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- 18 Abr 2006
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Poder decir que alguna fue la mejor es poder decir mucho.
Tienes la suerte de creer que sabes lo que quieres e incluso dispones de un calibre con el que comparar. Que sea un modelo idealizado por el paso de los años y la caprichosa memoria selectiva es otro asunto.
Mi primera novia no fue la mejor. Pero supe, desde el momento en que aquello se torció, que yo sí era la mejor versión de mí mismo que una mujer se iba a encontrar. Que ese desengaño no sería el último, pero sí el mayor. Y que con la siguiente cometería errores, pero no los mismos.
Así, según pasan los años e incrementan las muescas de la culata, me voy convirtiendo en un ser más abyecto e insoportable.
Enterrando, con cada relación, a la versión de mí mismo que fue tan imbécil como para pensar que funcionaría.
No me vuelvo más listo ni mejor en aspecto alguno. No me libro de mis defectos ni acierto con mi intención de esquivar esas mismas piedras. Pero sí me torno más cínico y egoísta, lo cual es triste, teniendo en cuenta que mi criterio sí se va acercando a una expectativa más práctica, realista o acorde a mis necesidades, llamadlo como queráis. Así, según voy perdiendo ilusión van apareciendo personas en mi vida que lo entienden, toleran o incluso disfrutan más que las anteriores.
Lejos de aprovechar las oportunidades, la inacción, la desidia o la estulticia me acaban empujando a joderlo.
Y así elegí este nick, sabiendo que nadie debería tener demasiadas esperanzas en mí.
Tienes la suerte de creer que sabes lo que quieres e incluso dispones de un calibre con el que comparar. Que sea un modelo idealizado por el paso de los años y la caprichosa memoria selectiva es otro asunto.
Mi primera novia no fue la mejor. Pero supe, desde el momento en que aquello se torció, que yo sí era la mejor versión de mí mismo que una mujer se iba a encontrar. Que ese desengaño no sería el último, pero sí el mayor. Y que con la siguiente cometería errores, pero no los mismos.
Así, según pasan los años e incrementan las muescas de la culata, me voy convirtiendo en un ser más abyecto e insoportable.
Enterrando, con cada relación, a la versión de mí mismo que fue tan imbécil como para pensar que funcionaría.
No me vuelvo más listo ni mejor en aspecto alguno. No me libro de mis defectos ni acierto con mi intención de esquivar esas mismas piedras. Pero sí me torno más cínico y egoísta, lo cual es triste, teniendo en cuenta que mi criterio sí se va acercando a una expectativa más práctica, realista o acorde a mis necesidades, llamadlo como queráis. Así, según voy perdiendo ilusión van apareciendo personas en mi vida que lo entienden, toleran o incluso disfrutan más que las anteriores.
Lejos de aprovechar las oportunidades, la inacción, la desidia o la estulticia me acaban empujando a joderlo.
Y así elegí este nick, sabiendo que nadie debería tener demasiadas esperanzas en mí.