Torbe, con el ingenio que le caracteriza, y dado que la cabra siempre tira al monte, fue el encargado de hacer correr el bulo de que el nuevo técnico informático era una mujer. Creo que incluso le puso nombre y todo. Al final era un tío canario. Y el canario voló. Un día no apareció más por la oficina, así que Pablo se tuvo que poner de nuevo a los mandos. Luego al que volaron fue a Pablo, y ahora hay otro que sí es competente y entregado, pero claro, hay otras prioridades antes que el foro en el Emporio Turbiano, y hasta ahora ha estado intentando desfacer cinco o seis años de entuertos de Pablo, que no son pocos. Poco a poco se está metiendo con el foro; hoy sin más ha sido él el que lo ha arreglado aún fuera de su horario laboral.