Llevaba sin competir desde junio de 2003, desde que quedó 14º en su último Giro. "Murió por una intoxicación aguda de cocaína con el consiguiente  edema cerebral y pulmonar agravado por las persistentes lesiones del  miocardio debidas a un abuso prolongado de la sustancia". Así se lee en  la autopsia firmada por el patólogo Giuseppe Fortuni. Así, esto y más  cosas, se lee en Delito Pantani. Último kilómetro (Secretos y mentiras),  un libro en el que Andrea Rossini, un periodista que investigó el caso  desde el primer día, narra los últimos días y años de la vida de Pantani  y que desmonta minuciosamente, punto por punto, el último intento de  convertir también la muerte del corredor en un mito: la denuncia  presentada por su madre, Tonina Pantani, por supuesto homicidio.