ciudadanocapeto
Forero del todo a cien
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Hungría, cuna de grandes actrices porno, ha aprobado una nueva constitución, que además de borrar de raíz cualquier recuerdo del filocomunismo, convierte el estado en CONFESIONAL. Veamos cómo tratan la noticia dos medios de color político opuesto.
Por otro lado Público dice lo siguiente:
RECAPITULANDO:
- La religión preserva (¿y cómo lo hace?) la nación húngara. Establece la colaboración del Estado con la Iglesia.
- Cultura nacional. Valora su contribución a la diversidad (¿ein?). Destaca por su proyección europea.
- Matrimonio. Lo define como una unión entre un hombre y una mujer.
- Defensa de la familia. La vida del feto quedará protegida desde su concepción. (se están frotando las manos las clínicas abortivas de los países del entorno :D)
- Cadena perpetua. Instaurada como máxima pena sin posibilidad de libertad condicional.
- Defensa nacional. Todos los húngaros están obligados a contribuir a la defensa de su país. Hungría debe mantener una reserva de voluntarios. Cágate, casi como Israel.
- Nada de bodas mariquitas. De adopciones ni hablamos.
- Recorte del paro; 90 días de duración, en lugar de los 270 actuales.
La izquierda se tira de los pelos y la ultraderecha no la ha aprobado por que la carta magna no habla de la soberanía nacional a su gusto.
Una cosa es reconocer la herencia cultural que países como la misma España tienen, que no es más que aceptar tu historia, pero cagarte en la separación de poderes de esta manera me parece increíble. El estado debe ser aconfesional.
LA RAZÓN rebuznó:La Constitución húngara recupera su raíz católica
El Parlamento de Hungría aprobó ayer por una holgada mayoría de dos tercios, la que respalda al partido en el Gobierno, la nueva Constitución del país, un texto que reivindica las raíces cristianas de la nación magiar y anula cualquier vestigio de la legalidad comunista.
La nueva Constitución fue aprobada ayer en el Parlamento húngaro con el único apoyo del partido conservador de Viktor Orban - Foto: Ap
18 Abril 11 - Budapest - A. Santos
«Se lo debíamos a una ciudadanía que ha luchado durante los últimos 20 años por resurgir a la democracia plena», explicaba Janos Lazarzha, portavoz del partido Fidesz, impulsor de la reforma.
«Nosotros, los miembros del Parlamento elegido el 25 de abril de 2010, somos conscientes de nuestra responsabilidad frente al hombre y frente a Dios. Estamos orgullosos de que hace un milenio nuestro rey, San Esteban, nos hizo formar parte de la Cristiandad europea. Reconocemos el papel que el cristianismo ha jugado en la preservación de nuestra nación», reza el preámbulo del texto constitucional en una inequívoca toma de postura.
El texto ha sido criticado por la oposición húngara, que ayer se ausentó del Parlamento en el momento de la votación, pero que fue incapaz de movilizar a la calle durante el largo periodo de debates. El caballo de batalla han sido cuestiones como la defensa de la vida desde el mismo momento de la concepción, la prohibición de los matrimonios homosexuales, aunque no las uniones de hecho; la separación eficaz de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, puesto que impide al Tribunal Supremo intervenir en la elaboración de los presupuestos, el endurecimiento del Código Penal, con la aprobación de la cadena perpetua sin remisión de pena, o las restricciones a la Prensa, luego suavizadas por la intervención de la Unión Europea.
El texto, que recibió 262 votos a favor, 44 en contra y una abstención, será ratificado por el presidente del país el próximo 25 de abril y entrará en vigor el 1 de enero de 2012.
La nueva Constitución modifica también el proceso de aprobación de muchas leyes, que necesitarán de dos tercios de los votos del Parlamento para poder salir adelante, lo que se interpreta, con cierta razón, como un intento del actual partido en el Gobierno (que goza de una mayoría histórica que difícilmente volverá a ser alcanzada) de blindar las leyes por él aprobadas.
Desde el punto de vista de las relaciones exteriores, la principal controversia se refiere a las comunidades magiares en otros países europeos, como Eslovaquia, donde viven 500.000 húngaros étnicos. «Hungría, guiada por el ideal de la nación húngara, asume la responsabilidad de todos los húngaros que viven en el extranjero», lo que augura roces con los países vecinos.
Además, la nueva Constitución cambia el nombre oficial del país, que pasará desde la entrada en vigor del texto de llamarse República Húngara a Hungría.
