Jacarandoso
Forero del todo a cien
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- 11 Ene 2007
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También estaría bien comentar pelis dirigidas por mujeres y que tienen tirón entre el público femenino.
La joya a la que me refiero es esta:
Una chica con problemas de audición, y con traumas después de haber sido violada en la guerra de Bosnia, va a parar a una plataforma petrolífera donde tiene que hacerse cargo de un tío herido en un accidente y que ha perdido la visión de forma temporal. En la plataforma sólo viven hombres, entre ellos un cocinero español que pinta allí lo mismo que un pingüino en Guinea y que no aporta nada a la trama salvo una presunta bonhomía para edulcorar todavía más el asunto. Al final como era de prever se enamoran la enfermera y el herido ya sanado, y deciden iniciar un proyecto en común en una de las escenas finales más simplonas y forzadas que imaginarse pueda una persona (vid. cartel adjunto).
Como tal bodrio, fue la película más galardonada de los Goya de aquel año, que será de triste recuerdo para el cine español si esto fue lo mejor que había.
No contentos con ello, parte de la crítica la pone como modelo de un nuevo cine español cuyo único valor, a falta de auténtica calidad, y a la luz de lo que muchos escriben, es que cuenta con un mayor número de mujeres directoras, olvidando que la calidad de la película es independiente del sexo del director/a.
Todo ello sin perjuicio de que en años recientes pueda haber habido películas españolas dirigidas por mujeres de calidad aceptable: Flores de otro mundo, El perro del hortelano...
La genialidad no es patrimonio de ningún sexo. Las limitaciones a la hora de crear, tampoco.
La joya a la que me refiero es esta:
![820644.jpg](https://spainshobo.com/cp-bin/oscommerce/catalog/images/products/c8205/820644.jpg)
Una chica con problemas de audición, y con traumas después de haber sido violada en la guerra de Bosnia, va a parar a una plataforma petrolífera donde tiene que hacerse cargo de un tío herido en un accidente y que ha perdido la visión de forma temporal. En la plataforma sólo viven hombres, entre ellos un cocinero español que pinta allí lo mismo que un pingüino en Guinea y que no aporta nada a la trama salvo una presunta bonhomía para edulcorar todavía más el asunto. Al final como era de prever se enamoran la enfermera y el herido ya sanado, y deciden iniciar un proyecto en común en una de las escenas finales más simplonas y forzadas que imaginarse pueda una persona (vid. cartel adjunto).
Como tal bodrio, fue la película más galardonada de los Goya de aquel año, que será de triste recuerdo para el cine español si esto fue lo mejor que había.
No contentos con ello, parte de la crítica la pone como modelo de un nuevo cine español cuyo único valor, a falta de auténtica calidad, y a la luz de lo que muchos escriben, es que cuenta con un mayor número de mujeres directoras, olvidando que la calidad de la película es independiente del sexo del director/a.
Todo ello sin perjuicio de que en años recientes pueda haber habido películas españolas dirigidas por mujeres de calidad aceptable: Flores de otro mundo, El perro del hortelano...
La genialidad no es patrimonio de ningún sexo. Las limitaciones a la hora de crear, tampoco.