MarXito
Forerus Divi Servus
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- 17 Nov 2005
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Me importa poco estar rodeado de rojos de mierda, o de fachas hijos de puta. No me importan ni los nacionalismos, ni los independentismos, ni los autonomismos ni cualquier otro borreguismo del que todo subnormal que se ha pasado alguna vez por la página de la Wikipedia dedicada a su pueblo hace gala como si fuera una eminencia en historia pasada, presente y futura.
Me suda muy mucho la polla estar gobernado por el PP, por el PSOE, por IU o por cualquier otro que se ha creído que porque una colección de despojos humanos que no valdría, por su CI, ni para hacer de extras en "The Walking Dead" ha depositado un conjunto de papeles de colores con su nombre ya tiene derecho a facer y desfacer entuertos a su antojo.
Esto es España, así ha sido y así será.
Pero lo que no estoy dispuesto a tolerar es que Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, Rey de la piel de toro, tenga los cojonazos, desde un palacete, de decir que los españoles tenemos que apretarnos un poco el cinturón. Sí, los españoles. Sí, los currantes de mierda que día a día tragamos la bilis de nuestros superiores como si fuera hidromiel, que lamemos culos tan llenos de mierda que poseen su propio campo gravitatorio (bueno, en principio cualquier cosa con masa tiene campo gravitatorio, pera ya se me entiende), los que nos partimos el lomo currando infinitas horas por exiguos sueldos que apenas dan para pagar hipoteca, electricidad, putas y drogas, tenemos que apretarnos el cinturón.
Olé sus cojones, maestro.
Mientras nosotros nos apretamos el cinturón un poco más (a la mayoría ya no le deben quedar agujeros), espero que usted siga disfrutando del sol mediterráneo, en su yate, en su palacete, dándose sus cenorras y fiestorras, acompañado tanto de sus familiares como de esa nueva casta surgida de las urnas, los políticos, que también disfrutan de lo suyo. Lo cual me hace pensar que quizá, y sólo quizá, ni los políticos, ni nuestra querida Casa Real figuran entre lo que ellos llaman "españoles".
Eso sí, mañana, cuando salga alguna puta mierda de noticia de algún concejalucho de mierda que ha prevaricado o lo que sea, que no se le olvide al pueblo llano lanzarse los excrementos los unos a los otros al grito de "rojo de mierda" o el tan tradicional "facha hijo de puta". Que no decaiga la diversión, por Dios.
Pero qué bien hicieron los franceses en su momento, me cago en Satanás, qué bien hicieron.
Me suda muy mucho la polla estar gobernado por el PP, por el PSOE, por IU o por cualquier otro que se ha creído que porque una colección de despojos humanos que no valdría, por su CI, ni para hacer de extras en "The Walking Dead" ha depositado un conjunto de papeles de colores con su nombre ya tiene derecho a facer y desfacer entuertos a su antojo.
Esto es España, así ha sido y así será.
Pero lo que no estoy dispuesto a tolerar es que Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, Rey de la piel de toro, tenga los cojonazos, desde un palacete, de decir que los españoles tenemos que apretarnos un poco el cinturón. Sí, los españoles. Sí, los currantes de mierda que día a día tragamos la bilis de nuestros superiores como si fuera hidromiel, que lamemos culos tan llenos de mierda que poseen su propio campo gravitatorio (bueno, en principio cualquier cosa con masa tiene campo gravitatorio, pera ya se me entiende), los que nos partimos el lomo currando infinitas horas por exiguos sueldos que apenas dan para pagar hipoteca, electricidad, putas y drogas, tenemos que apretarnos el cinturón.
Olé sus cojones, maestro.
Mientras nosotros nos apretamos el cinturón un poco más (a la mayoría ya no le deben quedar agujeros), espero que usted siga disfrutando del sol mediterráneo, en su yate, en su palacete, dándose sus cenorras y fiestorras, acompañado tanto de sus familiares como de esa nueva casta surgida de las urnas, los políticos, que también disfrutan de lo suyo. Lo cual me hace pensar que quizá, y sólo quizá, ni los políticos, ni nuestra querida Casa Real figuran entre lo que ellos llaman "españoles".
Eso sí, mañana, cuando salga alguna puta mierda de noticia de algún concejalucho de mierda que ha prevaricado o lo que sea, que no se le olvide al pueblo llano lanzarse los excrementos los unos a los otros al grito de "rojo de mierda" o el tan tradicional "facha hijo de puta". Que no decaiga la diversión, por Dios.
Pero qué bien hicieron los franceses en su momento, me cago en Satanás, qué bien hicieron.