Ha llegado la hora de la supuesta verdad.
Tras que varios de vosotros hayáis participado en los hilos a título de hombres aventajados y conocedores de esas mujeres a las que la naturaleza, lol, y algún patrocinador feminazi, bendijeron con una gracia, inteligencia y valía sin parangón, me he decidido a abrir un hilo en el que expongáis cómo han sido o son, esas mujeres que nosotros —nuncafollistas, puteros, desgraciados, ignotos, residentes de la única ciudad de las tontas— no hemos querido jamás conocer por miedo a descubrir que no las complaceríamos ni ahorrando toda la vida para comprarles una pulsera en Tiffanys. (Sí, hasta la gracieta es ¿machista=realista? Cuando me iluminéis cambio.)
Yo he conocido sólo a cuatro mujeres dignas de ser comentadas, y no considero a ninguna de ellas interesante. Además, las cuatro, son muy indeseables como parejas y seguramente jamás tendrían un amigo masculino. Es decir, nulas para más que para follar.
La validez o extensión de mi criterio, la muestra de mi análisis, está basada (lamento repetir cosas que he dicho en otros hilos), en muchas más novias y ligues de lo que un hombre de mi edad suele tener, en que desde los 12 años estuve en relación permanente directa con muchos cientos de mujeres, en clase, colegio, universidad atestada de mujeres, trabajos, he chateado en redes sociales con muchos miles de mujeres, he leído muchas novelas de mujeres, he observado a muchas miles de mujeres atentamente en busca de encontrar algo que me interesara.
La muestra considero que es sobradamente extensa como para que hubiera conocido a varias o a muchas mujeres interesantes, lo cual no ha ocurrido.
No he conocido a ni una.
Para mí una persona es interesante si considero que me gustaría ser ella. Si considero que me gustaría conocer a esa persona más a fondo. Si me suscita curiosidad. Si es especial. Si aplaudiría sus actos vitales.
Hombres interesantes hay a cascoporro. Si hago una lista, rebaso las tres páginas din A4 en menos de veinte minutos. Vosotros decís que mujeres también.
Previendo que ninguno me va a detallar a una mujer que me generara deseos de pedir su número, voy a contar cómo era una de las cuatro que dije anteriormente. Si me describís alguna (real a ser posible) que me genere esperanza, asombro, interés, describo a las otras.
La primera era una tipa treintañera, exhibicionista, atractiva pero no guapa, adinerada a base de trepismo empresarial y favores varios, cultura medio-alta, inteligencia baja según las conversaciones que tuve con ella, que se jacta de trabajar por las mañanas paseando culo y piernas para que le regalen un sueldo de seudojefa que sirve para poco más que para reactivar el riego sanguíneo de los que curran en su oficina, más un enchufe por las tardes que le concede un trabajo chollo que puede hacer desde su piscina, en la cual gusta de exhibirse desnuda delante de su hijo, menor de quince años, porque los niños son muy naturales. O las madres muy putas.
Suele quedar con ventiañeros los fines de semana a los que recibe en su casa ante la alelada mirada de su hijo. Vive en un chalet. Folla mucho. Destila lorealismo tipo C, el de las Cañonas Milfs que llevan diez años en la categoría B jugando a que no hay hombres de su nivel de atractivo, y ascienden al C y permanecen ahí durante otra década, nivel en el cual no hay hombres de su nivel de inteligencia y amatorio, ni quieren conocerlos, y si se topan con uno lo rechazarían aduciendo falta de atractivo, empleando un comodín de autoengaño de doble vía, el cual les permite cerrar ojos y vivir en una realidad superior, pero al abrirlos enfrentadas a la realidad en la que pasan los años y están solas y resolas, con miles de hombres deseables alrededor de ellas, pero ellas ESO no lo quieren; por lo cual se “ven” forzadas a abocarse al pilón de un hombre adinerado, que ya que no sirven de nada, al menos que aporten el dinero que una no tiene, contradicción fácilmente ignorable.
Por desgracia en una valoración sobre españolas no contaría porque no es española. Y (joder… me acabo de dar cuenta que de las 4, 3 no son españolas).
Quería esperanza y me he hundido más antes siquiera de empezar a leeros.
Venga, machoalfas, soltad las pesas en el suelo y contadnos a los gordinflas cómo son esas mujeres con las que vais a tomaros los helados dietéticos. No tengáis piedad de nosotros y aleccionadnos sobre cómo viven las mujeres con las que alternan los hombres de verdad.
