo. Le quita credibilidad al asunto.
Sin embargo, es cierto. Ya lo vimos en aquel hilo llamado
Los hombres no estan dispuestos a casarse. Mientras occidente se revuelca en su decadencia, cada vez más y más varones se quedan solos. Follen esporádicamente o no, lo acepten o no, lo elijan o no, inhiban su sexualidad o no, se vayan de putas o no... no se reproducirán. El sueño de formar una familia y dejar descendencia ha alcanzado el nivel de quimera. "No seré elegido" -piensan- "Soy demasiado cerebral para comprender los entresijos de la mente femenina".
La castración del hombre occidental ha llegado a su punto máximo de inflexión. Si antes tu padre, o tu abuelo, te daba un par de collejas para que dejases de hacer el payaso con aquella chica que no te correspondía, ahora se ha institucionalizado la sumisión a la vagina. Todos asienten con la cabeza gacha y asumen que "no te lo curras lo suficiente", no inviertes suficiente dinero en tu aspecto personal (ropa, gimnasio, coche...). Lo que sea. La culpa es tuya por no complacerlas.
Hasta los más fuckers trogloditas se han convertido en esclavos del coño, pues no hacen sino retroalimentar el ciclo. Viven por y para la atención de las mujeres. Con más éxito, es innegable, pero a cambio de sacrificar su personalidad, dinero, voluntad y esfuerzo. ¿Realmente merece la pena?
Así pues, los varones solteros para los restos, desorientados, terminan por escoger un camino que encauce su vida de la forma más sencilla posible. Unos se sumergen de lleno en su trabajo, haciendo horas extras sin control, para evitar la angustia que supone tener tiempo libre y poca vida social con la que rellenarlo. Otros fracasan y caen en depresiones, misoginia y amargura. Otros experimentan con su sexualidad, sin saber si es eso lo que realmente quieren y/o desean. Otros echan mano de los anuncios de contactos, que alivian temporalmente pero no curan. Otros -pocos en realidad- consiguen engañar a la entrepierna y al corazón, autoconvenciéndose de lo poco que aportan esas carencias, huyendo de ellos mismos, negando al hemisferio derecho del cerebro, alimentándose únicamente del placer intelectual que nunca llegará a eclipsar ese dolor del todo.
Y finalmente, aparece el MGTOW como paradigma del hombre zen autosuficiente, que ha alcanzado la plenitud a base de esfuerzo y sangre. Que ha trascendido de las limitaciones que le marcaban sus sentimientos. Que ha aceptado la realidad pero no se ha doblegado ante ella. Que ha hecho de su singularidad su propio tesoro, y de su personalidad los cimientos de su fortaleza. Que valora más sus logros que sus derrotas, porque ha aprendido de éstas. Que conoce su potencial y lo explota; no para sorprender o agradar otros, sino para su autorrealización. Que se regocija en las pequeñas recompensas que le brinda la vida, lejos de la mediocridad que otros han abrazado por miedo o simple inercia.
Ser el
ronin que camina solo, por voluntad propia, pese a las dificultades de la senda y los cuchicheos de los plebeyos que le señalan la vergüenza de no tener señor feudal al que servir.
Ya era hora de que apareciera un nombre para tal concepto, que aunque suene ridículo, condensa el pensamiento de una generación perdida que busca respuestas. A mi manera o carretera, para bien o para mal. Asumo los riesgos y acepto las consecuencias. No compartiré el botín con nadie si triunfo, o me lameré las heridas en silencio si fracaso.
Los fuertes son más fuertes cuando estan solos.
- Huron Blackheart