Las claves de la Carta Magna
- Denominación de la nación. Se llamará Hungría en vez de República de Hungría. Recuerda la importancia de la Corona de San Esteban.
- Reconoce el papel de la Cristiandad. La religión preserva la nación húngara. Establece la colaboración del Estado con la Iglesia.
- Rechaza la Constitución comunista. Considera que, legalmente, el periodo de ocupación comunista (1944-1990) no existió y recupera la Constitución histórica.
- Revolución de 1956. Vincula el levantamiento con el origen de la libertad del país.
- Cultura nacional. Valora su contribución a la diversidad. Destaca por su proyección europea.
- Matrimonio. Lo define como una unión entre un hombre y una mujer.
- Defensa de la familia. La vida del feto quedará protegida desde su concepción.
- Diáspora. Asume la defensa de todos los húngaros que viven en el extranjero.
- Cadena perpetua. Instaurada como máxima pena sin posibilidad de libertad condicional.
- Defensa nacional. Todos los húngaros están obligados a contribuir a la defensa de su país. Hungría debe mantener una reserva de voluntarios.
La Constitución húngara recupera su raíz católica
Por otro lado Público dice lo siguiente:
PÚBLICO rebuznó:La derecha de Hungría impone una nueva Constitución ultraconservadora
La Carta Magna aprobada ayer consagra la familia convencional y se opone al aborto y a las bodas homosexuales
El país que preside la Unión Europea estos meses se ha dotado de una nueva Constitución que ensalza los valores cristianos, el papel de la familia tradicional, mientras rechaza el aborto y las parejas homosexuales. El derechista Fidesz, el partido del primer ministro Viktor Orban, impuso ayer en el Parlamento la nueva Carta Magna sin haberla consensuado con nadie gracias a tener dos tercios de los escaños que ganó en las urnas el año pasado.
La nueva Constitución de carácter muy conservador hace explícitas referencias a Dios, al cristianismo y a la familia tradicional. El texto tuvo el apoyo de los 262 diputados del Fidesz. La extrema derecha (Jobbik) votó en contra de la Carta Magna porque considera que no ampara suficientemente la soberanía de Hungría. Los socialistas del MSZP y el partido ecologista de izquierda LMP decidieron boicotear el voto a un texto que los medios críticos con el actual Gobierno han calificado de "Constitución Orban".
A principio de este año, Budapest, que ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea, provocó un profundo malestar en Bruselas al aprobar una ley sobre medios de comunicación que, según sus detractores, limita la libertad de expresión. Ante las numerosas críticas y protestas ciudadanas en Hungría y otros países de la UE, el Ejecutivo de Orban tuvo que retroceder y suavizar los aspectos más controvertidos de la ley.
"Hoy hemos vivido un momento histórico en el Parlamento", porque "el texto reconoce el cristianismo como base de nuestra civilización, pero la Constitución garantiza la libertad moral", manifestó ayer el presidente de la Cámara Baja, Laszlo Köver. Hasta la fecha, Hungría tenía una Carta Magna de 1949, aprobada durante el anterior régimen comunista y reformada el 23 de octubre de 1989 después de la caída de la dictadura.
Los socialistas denunciaron el "drástico recorte de derechos sociales" y los demás grupos de izquierda así como los liberales mantuvieron que la Carta Magna merma los derechos civiles. La polémica Constitución defiende el "papel del cristianismo en la historia milenaria de Hungría", y encomienda "a Dios la Corona de Hungría, el orgullo patrio, la cristiandad y la familia tradicional".
El texto hace una explícita defensa de la familia monógama convencional y los valores tradicionales. La Constitución protege el "matrimonio, porque es la unión de base más natural entre un hombre y una mujer y el fundamento de la familia", señala. El nuevo texto también bloquea la posibilidad legal de interrumpir el embarazo y de los matrimonios homosexuales y adopción de niños por parejas de gays y lesbianas. "Desde su concepción, la vida merece ser protegida como un derecho humano fundamental. La vida y la dignidad humanas son inviolables", señala la nueva ley de leyes magiar.
En el marco de esta reforma, el Gobierno pretende dar a las madres con niños pequeñosvotos suplementarios en las elecciones. Según explicó el diputado de Fidesz, József Szájer, el Ejecutivo de Orban se inspira en un concepto desarrollado en 1986 por el demógrafo estadounidense Paul Demeny, que consideraba que "no se puede privar a nadie de derechos civiles durante 18 años", que es cuando se fija la mayoría de edad en el mundo occidental. El proyecto ley, que se discute al margen de la Constitución aprobada ayer, pretende dar a las madres un voto por cada niño para proteger los intereses de "las generaciones futuras que no están representadas en los procesos de decisión", declaró Szájer.