Tras que varios de vosotros hayáis participado en los hilos a título de hombres aventajados y conocedores de esas mujeres a las que la naturaleza, lol, y algún patrocinador feminazi, bendijeron con una gracia, inteligencia y valía sin parangón, me he decidido a abrir un hilo en el que expongáis cómo han sido o son, esas mujeres que nosotros —nuncafollistas, puteros, desgraciados, ignotos, residentes de la única ciudad de las tontas— no hemos querido jamás conocer por miedo a descubrir que no las complaceríamos ni ahorrando toda la vida para comprarles una pulsera en Tiffanys. (Sí, hasta la gracieta es ¿machista=realista? Cuando me iluminéis cambio.)
Yo he conocido sólo a cuatro mujeres dignas de ser comentadas, y no considero a ninguna de ellas interesante. Además, las cuatro, son muy indeseables como parejas y seguramente jamás tendrían un amigo masculino. Es decir, nulas para más que para follar.
La validez o extensión de mi criterio, la muestra de mi análisis, está basada (lamento repetir cosas que he dicho en otros hilos), en muchas más novias y ligues de lo que un hombre de mi edad suele tener, en que desde los 12 años estuve en relación permanente directa con muchos cientos de mujeres, en clase, colegio, universidad atestada de mujeres, trabajos, he chateado en redes sociales con muchos miles de mujeres, he leído muchas novelas de mujeres, he observado a muchas miles de mujeres atentamente en busca de encontrar algo que me interesara.
La muestra considero que es sobradamente extensa como para que hubiera conocido a varias o a muchas mujeres interesantes, lo cual no ha ocurrido.
No he conocido a ni una.
Para mí una persona es interesante si considero que me gustaría ser ella. Si considero que me gustaría conocer a esa persona más a fondo. Si me suscita curiosidad. Si es especial. Si aplaudiría sus actos vitales.
Hombres interesantes hay a cascoporro. Si hago una lista, rebaso las tres páginas din A4 en menos de veinte minutos. Vosotros decís que mujeres también.
Previendo que ninguno me va a detallar a una mujer que me generara deseos de pedir su número, voy a contar cómo era una de las cuatro que dije anteriormente. Si me describís alguna (real a ser posible) que me genere esperanza, asombro, interés, describo a las otras.
La primera era una tipa treintañera, exhibicionista, atractiva pero no guapa, adinerada a base de trepismo empresarial y favores varios, cultura medio-alta, inteligencia baja según las conversaciones que tuve con ella, que se jacta de trabajar por las mañanas paseando culo y piernas para que le regalen un sueldo de seudojefa que sirve para poco más que para reactivar el riego sanguíneo de los que curran en su oficina, más un enchufe por las tardes que le concede un trabajo chollo que puede hacer desde su piscina, en la cual gusta de exhibirse desnuda delante de su hijo, menor de quince años, porque los niños son muy naturales. O las madres muy putas.
Suele quedar con ventiañeros los fines de semana a los que recibe en su casa ante la alelada mirada de su hijo. Vive en un chalet. Folla mucho. Destila lorealismo tipo C, el de las Cañonas Milfs que llevan diez años en la categoría B jugando a que no hay hombres de su nivel de atractivo, y ascienden al C y permanecen ahí durante otra década, nivel en el cual no hay hombres de su nivel de inteligencia y amatorio, ni quieren conocerlos, y si se topan con uno lo rechazarían aduciendo falta de atractivo, empleando un comodín de autoengaño de doble vía, el cual les permite cerrar ojos y vivir en una realidad superior, pero al abrirlos enfrentadas a la realidad en la que pasan los años y están solas y resolas, con miles de hombres deseables alrededor de ellas, pero ellas ESO no lo quieren; por lo cual se “ven” forzadas a abocarse al pilón de un hombre adinerado, que ya que no sirven de nada, al menos que aporten el dinero que una no tiene, contradicción fácilmente ignorable.
Por desgracia en una valoración sobre españolas no contaría porque no es española. Y (joder… me acabo de dar cuenta que de las 4, 3 no son españolas).
Quería esperanza y me he hundido más antes siquiera de empezar a leeros.
Venga, machoalfas, soltad las pesas en el suelo y contadnos a los gordinflas cómo son esas mujeres con las que vais a tomaros los helados dietéticos. No tengáis piedad de nosotros y aleccionadnos sobre cómo viven las mujeres con las que alternan los hombres de verdad.