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Miembro eliminado FLM
Guest
Querido amigo, la empatía es, sin duda, una meritoria virtud. Y comparte con otras virtudes una peculiaridad: debe ser ejercitada selectivamente.
No tiene sentido practicar la generosidad con un tacaño. Ni la valentía defendiendo a un enemigo. Ni la sinceridad declarando en un juzgado para perjudicarnos a nosotros mismos. Con la empatía pasa lo mismo: hay que valorar muy mucho quien se la merece. Y este no parece ser el caso.
Estoy lejos de ser un discípulo de Jesucristo que prodiga el amor al prójimo mientras espera al momento de su martirio. Naturalmente que muy pocas personas merecen ser salvadas, y además de forma muy selectiva. La italiana de esta historia no es una de ellas. Pero otras tantas personas como Amanda Todd o Jokin Ceberio no se merecían un final tan trágico.
Mi alegato a favor de la empatía y otros valores humanos, tiene que ver con la mezquindad y ruindad que cada vez es más creciente. Eso me preocupa. Por un lado nos hablan de tolerancia y buenismo mientras se aplaude la puñalada trapera y el donde dije digo, digo Diego. O el doble rasero. No se si se acordarán del caso del futbolista aquel que chantajeó a otro con vídeos caseros con otra subnormal cazafortunas. Ni multa, ni cárcel ni memoria histórica. A los héroes del coliseo se les perdona todo.
Visto desde una perspectiva puramente egoísta, deseo que no siga aumentando ese número de psicópatas y sus palmeros que les ríen la gracias. Porque cuántos más haya de esos, más desconfiada y peor persona será esa mujer con la que me gustaría compartir mi tiempo e intimidad. Por eso, en la medida que me lo permita mi tiempo y mis fuerzas, seguiré señalando vicios y virtudes independientemente de quien los tenga.
Quizá estoy predicando en el desierto, quizá mi mensaje es lo bastante incómodo como para provocar oidos sordos o exabruptos de todo tipo con tal de no querer enfrentarse a una realidad que es más oscura de lo que se creen. Quizá estoy mereciéndome que me inviten a un chupito de cicuta. No lo se.
Llevo varios años leyéndole y le hago un resumen de lo que recuerdo: no tiene usted mucho éxito con el bello sexo, se pasa tardes interminables de domingo intentando pillar por internet sin conseguirlo, sus compañeras de trabajo pasan de su culo en moto. Es usted un tipo solitario, como yo.
Mi situación ha mejorado y empeorado a partes iguales. Dedico bastante menos tiempo y esfuerzo al ligue y más al crecimiento personal. He hecho poda de amistades y conocidos, rodeándome sólo de quienes merecen la pena. Perdí mi trabajo. Sigo solo, aunque más estoico que angustiado.
No obstante, gracias por tenderme la mano. Son detalles que aprecio de verdad.
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