Llevo treinta y cinco años escuchando el TB y aún no me he cansado y sigo extrayéndole su jugo cada vez que lo escucho, con lo cual se puede decir todo.
Oldfield es un músico sin duda irregular. En demasiadas ocasiones (y sobre todo desde hace unos diez años a esta parte) da la impresión de que se ha acomodado, de que sus ideas se encuentran agotadas y se debate entre seguir manteniéndose fiel a su estilo o librarse de él. En ese sentido me recuerda a una frase de Philip Glass que decía algo así como que "la primera preocupación de un artista es encontrar una forma de expresión y la segunda es deshacerse de ella".
Ahora bien y con todo, un buceo a lo largo de la carrera de Oldfield nos dará ocasión sin duda para topar con sorpresas que en algunos casos llegan a ser excelsas. A estos efectos propongo algunos hitos en su discografía, aparte de TB claro:
.- Los primeros y últimos cinco minutos de la primera cara (se nota que pienso en vinilo) de de Hergest Ridge, misteriosos y evocadores, y prácticamente toda la segunda cara con su sentido poderoso y casi minimalista.
.- Esos diecisiete minutos de gloria que constituyen toda la primera parte de Ommadawn.
.- El juego de guitarras y percusiones en los más o menos siete primeros minutos de 2ª parte de Incantations.
.- La versión en directo de North Star del Platinum.
.- Imprescindible el DVD que recoge la actuación en el Festival de Montreux hacia 1981, se ve a un Oldfield soberbiamente secundado por sus acompañantes en estado de gracia como intérprete y disfrutando como un loco de lo que hace.
.- Una pieza casi ignorada muchas veces del Five Miles Out: Orabidoo, inolvidable, volviendo de nuevo a las atmósferas misteriosas y con una parte final que transcurre entre un percusiones poderosas y sintetizadores para luego extinguirse con una bellísima y breve canción final. Nada de omitir tampoco la potente canción que da nombre al disco o algunos retazos de genio en Taurus 2.
.- Sólo pido atención a los treinta o cuarenta segundos iniciales de la instrumental Crises, con unas notas de electrónica fría y al mismo tiempo evocadora.
.- De Amarok sólo se puede decir que merece encerrarse con él para desmenuzarlo. Ahí se permite de todo, desde aires folk a guiños clásicos (atención a quienes gusten de Rachmaninov) pasando por la electrónica más creativa o unos guitarreos que demuestran que entonces estaba en forma y de qué manera.
.- TBII es interesante, una recreación o reinterpretación más que estimable de la primera versión. Merece la pena.
.- The song of distant Earth puede que sea irregular pero momentos como la soberbia Let there be light, Only time will tell o Sunken forest justifican el disco.
.- No es mal ejercicio comparar la primera, rudimentaria y al mismo tiempo fresca grabación de TB y su regrabación de 2003, se lo recomiendo a cualquiera.
.- De lo grabado en años posteriores me quedo con poco: acaso con Broad sunlight uplands del Millenium Bell, Return to the origin del Tr3s lunas, alguna pieza del Guitars como Muse y poco más. Una pena.
.- En cuanto al MOTS, si bien se agradece la huída de los ambientes ibicencos, el house y demás coñas, no hay mucho que rascar. Curiosamente los mejores momentos del disco llegan, en mi opinión, cuando Oldfield se plagia a si mismo, como en Tempest que me parece un tema soberbio.
Con todo el gran mérito de Oldfield está en unos años iniciales en los que desbordó genio, garra, mala leche y huida de lo trillado, de las soluciones fáciles. Tras ello va llegando el inevitable apoltronamiento, si bien incluso cuando nos está decepcionando o aburriendo soberanamente de cuando en cuando llega algún breve chispazo de genio que permite seguir esperando a que vuelva a ofrecer lo mejor de sí mismo si el tiempo y las ganas lo permiten. Sin embargo albergo pocas esperanzas a estos efectos, creo que su grandeza durante los setenta provenía de una personalidad inestable y torturada y la serenidad de los años han traído cosas que sin duda son mejores para él como individuo pero no como músico. Lo siento.