Torquemada2.0
El calzonazos del Xanadú
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- 5 May 2008
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Buenas, abro un hilo de esos que hurgan en las miserias de shurmanos que tiempo ha fueron amazords en esto del deporte, pero que hoy en día duermen bajo cartones de embalajes Jubany, cortan tubos en unos astilleros, o peor se han ido a criar malvas, porque no supieron aprovechar los billetazos, les tangaron como a chinos o se bebieron el agua de los floreros.
Mi tradición antimadridista me hace comenzar por un exjugador de ese equipo. Nuestro primer protagonista es Juan José Jiménez, apodado Ulises por los comentaristas de radio de la época.
Huelga comentar que empezó en el Cádiz, jugó en el Elche y de ahí pasó a morar la pocilga mandrilista.
La verdad es que se le recuerda por una buena temporada, y por esa larga cabellera rubia corriendo la banda mandrilista como el viento.
Pero a partir de ahí empezó a caer en desgracia, por cierto el gagá Di Stefano le mandó al banquillo, y pese a que siguió un par de años más en el Cuernabéu, incluyendo 4 llamadas a la Roja, el hamijo barbudo se le iba terminando el mojo, y en vez de guardar bien su dinero, lo dilapidaba gastando en donde no debía, o más de lo que debía, y así entrando en una espiral de gastos por vicios varios, mujeres, licor y cortarse las puntas en la pelu de Rupert.
Hoy en día (pese a que en una parte de su vida tuvo unos salarios y nivel de vida muy altos), con más de 50 años se tiene que conformar ( y no es poco en Cádiz, donde está parado hasta el reloj del ayuntamiento) con cortar tubos a las 6:00 de la mañana en los Astilleros.
Mi tradición antimadridista me hace comenzar por un exjugador de ese equipo. Nuestro primer protagonista es Juan José Jiménez, apodado Ulises por los comentaristas de radio de la época.
Huelga comentar que empezó en el Cádiz, jugó en el Elche y de ahí pasó a morar la pocilga mandrilista.
La verdad es que se le recuerda por una buena temporada, y por esa larga cabellera rubia corriendo la banda mandrilista como el viento.
Pero a partir de ahí empezó a caer en desgracia, por cierto el gagá Di Stefano le mandó al banquillo, y pese a que siguió un par de años más en el Cuernabéu, incluyendo 4 llamadas a la Roja, el hamijo barbudo se le iba terminando el mojo, y en vez de guardar bien su dinero, lo dilapidaba gastando en donde no debía, o más de lo que debía, y así entrando en una espiral de gastos por vicios varios, mujeres, licor y cortarse las puntas en la pelu de Rupert.
Hoy en día (pese a que en una parte de su vida tuvo unos salarios y nivel de vida muy altos), con más de 50 años se tiene que conformar ( y no es poco en Cádiz, donde está parado hasta el reloj del ayuntamiento) con cortar tubos a las 6:00 de la mañana en los Astilleros.