El Parlamento también aprobó una serie de medidas de austeridad para hacer frente a la crisis económica, como el recorte de la prestación por desempleo a 90 días de duración, en lugar de los 270 actuales.
La nueva Constitución, que será ratificada por el jefe del Estado, Pal Schmitt, el próximo 25 de abril y entrará en vigor el 1 de enero de 2012, ha sido criticada en masivas protestas callejeras en Budapest en los últimos días por partidos de la oposición y diversos colectivos sociales e intelectuales. El líder de los socialistas húngaros, Attila Mester, considera que el texto es una "traición a la patria".
Según la ONG pro derechos humanos TASZ, una Constitución que ha sido aprobada por un solo partido "no conviene a un Estado de derecho".
El colectivo homosexual Magyar LMBT Szövetség manifestó su "inquietud" por los derechos de gays y lesbianas. "Creemos que la Constitución tiene que prever los derechos fundamentales tales como la dignidad humana y el derecho a la igualdad", aseguró ayer. Considera que el texto "viola la dignidad humana de las parejas de gays y lesbianas".
Grupos de ciudadanos reunidos en Facebook calificaron de "liberticida" la Constitución, mientras responsables de organizaciones feministas y Amnistía Internacional denunciaron la naturaleza "discriminatoria y antidemocrática" de la Carta Magna, porque está dominada por "una ideología de derecha cristiana".
El politólogo Andras Mink denunció "el golpe constitucional" de Orban. Por su parte, el politólogo Gabor Török rechazó también el texto y lo comparó con la anterior Constitución de la etapa comunista reformada hace 21 años, que, según dijo en su blog, "aunque nadie la quería de verdad, tenía por lo menos la virtud de haber sido elaborada con la participación de todos los actores públicos".
Los detractores del texto señalaron que la Constitución "viola las libertades fundamentales" y es "un instrumento a favor de que Orban pueda asentar su poder". Hace unos días, el primer ministro dejó claro que no pensaba hacerle caso a la oposición: "Si protestan, que protesten. Hungría quiere ser un país moderno, un país europeo. Y para eso necesitamos todas estas reformas". Después, moderó el tono y se mostró "dispuesto" a que la Comisión Europea evalúe el texto de la nueva Carta Magna. Un portavoz de Bruselas expresó su deseo de que la nueva Constitución húngara sea "conforme a los valores europeos".
Del comunismo al capitalismo
Hungría es un país en crisis que fue rescatado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones financieras y donde al menos el 30% de la población vive en situación de pobreza. La crisis política le costó el puesto al primer ministro socialista, Ferenc Gyurcsany, un antiguo aparatchik de las Juventudes Comunistas que tras el cambio de sistema abrazó la economía de mercado con el fervor de los conversos y se dedicó a los negocios hasta convertirse en multimillonario.
Gyurcsany dejó el poder a un primer ministro de transición de corte tecnocrático, Gordon Bajnai, que fue derrotado por Orban en las elecciones legislativas del 25 de abril de 2010. Desde el día de su triunfo electoral, el controvertido primer ministro no ha perdido tiempo para dar un cambio radical al país hacia la derecha.
La derecha de HungrÃa impone una nueva Constitución ultraconservadora - Público.es
RECAPITULANDO:
- La religión preserva (¿y cómo lo hace?) la nación húngara. Establece la colaboración del Estado con la Iglesia.
- Cultura nacional. Valora su contribución a la diversidad (¿ein?). Destaca por su proyección europea.
- Matrimonio. Lo define como una unión entre un hombre y una mujer.
- Defensa de la familia. La vida del feto quedará protegida desde su concepción. (se están frotando las manos las clínicas abortivas de los países del entorno :D)
- Cadena perpetua. Instaurada como máxima pena sin posibilidad de libertad condicional.
- Defensa nacional. Todos los húngaros están obligados a contribuir a la defensa de su país. Hungría debe mantener una reserva de voluntarios. Cágate, casi como Israel.
- Nada de bodas mariquitas. De adopciones ni hablamos.
- Recorte del paro; 90 días de duración, en lugar de los 270 actuales.
La izquierda se tira de los pelos y la ultraderecha no la ha aprobado por que la carta magna no habla de la soberanía nacional a su gusto.
Una cosa es reconocer la herencia cultural que países como la misma España tienen, que no es más que aceptar tu historia, pero cagarte en la separación de poderes de esta manera me parece increíble. El estado debe ser aconfesional.